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AMO — 224 — AMO
En veterinaria se emplea el acetato de amoníaco
líquido al interior y al exterior, en brebajes
y en lociones, empleándose para
Las reses mayores, de 150 á 200 gramos.
Los animales de talla mediana, de 25 á 50 —
Los animales pequeños, de 10 á 15 —
Usase principalmente en las afecciones gangrenosas,
en la anasarca, la influenza, y al
exterior, contra las picaduras de los insectos
venenosos.
En economía doméstica se puede emplear
en muchos casos el espíritu de Minderero bajo
una forma especial. En un pequeño frasco,
cerrado con esmerilado tapón, se echa una
cantidad de ácido acético que ocupe la cuarta
parte de aquél; se agrega por gotas y con
precaución amoníaco líquido en la proporción
de una parte de esta substancia por cada cinco
de ácido acético, y se mantendrá el recipiente
herméticamente cerrado. Ese acetato se ha
utilizado mucho en la creencia de que purificaba
el aire echando dos ó tres gotas sobre
una badila enrojecida; de ahí que se haya
empleado como preservativo para penetrar
en lugares infectos y sucios; pero en realidad
no destruye los miasmas y gases fétidos, sino
que por ser fuerte el olor del líquido impide
que se perciba el de los otros. Cuando una
persona desfallece, se recomienda con razón
la aplicación del frasco que contenga el acetato
de amoníaco líquido á las narices del paciente;
unas cuantas gotas, doce ó quince,
en un vaso de agua, bastan para que desaparezca
la embriaguez.
También se emplea el amoníaco líquido
para quitar las manchas de grasa, empleándole
para ese fin diluido en dos ó tres volúmenes
de agua, con objeto de que no incomode
al operador el gas que desarrolla el amoníaco
concentrado, y además para que no altere
el color de las telas. Cuando no se quiera
restregar las telas para desgrasarlas, se dejarán
sencillamente en maceración dentro del
amoníaco líquido muy diluido. Sirve especialmente
para librar de manchas grasientas á los
objetos de lana que tengan colores muy estables
y que no se alteren bajo la acción del álcali
que nos ocupa.
En muchos casos se sustituye actualmente
el amoníaco líquido con el carbonato de sosa,
pero es indudable que es mucho más activo
el amoníaco. Tratándose de telas delicadas
se prefiere el carbonato de amoníaco, y
también cuando pudiera causar daño en ellas,
se sustituye con la bencina ú otro líquido
neutro.
AMONÍACO (Botánica y Farmacia).—
Con la palabra amoníaco se designa también
una gomo-resina que se recoge en los tallos y
ramas de una gran planta herbácea de la familia
de las leguminosas, la Dorema ammoniacmn,
que se designa también con la misma
palabra que la goma, y que se cría en varias
comarcas de Egipto y en diferentes regiones
de Asia, principalmente en la Armenia, de la
cual vino la calificación de armeniacnm, por
corrupción ammoniacnm.
La planta herbácea, según- queda dicho, alcanza
de 1 á 2 metros de altura, y se halla
toda ella cubierta de pelos suaves; la raíz es
fusiforme, puntiaguda, y aparece coronada
por las fibras procedentes de la destrucción
de antiguas hojas. El tallo sólo en su base presenta
hojas, que son alternas, muy pecioladas,
amplexicaules, descompuestas en segmentos
sésiles, elípticas, prolongadas y confluentes
en su base. Las flores son muy pequeñas, blancas,
sésiles, reunidas con pequeños pedúnculos
comunes en la cima y dispuestas en umbelas
contraídas. El conjunto de las flores ofrece
el aspecto de un racimo compuesto; el cáliz es
de cinco dientes muy pequeños y agudos; el
tubo adherente, con ovario comprimido y cubierto
de pelos lanuginosos ; la corola consta
de cinco pétalos pequeños, elípticos, acuminados,
doblados hacia el centro de la flor; el
ovario es bilocular, coronado por un disco
muy grande; los estilos largos y divergentes,
y el fruto es lampiño ó casi lampiño, de color
obscuro, con una mancha amarilla poco saliente
y entera en el borde.
La gomo-resina que fluye de los tallos y de
las ramas durante el estío á consecuencia de
las picaduras de un insecto, se concreta sobre
el tallo y cae á tierra por su propio peso. En
el comercio se presenta esa gomo-resina bajo
dos formas: ora en lágrimas separadas, amarillentas
ó blanquizcas, duras, opacas, de fractura
blanca, cerosa y concoide, que se vuelve
amarilla por el contacto con el aire, y que exhala
un olor fuerte y penetrante, y es de sabor
amargo, acre y nauseabundo; ó bien se
expende en masas sólidas, formadas por lágrimas
aglomeradas, las cuales se emulsionan
con el agua y se disuelven parcialmente en el
alcohol, en el éter y el vinagre. Ordinariamente
prescriben esa substancia como medicamento
los facultativos en pildoras y en la
cantidad de 75 centigramos á 2 ó 4 gramos al
día. Entra en la composición del emplasto
diaquilón, en el de cicuta y en las pildoras de
Bontius.
Considérase la gomo-resina como un excitante
tan enérgico como la asafétida; en pequeñas
dosis obra solamente sobre el estómago,
si bien Trousseau y Pidoux niegan
semejante acción. Como medicamento externo
produce una rubefacción, seguida de una
erupción papulosa. Se emplea como antiespasmódico,
y posee propiedades anticatarrales
y antiasmáticas, prescribiéndose en el asma
esencial húmedo para facilitar la espectoración;
en los catarros pulmonares crónicos,
para disminuir la secreción mucosa ó mucoso-purulenta;
en las neurosis de la respiración
y de la digestión, y aun en la leucorrea
y la amenorrea, de seguirse la opinión de
algunos médicos. Al exterior es un resolutivo
que se aplica á las tumefacciones frías
de los miembros, de las glándulas y de las articulaciones.