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de encina, y atacando después el gran nervio
medio á cortas distancias, encorva esa hoja en
forma de rollo, y asegura así á la larva un
retiro.
3.° El género Rhincliiles, cuyas diversas
especies viven en los álamos, en los árboles
frutales y en la vid; es el insecto conocido
con el nombre de atelabo, y de él nos ocupamos
en artículo especial.
4.° El género Rhinomacer, que vive sobre
las flores.
5.° El género Apion, que comprende numerosas
especies de insectos muy pequeños,
que se fijan en las plantas á manera de pulgones,
y que se recogen con mucha dificultad
á causa de su pequenez. Cuando son muy numerosos
en una finca, es necesario cambiar la
clase de cultivo, con objeto de que perezcan
de hambre, porque generalmente viven sólo
en una planta.
Entre las diferentes especies deben citarse
el apion del trébol, que causa grandes estragos
, vive como larva en la base del cáliz de
las flores, y roe el grano que encuentra en
ellas; el apión de la alverja silvestre, que deposita
sus gérmenes en la semilla; el Apion
flavipes, ó de patas amarillas, que vive á expensas
de las hojas y semillas del trébol blanco;
el apión de la veza cultivada (Apion vicia
), que también ataca las lentejas; el apión
de muslos amarillos (Apion fiavofemuraium),
que vive devorando los granos del trébol encarnado;
el apión del guisante ('Apion pisij,
que ataca los granos de esa planta y de la alverja;
el apión de la alcachofa (Apion carduorum),
que se fija en los involucros de la
alcachofa; el apión delgado (Apion tenue),
que devora la alfalfa y muchas plantas bajas,
de las huertas, además de las lilas y varios
árboles frutales; el apión bronceado (Apion
aneurn), propio de las malvas; el apión voraz,
que ataca los guisantes, las alverjas y muchos
árboles; el apión violado (Apion violaceum),
que ataca la acedera; el apión rojo (Apion
hcemalodes), que vive también en la acedera,
produciendo agallas en los tallos; el apión de
Pomona, azul negruzco, que vive en los perales
y manzanos, y el apión del trigo (Apion
frum.entarium), de color rojo, y que se alimenta
de la planta cuyo nombre sirve para distinguirlo.
ATELABO. — Insecto del género de los
Rhyncliites, descrito en la palabra Atelabidos,
y que se designa también con el nombre de
gorgojo de la vid y de corta hojas, perteneciente
á la familia de los coleópteros, y tamaño
de un grano de trigo grueso. Es de color verde
dorado (figura 281); está armado de una pequeña
trompa, que utiliza para picar el pecíolo
de las hojas, á la extremidad de los sarmientos,
durante los primeros días de la vegetación.
Desde los comienzos de la primavera
se ceba en las ramas tiernas, si no están
bastante desarrolladas las hojas. Muchas veces
hace en las bayas un agujerito redondo, por
un sitio colocado debajo del racimillo, re-
sultando que perece toda la parte colocada
sobre el taladro, quedando perdida la cosecha
que prometían los primeros brotes, en algunos
casos, afortunadamente, poco frecuentes. El
insecto se ceba preferentemente en las hojas,
las cuales se ajan una vez horadado el pecíolo,
y adquieren la necesaria flexibilidad para que
el insecto las arrolle en la forma que indica
la figura 282, á fin de depositar en ellas tres ó
cuatro huevecillos.
Hecha la primera puesta, desaparecen los
insectos, generalmente á principios de Julio,
echándose á volar durante
los días de gran calor y traslada
ndose á considerables
distancias; de modo que apai
recen en viñedos que hubie-
* ran podido creerse á cubier­
Figura 281
Atelabo
to de la invasión. En el Mediodía
de Europa no suelen
causar daños de considera­
ción; sin embargo, en los últimos años ha sido
necesario combatir su desarrollo en algunas
comarcas, porque si bien respetan estos insectos
los racimos, por ser demasiado duro el
pedúnculo, como
hacen desaparecer
la hoja y queda
el fruto al descubierto,
éste no
madura y la cosecha
se pierde.
Figura 283.—Hoja atacada
por el atelabo
Durante el estío
se desenvuelven
las larvas en
las arrolladas hojas,alimentándose
con los tejidos
de éstas, atravesándolas
después
y dejándose caer
sobre el suelo,
para convertirse
en ninfas, y á fin de Septiembre, por lo común,
en insectos perfectos. Estos se nutren
entonces del parénquima de las hojas, hasta
que éstas caen al terminar el otoño. Los insectos
invernan al pie de las plantas y á unos
5 centímetros de profundidad, reapareciendo
en los primeros días de Abril. El atelabo ó
coquillo se persigue en la misma forma que la
altica, empleando los sacos con platos ó embudos
de hoja de lata; se queman los rollos en
que anidan, y se procura que las gallinas devoren
esos enemigos de la vid á fines de Junio,
donde sea dable apelar á ese recurso. También
los gorriones destruyen muchos atelabos,
y de ahí que éstos no se multipliquen considerablemente
en los puntos donde aquéllos
abundan.
Para que se comprenda mejor la forma en
que ha de ser perseguido el atelabo, advertiremos
que la persecución se ha de realizar en
dos épocas distintas y de diverso modo, ó sea
cuando el insecto se halla en estado perfecto,
y cuando las hojas aparecen arrolladas en