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cuando se hallan en estado de larvas. Las larvas
de las altisas exóticas y de gran tamaño
viven probablemente al descubierto y alimentándose
del parénquima de las hojas, como los
galénicos y crisomelas, ocultándose en tierra
para transformarse en crisálidas y en insectos
perfectos.
Las larvas de las altisas son por lo general
de forma prolongada, bastante gruesas y pro-
Figura 63.—A. nemorum
a. Insecto perfecto de tamaño natural.—b. Galería de la larva.
vistas de algunas cerdas. La cabeza es de mediano
tamaño, córnea, y con la boca dirigida
hacia adelante y hacia la parte inferior. Sostiene
dos pequeñas antenas, formadas de tres
artejos; las mandíbulas son medianas, poco
arqueadas y bastante anchas en su extremidad,
que se halla dividida en varios dientes
agudos. El tórax se compone de tres segmentos
casi semejantes á los del abdomen, con
placas escamosas diferentes, y de diversa forma
y labrado. De cada uno de esos segmentos
arranca un par de patas de mediana longitud,
terminadas por un tarso encorvado de un solo
artejo, el cual se halla provisto en la extremidad
de una uña delgada. Los segmentos
del abdomen son nueve, y se hallan también
cubiertos de placas escamosas que llevan uno ó
más pelos ó sedas rígidas, presentando el último
de aquéllos una prolongación membranosa
y retráctil, que utiliza el insecto para
avanzar. En cada costado hay nueve estigmas,
de los cuales ocho están en los ocho primeros
segmentos del abdomen, y el noveno en el
mesotórax ó segundo segmento del pecho, en
su ángulo anterior y externo.
Ocioso es advertir que no estudiaremos
las quinientas sesenta especies
de altisas, y que nos limitáremos
á pasar revista á las que atacan
á las cruciferas, al cohombro y
á las viñas en España, Italia, Francia
y aun en los Estados Unidos.
Las cruciferas son atacadas por
varias especies de altisas, cada una
de las cuales se ceba en una especie
de esas plantas, según es de presumir,
porque hasta el presente no
se ha demostrado de una manera
positiva que no puedan vivir larvas
de diferentes especies de altisas en
las berzas, los nabos, etc., y aun en
las demás cruciferas no sometidas
al cultivo. La altisa más común y
que mayores estragos causa en los
nabos, turnip-crop de los ingleses,
es una de las más diminutas, la
Chrysomella nemorum de Linn.,
Phyllotreta nemorum de liedt., llamada
con harta impropiedad altisa
de los bosques.
Ese pequeño insecto, que escasamente
mide 2 milímetros de longitud
y la mitad de ancho, es de color
negro vivo, con algunos reflejos
verdosos, de forma oval, y cuerpo
bastante grueso y cubierto en la
parte superior de puntos entrantes
muy marcados. Cada uno de sus estuches
ó élitros tiene una ancha banda
longitudinal de color amarillo,,
que partiendo de la base, llega hasta
la extremidad, sin confundirse con
ella sin embargo. Las antenas tienen
los tres primeros artejos amarillos,
y las patas, sólo en su base, ó sea en
la tibia, presentan ese color.
Esta especie, representada en la figura 63
ha sido detenidamente estudiada bajo el punto
de vista entomológico por M. Curtís, y bajo
el agrícola por MM. Kollar,
Le Keux, Pearson,
Ponché, Wundram, Jíord-
Figura 64
Larva de la altisa
linger y otros, como monsieur
Guerin-Meneville,
según los cuales la altisa
deposita sus gérmeues, que son ovulares y
pequeñísimos, sobre las hojas de las cruciferas,
cuidando de colocarlos al lado de algunos nervios
salientes, para evitar la caída y cualquier
rozamiento. Esos huevecillos se abren en la
primavera y el estío á los doce días. La larva
(figura 64) es .pálida, carnosa, de forma ci-