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ARA — 419 - - ARA
liara casos de accidentes. El arado se componía
de tres partes: la reja, el timón y la esteva.
La reja debe ser de encina, y las otras partes
de álamo ó de laurel, todo sólidamente sujeto
con clavos. Algunos anticuarios creen que la
Figura 182
forma de este arado ofrece alguna analogía
con uno utilizado en los mismos países y en el
Mediodía de Europa. Otros lo refieren al más
Figura 183
sencillo (figura 182), que no ha dejado de
usarse en la Sicilia y la Calabria, teatro de
antiguas colonias griegas.
Incompletas y escasas son las noticias y datos
que existen con respecto al estado del cul-
Figura 184
tivo en otras naciones de la antigüedad. Créese
que la Fenicia era cultivada en época muy remota
, y que desarrolló la agricultura en las
comarcas que colonizó, Cartago 3' Marsella
entre otras. La agricultura debió experimentar
grandes progresos en España durante la
dominación de los cartagineses, puesto que
cuando Cartago fué destruida por Escipión,
existían en sus bibliotecas los Veintiocho libros
de agricultura del capitán cartaginés Magón,
traducidos por Decio Silano, cuyos libros
conservaron por largo tiempo los romanos.
Lógico es presumir que los instrumentos de
cultivo sufrieron algún perfeccionamiento en
esta época, supuesto que existía ya un cuerpo
de doctrina agraria.
Conocida es por demás la preferente atención
que concedieron los romanos á las cosas
del campo, á cuyo estudio se dedicaron sus
más grandes hombres, sus tribunos y sus poetas.
La agricultura romana fué la de la Europa
en una época próxima al principio de
nuestra era, en la cual, á las conjeturas, sucede
ya la certidumbre, encontrándose en las
obras de aquellos eminentes varones, singularmente
Catón, Varróu, Virgilio, Columela,
Plinio y Paladio, datos seguros para apreciar
el creciente é inusitado desarrollo de los intereses
rurales en las comarcas que dominaron.
Entre los muchos instrumentos que utilizaba
la agricultura romana, ocupaba un lugar
preferente el arado. Catón menciona dos clases:
uno para las tierras fuertes, y otro para
los suelos ligeros. Varrón menciona uno de
dos vertederas. Plinio otros de una vertedera
y de cuchilla. Tenían, pues, arados con vertederas
y sin ellas, con cuchillas, con ruedas
y sin ruedas, de reja ancha y de reja estrecha;
pero en medio de toda esta variedad, no se ha
dicho todavía la última palabra acerca de la
forma más sencilla del arado usado comúnmente
por los romanos. El abate Rozier asegura
era el mismo que se usa en la actualidad
en el Mediodía de la Francia (figura 183);
pero según la forma
y denominación de
Figura 185
las partes de este instrumento
, mencionadas
por los escritores
romanos, el que más
se aproxima es el empleado
desde tiempo
inmemorial en España,
sobre todo en el antiguo reino de Valencia
(figura 184).
Este arado se componía del buris ó telera
(a); el temo ó la cama (b); la sliva ó esteva
(c); el clentale, dental ó cabeza de la reja
(d), y el vomcr ó reja (e). Las restantes
partes, el aura, oreja ó vertedera, y el culter ó
cuchilla, no pertenecen á la forma más sencilla
del arado romano; la manícida ó mancera
era una pequeña pieza transversal, sujeta á la
esteva ó estevas; la haie era la parte del timón
en que se enganchaban los bue3 r es.
El arado descrito por Virgilio tiene una
vertedera, y era empleado para enterrar la semilla
y para alomar; el anteriormente indicado
es el que se utilizaba para abrir ó romper
el suelo. Dicho se está que, ni por la forma ni
por su disposición, lo que llamaban vertedera
los antiguos, tiene semejanza alguna con las
vertederas de los arados modernos. Eran, como
son en la actualidad en el arado español,
unos palitroques insertos en el dental, que se
inclinaban más ó menos, según la clase de labor
que se había de ejecutar.
Los arados de ruedas fueron imaginados,
según M. Lasteyrie, en tiempo de Plinio, atribuyendo
este autor su invención álos habitantes
de la Galia Cisalpina. Virgilio los menciona
también en sus Geórgicas. Las figuras 185,
186 y 187 representan tres arados de ruedas
de esta época.