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trodujeron en las Antillas potentes trapiches,
compuestos de cilindros horizontales, cuya
disposición permite introducir y prensar las
cañas más fácilmente que en los verticales. La.
figura 296 representa el corte transversal de
uno de estos molinos, constando de tres cilindros
de fundición huecos a b c, de 1,30 metros
de longitud por 0,60 metros de diámetro,
sólidamente colocados sobre un basamento
de la misma substancia, sujetos con armaduras
de hierro. Para aumentar ó disminuir la distancia
de los cilindros lleva la máquina dos
tornillos de presión i i. Esta separación es,
por regla general, de centímetro y medio entre
el a y c, y de medio centímetro entre
b y c, con lo cual se logra un laminado más
gradual y perfecto.
Uno de los cilindros recibe el movimiento
Figura 298.—Corte transversal de un molino
mediante una gran rueda movida por un piñón,
que no aparece en la figura, y le transmite
á los otros dos por el intermedio de tres
ruedas de engranaje iguales, montadas en los
ejes de los tres cilindros. Dispuestas las cañas,
cortadas en trozos, sobre un tablero sin fin,
caen al plano inclinado dd,y deslizándose, son
cogidos entre los dos primeros cilindros a c, sufriendo
la primera presión y laminado. Retenidos
por la placa curva de palastro e e, marchan
entre el segundo cilindro c y el tercero
b, que estando más próximos, aumentan
gradualmente la presión, resultando así más
completa y acabada. El bagazo cae por el plano
inclinado f, mientras que el zumo, escurriendo
porg-g-, sale por la abertura Ti. Para
dar tiempo á que éste fluya, háse calculado,
como más conveniente, que la velocidad de la
rotación sea de 3 á 4 metros por minuto. Estas
máquinas rinden un 65 por 100 de guarapo,
pudiendo trabajar 150 toneladas de caña
en veinticuatro horas.
En los ingenios centrales, es decir, en aquellos
á donde concurren varios propietarios
para trabajar sus cañas, se han instalado trapiches
mucho más poderosos, teniendo sus
cilindros un metro de diámetro, por 2 con
10 de longitud; máquinas que producen de
300 á 400.000 litros de guarapo al día con
una fuerza de 90 caballos de vapor, y rinden
del 70 al 75 por 100 del zumo contenido en
las cañas.
Con el fin de evitar las contingencias de la
rotura de algún órgano importante, cuando
por cualquier causa se interpone un cuerpo
duro entre los laminadores, los Sres. Derosne
y Cail han ideado una disposición muy ingeniosa,
que consiste en colocar uno de los engranajes
en forma de círculo móvil á frotamiento
sobre la gran rueda alisada, con lo
cual, al hacer girar el círculo que conduce el
engranaje, la prensa no funciona momentáneamente,
entonces sé puede desembragar,
quitar el obstáculo y continuar el trabajo. El
mismo objeto lo han conseguido también construyendo
una de las piezas de la máquina, por
ejemplo, el eje que transmite el movimiento
del piñón de la gran rueda, de menos resistencia,
resultando que cualquier esfuerzo accidental
demasiado grande, produce la rotura
de dicha pieza, que puede reemplazarse
. con otra de repuesto.
Para acrecer aún el rendimiento del
zumo y elevarlo á 80 por 100, M. Payen
propone un método bastante racional, que
consiste en la inyección de vapor acuoso
en el interior de los cilindros laminadores,
con lo cual la caña calentada durante la
presión pierde una parte de su elasticidad,
dejando escurrir más fácilmente el guarapo,
é hinchándose menos después de la
primera presión, reabsorbe menor cantidad
de zumo que cuando estas operaciones
se hacen en frío. Propone además cubrir
con una montera ó camisa de palastro
toda la máquina, á fin de concentrar el
calor y que el zumo se mantenga á 60° de
temperatura hasta el momento de su defecación,
con lo cual evítase todo peligro de que
acontezcan fermentaciones.
También ha propuesto prensas de cinco
cilindros, á fin de que las. cañas sufran cuatro
presiones en vez de dos, aumentando el rendimiento
por una especie de osmosis, para lo
cual inyecta vapor mezclado con gotitas de
agua sobre las cañas antes de que lleguen á
los dos últimos cilindros laminadores.
Los trapiches de cinco cilindros, con las
modificaciones indicadas, no han tenido hasta
el día, que sepamos, aceptación en las Antillas,
sin duda á causa de que, dada la escasez de
combustible, los cosecheros emplean el bagazo
para dicho objeto, que naturalmente tiene
qne quedar entero y menos agotado, lo que
no sucede cuando sufre cuatro poderosas presiones
consecutivas.
Por otra parte, aumentando el rendimiento
del mosto, y saliendo éste menos denso á causa
de la inyección del vapor acuoso, hay que
evaporar y concentrar mayor cantidad de
guarapo; de suerte que por un lado se disminuye
la potencia calorífica del combustible, y
por otro resulta más zumo, creando esto una
situación difícil para el fabricante antillano.
Si á las razones expuestas agregamos la enorme
fuerza que las mencionadas prensas exigen,
no podrá extrañarnos la poca aceptación
que estas mejoras han tenido hasta el día.