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traer; el número 2 contiene las rajas alas que
se puede extraer aún 20 por 100 de jugo, y
así sucesivamente hasta el número 10, que contiene
las rajas frescas. De este modo contiene
cada vasija un líquido que tiene una capacidad
de absorción por la materia cada vez más sacarina,
en razón inversa de la cantidad de
materia restante á extraer de las rajas. Así, el
vaso número 1 contiene agua pura calentada á
la temperatura conveniente, pero desprovista
de jugo; el número 2 contiene agua con 10
por 100 de jugo; el número 3 con 20 por 100,
y así sucesivamente hasta el número 10, que
contiene el agua á 90 por 100 de jugo, tanto
como puede contener antes de pasar á la signiente
operación. En menos de quince minutos
el agua pura del número 1 absorbe los 10
por 100 de jugo dejado en el vaso; el líquido
del número 2 habrá absorbido 10 por 100 de
los 20 por 100 de jugo restante en este segundo
vaso; del mismo modo no quedará en
el número 3 más que 20 por 100 de jugo por
extraer, y así sucesivamente hasta el número
10, en donde las rajas frescas habrán perdido
10 por 100 de su jugo.
»En tal situación, se hace que comuniquen
los vasos 1 al 7, el último con una de las calderas
de calentamiento, y el número 1 con el
depósito de agua, colocado á 10 ó 12 metros
de altura; los recalentadores están instalados
á 3 ó 4 metros sobre la batería; las diferencias
de altura dan un salto de 7 á 9 metros, suficiente
para conducir el líquido de cada caldera
á la siguiente, es decir, el número 1 al 2,
el número 2 al 3, etc., y el jugo del número
7 á los recalentadores. Desde el momento en
que sólo quedan en el número 1 las rajas desprovistas
de azúcar y el agua pura, se aisla
este vaso del resto de la batería, se vacía en
seguida y se llena de nuevo con rajas frescas,
quedando dicho vaso, con relación al resto de
la batería, en la posición del vaso número 10
al empezar la operación. Mientras se hace la
última operación y los vasos 1 al 7 están comunicando,
se abre otra comunicación separada
entre uno de los recalentadores, nunca
aquel en el cual se han vaciado el número 7 y
el número 8; los vasos 8 al 10 se ponen en comunicación,
y el 10 se abre al tubo de descarga.
La altura de caída del líquido en los recalentadores
basta para llenar el vaso número 8
de jugo fresco calentado, y para trasladar el
contenido al número 9, el del número 9 al nú-.
mero 10, y el del número 10 á los saturadores.
Entonces se establece la comunicación en toda
la batería; el número 2 se enlaza con el depósito,
y el número 10 con el número 1, que se
llena de nuevas rajas y no contiene líquido.
»E1 contenido de cada vaso es expulsado al
siguiente (2 al 3, 3 al 4, 10 al 1), y en cada
operación la batería se encuentra exactamente
en el punto en que hemos empezado la descripción,
exceptuando que el vaso número 2
está en la posición del número 1, el número 3
en la del número 2, y el número 4 en la del
número 10. La operación recomienza, y como
al final el contenido del número 2 no tiene
más jugo que extraer, se vacía como lo fué el
número 1. En tal estado, se introducen nuevas
rajas y se repite la misma operación, tomando
esta vez el número 3 el turno del número 1,
y así sucesivamente. De este modo el jugo
pasa diez veces por cada vaso antes que se
vacíe el último.
«Cada operación dura veinte minutos próximamente;
por consiguiente, se llenarán sesenta
á ochenta veces los vasos por día, y
si observamos que toda la operación se para
mientras se vacían dichos vasos, la ventaja del
aparato descrito es bien evidente. Por lo demás,
para vaciar cada uno de los vasos de la
caldera, se interrumpe la comunicación con el
resto de la batería; se abre la llave de descarga
hasta que se obtenga el equilibrio entre
la atmósfera y la columna de agua, lo que se
consigue en algunos segundos; se abren después
simultáneamente, por medio de un movimiento
de tornillo, los agujeros de hombre
superior é inferior, y se vacía el vaso instan-
Figura 208.—Aparato para calentar
táneamente; en cuanto á las rajas que pudieran
quedar adheridas á las paredes de éste, se
desprenden por la acción de un chorro de
agua que se envía después de haber llenado
de nuevo dicho vaso.
sDesde hace algunos años se emplea en
algunas fábricas de Alemania un aparato para
calentar, más cómodo y menos embarazoso
que el aparato de serpentín. Se compone el
nuevo aparato de un recipiente cilindrico
(figura 298), dividido interiormente por tabiques
verticales, cuya superficie de caldeo es de
unos 20 metros cuadrados para un trabajo
diario de 10 toneladas de plantas sacarinas;
la comunicación con los vasos de difusión se