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ASN — 577 — ASN<br />

turalista que ha negado el parentesco entre el<br />

caballo y el pollino, no es dable desconocerle,<br />

teniendo en cuenta, no solamente las analogías<br />

exteriores ya apuntadas, sino principalmente<br />

las que ofrece la conformación interior de<br />

ambos animales, y la circunstancia de ser fecundante<br />

la cópula entre los individuos de<br />

una y otra especie. Las partes principales son<br />

casi idénticas, y los esqueletos, visceras y<br />

entrañas tan parecidos, que á ello se debe el<br />

haber formado del asno una especie del género<br />

caballo, fundándose sus caracteres distintivos<br />

en modificaciones del tamaño y de las<br />

formas. El asno generalmente se distingue<br />

por su índole humilde, sufrida, tranquila y<br />

por su sobriedad, que le permite comer alimentos<br />

poco nutritivos,-y á veces los que no<br />

admiten los caballos y bueyes. Solamente es<br />

exigente respecto del agua, que ha de ser muy<br />

límpida para que el asno la beba, resistiéndose<br />

á beber aguas turbias, aun cuando haya permanecido<br />

uno ó dos días sin bebería. Introduce<br />

el hocico con sumo cuidado en la masa<br />

líquida para no rizar la superficie, ó según la<br />

fábula, porque se resiste á contemplar su<br />

fealdad en el transparente líquido. Si el asno<br />

tiene la costumbre de beber aguas corrientes,<br />

no bebe en herradas ó pilas y viceversa. También<br />

prefiere escoger por sí mismo los alimentos<br />

, inclinándose siempre á las plantas leñosas<br />

y duras. El caballo relincha y el asno rebuzna,<br />

produciendo un ruido disonante en''que<br />

alternan las notas bajas y las altas, en tal forma<br />

que producen una ingrata impresión en<br />

el oído. Cuando envejece el asno, se vuelve á<br />

veces indócil y testarudo, mostrándose únicamente<br />

solícito para satisfacer sus gustos.<br />

Es tal la paciencia del pollino, que obedece<br />

sin resistencia alguna en la mayoría de los<br />

casos; ejecuta cuantos esfuerzos se exigen de<br />

él, y únicamente se niega á trabajar ó á sostener<br />

cargas cuando siente agotadas sus fuerzas,<br />

y eso á pesar de que no se le somete á<br />

educación de ningún género. Cuando no obedece<br />

con facilidad, es casi siempre porque se<br />

le manda brutalmente, y de ahí el pollino<br />

estúpido y atolondrado que los molineros presentan<br />

por doquier, á fuerza de palos y de<br />

abrumar á los animales con costales pesadísimos.<br />

Por lo común, el asno se deja guiar con<br />

una vara, con que suelen golpear muchos<br />

las partes en que más se siente el animal, y<br />

que algunos sustituyen por punzones para<br />

lograr que camine deprisa. Sólo á fuerza de<br />

hostigarle se disgusta y defiende, sin irritarse,<br />

y apea en ocasiones al jinete por las orejas;<br />

nunca tira coces con intento agresivo. En<br />

algunas comarcas atribuyen á los pollinos<br />

rencorosa memoria, y dicen que aguarda durante<br />

mucho tiempo la pcasión para dar una<br />

coz al amo que le ha maltratado; pero la verdad<br />

es que no es ese el caso general ni mucho<br />

menos.<br />

Lo innegable es que los asnos prestan excelentes<br />

servicios como bestias de carga y aun<br />

como animales de paso en determinadas cir­<br />

Dic—II.<br />

cunstancias , tanto en las cercanías de las ciudades,<br />

como en los terrenos ásperos y montañosos<br />

, que cruzan con paso seguro, reuniendo<br />

á la seguridad la fuerza y energía necesarias<br />

para recorrer vericuetos, y constituyendo<br />

una verdadera especialidad para bajar pendientes<br />

escarpadas. Es innegable que en proporción<br />

al volumen el asno es más fuerte que<br />

el caballo; éste solamente soporta de 100 á<br />

150 kilogramos sobre el lomo, y en tales condiciones<br />

sería peligroso exigirle que ande más<br />

de 50 kilómetros al día, mientras que un mal<br />

borriquillo lleva por vericuetos y sierras á<br />

veces 100 kilogramos de peso sin mostrarse<br />

extenuado al fin de la jornada. Cuando ha de<br />

recorrer trayectos cortos, la carga suele ser<br />

mayor, y en la región de los Alpes hay muchos<br />

pollinos que descienden con 70 á 80 kilogramos<br />

de peso de altitudes de 2 kilómetros.<br />

Un asno de mediana talla, mediante ciertos<br />

mecanismos, puede desarrollar de 300 á<br />

400.000 kilográmetros al día. La alzada de<br />

los pollinos oscila entre 1,30 y 1,50 metros,<br />

siendo poco numerosos los de gran talla.<br />

Pero, como hemos indicado anteriormente,<br />

el asno de Europa, bastardeado, degenerado<br />

y desnaturalizado á consecuencia del menosprecio<br />

con que se le trata y de las inclemencias<br />

del clima, ha perdido en alzada y en vigor, y<br />

no constituye, ni mucho menos, el tipo de su<br />

especie; en el Oriente de África y en el Sudoeste<br />

de Asia es donde se ha de estudiar el<br />

asno, y donde se hallan los representantes<br />

genuinos de su raza. Allí es donde se encuentran<br />

asnos en la plenitud de su desarrollo; el<br />

onagro del desierto, dice un escritor, es el tipo<br />

natural ó salvaje del asno doméstico, con la<br />

diferencia de tener los remos más largos y<br />

más finos, el pecho estrecho, la frente plana<br />

entre los ojos, estrecha también la terminación<br />

de la cara, el cuello más erguido, la<br />

oreja un tercio más corta, móvil y atenta, el<br />

pelo largo y sedoso en el invierno, la cruz<br />

negra de las espaldas muy palpable en los<br />

machos, y el mechón de pelo en que termina<br />

la cola, de más de 4 pulgadas de largo. La<br />

rapidez de su carrera es célebre en toda la<br />

Arabia, de donde es originario, y en cuyas<br />

comarcas se le encuentra errante formando<br />

piaras numerosas, lo mismo que en otras regiones<br />

del Asia meridional. El onagro fué<br />

llevado por los romanos á los juegos del circo,<br />

combatiendo más de una vez con un valor que<br />

parece desmentir la reputación de cobardía<br />

que tiene el asno doméstico.<br />

Esa descripción del onagro conviene á la<br />

mayoría de los asnos domésticos del Oriente,<br />

á los cuales no han hecho degenerar los rigores<br />

del clima y los malos tratos con que se<br />

ven abrumados los europeos. Tratados con<br />

igual cariño y respeto que el caballo, no se<br />

ha depravado su carácter, ni alterado la elegancia<br />

de sus formas, ni ha disminuido la<br />

celeridad en la marcha, sino que han conservado<br />

sus cualidades nativas, y aun las han<br />

desarrollado, y completado, gracias á un exce-<br />

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