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ALI
en veinticuatro horas 582 gramos de materias
secas, 1.735 de agua, 21,3 de ázoe y 282 de
carbono; y comparando las cantidades de alimentos
consumidos con el peso del cuerpo,
aparece que por cada kilogramo de peso necesitaron
:
Materias
secas Ázoe Carbono Agua
Gr. Gr. Gr. Gr.
El joven durante el
J5,9 0,587 7,71 42
El joven durante el
11,4 0,416 5,58 38
El niño de seis años. 21,8
El hombre de cin­
0,526 10,27 71
cuenta y nueve.... 12,1 0,461 5,63 34
La mujer do treinta
9,4 0,308 479 29
Término medio.. 11,1 0,478 0,79 43
Por cada 100 gramos de materias secas recibieron
respectivamente los sujetos que se
prestaron á la experiencia, y en el orden expuesto,
3,7 gramos, 3,8, 3,4, 3,8 y 3,9, o sea
por término medio 3,6. Ha de tenerse en cuenta
que los grandes esfuerzos intelectuales
y físicos exigen gran consumo de ázoe y de
carbono, y que durante la infancia se consumen
mayores cantidades de éste; que una
mujer, cuando no trabaja, consume relativamente
poco, aun siendo considerable su peso,
y que cuando la temperatura es elevada se
necesita menos cantidad de alimentos que
cuando es baja.
Según M. Gautier, es la alimentación insiijiciente
para un adulto de 63 kilogramos de
peso, si se halla en reposo, cuando contenga
menos de 11 gramos de ázoe y de 220 ó 230
de carbono, es decir, menos de 0,174 gramos
de ázoe y 3,65 de carbono por cada kilogramo
de peso vivo. Es excesiva la alimentación si
proporciona al organismo durante veinticuatro
horas más de 0,349 á 0,365 gramos de
ázoe, y más de 4,76 á 5,55 de carbono por
cada kilogramo de peso vivo cuando se mantiene
exento de fatiga el cuerpo; y si el hombre
consagra siete ú ocho horas á un trabajo
muscular violento, será excesiva su alimentación
siempre que consuma más de 0,489
gramos de ázoe y 7,1 de carbono por cada kilogramo
de peso durante cada veinticuatro
horas. Según el mencionado investigador, la
alimentación de un adulto que pese 63 kilogramos
deberá constar diariamente:
Carbono Ázoe
Gramos Gramos
Cuando no trabaja 280 20,00
Cuando trabaja 430 28,74
Diferencia en más para un buen
obrero 170 8,74
M. Letheby cree que en general un hombre
sano y vigoroso puede consumir al cabo del
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año de 320 á 360 kilogramos de materias secas,
ó sea de 890 gramos á un kilogramo diariamente
, siendo la cantidad de agua combinada
ó libre de 2,535 kilogramos al día. Un hombre
no puede vivir con 500 gramos de pan y agua
diarios durante mucho tiempo; al cabo de ocho
días habrá perdido más de un kilogramo de su
peso. Esa ración contendría únicamente 37
gramos de materias azoadas y 238 de materias
carbonadas, ó sean 123,4 gramos de carbono
y 5,83 de ázoe. Así se comprende que las pobres
costureras de Londres presenten una
constitución muy débil con 670 gramos diarios
de pan y 28 de materias grasas; ración que
contiene 57 gramos de materias azoadas y 414
de materias carbonadas, ó sean 212 gramos de
carbono y 8,7 de ázoe.
Compréndese perfectamente que las raciones
se puedan constituir con elementos variados,
sustituyendo unos alimentos con otros,
con tal de que en los azoados se conserven las
proporciones siguientes:
Alimentos v.z jados secos 5
Almidón seco ó cuerpos análogos 16
Cuerpos grasos 6
Total 27
Un hombre de 63 kilogramos de peso necesitará
14,1 x 63 = 888 gramos de alimentos
secos, ó sean 164 de alimentos azoados secos,
527 de almidón seco ú otros cuerpos análogos
y 197 de cuerpos grasos. - .
A esa ración cotidiana será necesario agregar
16 gramos de sal común, no incluida en
los alimentos como las demás substancias minerales
que la economía necesita. Cuanto á la
cantidad de agua mezclada ó sola, habrá de
ser de 43 X 63 = 2.700 gramos, debiendo procurarse
no darla toda pura, sino reemplazar
parte de ella con café, caldo, vino, cerveza,
sidra ú otras bebidas fermentadas.
ALIMENTACIÓN DE I.OS ANIMALES.—Las consideraciones
expuestas al hablar de la alimentación
en general, son naturalmente aplicables
á los animales todos; pero como los
domésticos constituyen una riqueza de importancia
suma, y además son un elemento indispensable
para la alimentación del hombre,
sería una omisión indisculpable en un Diccionario
de Agricultura la de no examinar con
algún detenimiento esa importante cuestión,
que con razón sobrada preocupa á los agrónomos
y aun á los sociólogos modernos, como
relacionada directamente, no sólo con la riqueza
pública, sino que también con la robustez
y la conservación de las razas humanas.
Si en algunas épocas no se ha apreciado
debidamente el alcance de la cría y cebo de
animales domésticos por causas que no hemos
de exponer en esta ocasión, actualmente puede
afirmarse que la riqueza agrícola de una
nación, y de consiguiente su capacidad industrial
y mercantil, su prosperidad y poder
guardan relación íntima con su riqueza pecuaria,
con el número de aves que alimenta, y