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nes meridionales y arroja á las abejas de la
colmena; las falsas polillas de la cera, elfilanto
apívoro y los cetoinos. También atacan algunos
insectos á las arañas y son perjudiciales
al hombre, porque las segundas destruyen no
pocos insectos nocivos. Entre los ácaros dañosos
á los animales domésticos deben mencionarse
los ixodos, garrapatas, que se adhieren
á las orejas de los perros de caza y de
rebaño, y los sarcoptes, que determinan la
formación de las pústulas de la sarna en el
caballo, el cerdo, la cabra y la oveja. Se destruyen
con lociones de bencina ó de esencia
de trementina. La clase de los helmintos suministra
no pocos enemigos de los animales
domésticos, causando en el interior de los
cuerpos de éstos terribles estragos. Los cisticercos
de las..tenias se albergan en las carnes
del cerdo y del buey; los perros son invadidos
con frecuencia por las tenias, entre las cuales
la más temible es la equinococo, cuyos cisticercos
llenan frecuentemente el hígado del
carnero y del "buey. La carne del cerdo se
halla á veces sembrada de quistes con triquinas
arrolladas, que causan graves y mortales
padecimientos en otros animales; las tenias
abundan también en los peces de ciertos lagos;
de ahí que deba cocerse cuidadosamente la
carne de los animales muertos, para evitar la
propagación de tales helmintos.
Animales nocivos á las plantas.—Entre los
animales de bastante talla causan considerables
daños á los cultivos y á muchas plantas
las reses de caza y los roedores, que viven
bajo la tierra, abriendo galerías en el suelo.
Entre ellos figuran los osos, los jabalíes, los
ciervos, los gamos, los corzos, los venados,
las liebres, los conejos, las ardillas, los tejos,
los topos, las marmotas, los lirones, los ratones
y las ratas. En muchas naciones civilizadas
se concede á los terratenientes y arrendatarios
el derecho de reclamar indemnizaciones
de los dueños de cotos de caza próximos á las
explotaciones, en atención á los daños que los
animales de caza causan en los cultivos; en
otras circunstancias está permitido que los
labradores destruyan en sus campos con armas
de fuego ó cojan con lazos las reses y aves de
caza. Cuanto á los demás mamíferos que se
alimentan á expensas de las cosechas, son perseguidos
de varias maneras: se les da humazo,
se los envenena, etc., etc.; tal se practica con
los roedores que invaden los graneros y sótanos.
Entre las aves las hay también muchas que
causan perjuicios al agricultor, figurando en
primer término las palomas, que comen guisantes,
titos, almortas, garbanzos, habas, judías
, nabina, bellotas, granos de cereales, fresas
silvestres, yemas, hojas tiernas, etc., etc.,
por lo que se hallan los palomares sujetos á
reglamentos especiales durante la época de la
sementera, y los propietarios deben colocar redes
en las salidas de esos refugios, para evitar
que los abandonen las aves y devoren las semillas
que el labrador arroja en sus campos,
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y que á veces desaparecen casi por completo
en las comarcas que recorren grandes bandadas
de palomas, y que es necesario apartar de
cañamares y otros sembrados; tarea que suele
encomendarse á niños ó muchachos de pocos
años. Los gorriones se pueden equiparar casi
á las palomas por la gran cantidad de grano
que devoran, y los siguen el verderón, el
pinzón, el jilguero, la picaza, el cuervo, el
pardillo, y en general, todas las aves llamadas
fringilas, pájaros de pico grueso, cónico y
convexo en la parte superior. Los pico-gordos
ó pyrrlmlas se comen las yemas de los ciruelos,
y reunidos en bandadas pueden destruir
los brotes de un gran plantío en pocos instantes.
Muchos de esos pájaros, al igual de los gorriones
, son muy útiles, á pesar del gran consumo
de granos y frutos que hacen, porque se
alimentan también de insectos, pudiendo clasificarse,
como el topo, entre los animales útiles;
de ahí que no deba procederse de ligero para
destruir las aves que, según los puntos y la
clase de cultivos, pueden ser útiles ó dañosos;
la experiencia es la llamada á decidir en ese
caso.
Los animales articulados, los gusanos y los
moluscos son los que comprenden mayor número
de especies dañinas á la agricultura, á
la horticultura y á la arboricultura. De ahí la
conveniencia de conocerlos bien y de estudiar
sus costumbres para perseguirlos y exterminarlos.
Entre los insectos nocivos para los cereales,
figuran muchos coleópteros, los cuales tienen
cuatro alas, según es sabido, dos de las cuales,
llamadas élitros ó estuches, son duras, opacas,
granugientas á veces, y que hallándose quieto
el insecto, cubren completamente las otras dos,
de estructura membranosa, transparente y
que forman una especie de malla ó red, plegándose
además transversalmente por el medio.
Las larvas ú orugas de estos insectos tienen
seis patas adheridas á los tres primeros
anillos, ó no tienen ninguna (apodas), distinguiéndose
en tal caso de las de los dípteros
por ser su cabeza bien visible y recibir el nombre
vulgar de gusanos. Entre los coleópteros
qite atacan los principales cereales figura el
Eleater segetis, ó escarabajo del trigo, cuya
larva prolongada, delgadísima, amarillenta y
muy dura, es subterránea, roe las raíces del
trigo hasta el mismo cuello y hace morir las
plantas en Abril, sobre todo cuando ha sido
muy riguroso el invierno y cuando el cultivo
del trigo sigue al del trébol. El gorgojo del
trigo ó Calandra granaría es otro coleóptero
muy dañino también. La altica del trigo, Altica
segetis, es también muy perjudicial á esta
gramínea, como los amaros, las larvas del abejorro,
etc. De los ortópteros, los más terribles
sou los acridios, familia de las langostas. Algunas
especies, llamadas migratorias, se reúnen
en legiones que forman densa nube y obscurecen
el sol, hasta el punto de no poderse
leer en las habitaciones; devastan los más florecientes
campos en un momento, y hasta las