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por la influencia del mar. Aun en las costas
se eleva el árbol á poca altura, aun contando
con abrigos especiales; así en la provincia de
Valencia solamente se eleva á 460 metros sobre
el nivel del mar en Chelva; en Buñol, á
425; en Onteniente, á 400, y en Mogente, á
420; en el Algarbe (Portugal) vegeta á 500
metros; en el África septentrional probablemente
á mayor altura, mientras que al Norte
disminuye notablemente la altitud.
EXPOSICIÓN.—Dada la enorme cantidad de
calor que necesita acumular el algarrobo para
que sus frutos maduren, dicho se está que le
han de convenir, ó llanuras bien caldeadas por
el sol, ó laderas abrigadas de los vientos fríos.
La circunstancia de que pueda vegetar en terrenos
flojos permite dedicar las vegas y los
terrenos feraces á otras explotaciones agrícolas,
y destinar al algarrobo laderas que se hallen
á cubierto de vientos frescos; es decir,
que no deben plantarse en las umbrías expuestas
á las intensas heladas invernales y que
durante varios meses reciben muy oblicuamente
los rayos solares, á no ser en países
muy meridionales y donde sean excesivos los
ardores del estío; en nuestra Península, pollo
tanto, solamente madurará bien sus frutos
el algarrobo que vegete en laderas expuestas
hacia el Mediodía ó el Poniente! Las exposiciones
de Levante y Poniente presentan condiciones
intermedias entre las del Norte y Sur,
y son preferibles á la septentrional, aun cuando
no tan recomendables como la meridional, á
no ser en el límite de la zona de la interesante
planta que nos ocupa. El brusco cambio de
temperatura que experimentan los vegetales
en aquellas dos exposiciones, al retirarse súbitamente
el sol en los momentos" en que su
acción es más enérgica tratándose de la primera
, y al ponerse para dar lugar á la noche
tratándose, de la segunda, perturban, empero,
notablemente la marcha de la vegetación
del algarrobo, y de ahí que en realidad no
presenten ventajas incuestionables en la mayoría
de los casos. En la de Levante son más
perjudiciales las heladas, á causa de la rapidez
en el deshielo; en la de Poniente, en las comarcas
levantinas de la Península, los árboles
sufren á consecuencia de vientos secos y
abrasadores durante los meses estivales. Así,
pues, en climas secos y cálidos es preferible
la exposición oriental; en climas húmedos, la
occidental..
TERRENO.—La lozanía y desarrollo de los
algarrobos que crecen espontáneamente entre
los peñascos de muchas sierras desnudas, muestran
la frugalidad de la planta y patentizan
que es poco exigente respecto á la calidad de
los terrenos. De ahí que vegeten en las pedrizas
y llanuras ó colinas cubiertas de delgada
capa de tierra, como en los terrenos profundos
y de ribera. La gran superficie foliácea
y el notable desarrollo que adquieren las raíces
del algarrobo explotando vastas extensiones,
explican ese hecho anómalo al parecer;
sin embargo, no quiere decir esto que no se
desenvuelva y viva con mayor lozanía y vigor
en los suelos profundos y de mucha miga. '
Respecto de la - naturaleza de los terrenos,
es de advertir que el algarrobo , á la manera
que la vid, se acomoda á casi todos ellos.
Así se ven magníficas y extensas plantaciones
en suelos procedentes de la descomposición
de roca caliza en Liria, Chelva y valles
de Albaida y Pego, y en los terrenos numulíficos
de la provincia de Tarragona; en el silíceo
procedente de la descomposición de arenisca
roja ó rodeno, que abundan en Sagunto, Gilet,
Puig, desierto de las Palmas y Borriol;
en las arenas marítimas de la costa; en ciertos
rodales graníticos de la provincia de Barcelona.
Únicamente son poco favorables ó más
bien adversos para el desarrollo de la planta
los.terrenos arcillosos y compactos, vulgarmente
denominados tierras fuertes.
Tampoco exige riegos frecuéntesele bastan
por lo común las lluvias de otoño y primavera
para resistir los ardorosos calores del verano,
y aun cuando escaseen aquéllas, no sufre
tanto como la vid y el olivo. Sin embargó,
para activar su vegetación conviene regarle
en tiempos de sequía con alguna frecuencia,
siempre que no sea excesiva la cantidad de
agua que se emplee, si bien el fruto suele resultar
menos azucarado y la frondosidad extraordinaria
, es decir, que en definitiva los
riegos facilitan el desarrollo del árbol, y son
convenientes durante los primeros años, pero
perjudican á la calidad del fruto.
ESTACIÓN.—No es difícil determinar la estación
del algarrobo para quien haya recorrido
los montes de Valí de Tabernes, los inmediatos
á Sagunto, los que rodean al valle de Pego
y otros situados cerca del mar. Allí se observa
que la mayoría de los barrancos y laderas están
cubiertos de algarrobos espontáneos, que
vegetan con lozanía entre descarnadas peñas,
sin más apoyo que la escasa capa de tierra que
las lluvias torrenciales no pueden arrastrar
por hallarse entre las grietas, y sin reclamar
del hombre otro esfuerzo que el de cosechar
los abundantes frutos.
APLICACIONES.—Varias son las que se pueden
hacer del algarrobo, sobre todo cuando
nuestros labradores abandonen el limitado
campo de la rutina. Desde luego, la flor, destinada
al parecer á fecundar el ovario y preparar
la formación del fruto, es un elementó
valioso para las colmenas, que se suelen transportar
en invierno á sitios en que abundan los
algarrobos, y donde hallan, por consiguiente,
alimento abundante, cuando sin ese recurso
morirían tal vez las abejas. Ha de advertirse,
empero, que la miel procedente de la flor de
ese árbol es de color amarillo rojizo, y tiene
un sabor desagradable y áspero, causa tal vez
de que no la consuman las mismas abejas
sino á falta de otro alimento y como último
recurso, conservando todo el tiempo que las
es posible la miel del algarrobo, como hacen
observar los labradores.
Pero el fruto es el que facilita las principa-