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l - Repositorio Gestion Documental v.03

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AZU — 682 — AZU<br />

ducen en vibraciones y conmociones para todo<br />

el aparato, cuya marcha irregular ocasiona<br />

desperfectos, exigiendo continuas reparaciones.<br />

En Alemania se sigue para la construcción<br />

de las turbinas un principio diametralmente<br />

opuesto. El eje reposa en la parte inferior sobre<br />

una crapodina móvil, y en la superior se<br />

suprime el ajuste que le aprisionaba de un<br />

modo invariable. Por bajo del tambor, se dispone<br />

sólo como guía una guarnición circular,<br />

susceptible de ceder en todos sentidos á la<br />

presión, lo que permite al eje tomar por sí<br />

mismo la posición conveniente durante la<br />

marcha, según que el centro de gravedad se<br />

aleja más ó menos del eje de simetría.<br />

' Las figuras 311 y 312 representan el corte<br />

y la perspectiva de una de estas turbinas.<br />

Consta de un tambor a de palastro bastante<br />

espeso (6 á 7 milímetros) y pesado, á fin de<br />

acrecer el momento de inercia del aparato, y<br />

que su marcha sea regular, comportándose<br />

entonces como el volante de una máquina de<br />

vapor; y así como éste tiene por objeto vencer<br />

los puntos muertos, regularizando la velocidad<br />

tanto mejor cuanto mayor es su peso,<br />

del propio modo, siendo pesado el tambor de<br />

la turbina, anula mejor las sacudidas y variaciones<br />

que se producen en su rotación, sobre<br />

todo al verter dentro los azúcares.<br />

Por lo demás, el tambor está unido al eje<br />

mediante una ensambladura circular y un<br />

anillo colocado por bajo del cono c. Cuando el<br />

tambor necesita reparación , puede separarse<br />

fácilmente mediante una palanca. La envoltura<br />

e que rodea al tambor giratorio, y que<br />

en la figura 312 aparece levantada, es de palastro<br />

delgado, articulándose con un canal de<br />

fundición, cuya pared interior está inclinada<br />

al objeto de recoger el líquido turbinado que<br />

sale por /. Todo el aparato está montado y<br />

sostenido sobre un prisma hueco de fundición<br />

g g', y éste á su vez va sujeto con gruesos<br />

tornillos á la placa de fundición i, que<br />

descansa sobre unos durmientes de madera de<br />

encina, empotrados en el suelo.<br />

En este sistema de turbinas, para que el<br />

árbol no se deforme, importa que pueda inclinarse<br />

fácilmente, tanto en un sentido como<br />

en otro, y que sus soportes sigan también estos<br />

movimientos.<br />

Además, como quiera que la carga gravita<br />

toda ella sobre un solo pivote, es de necesidad<br />

que éste sea de una substancia muy dura y<br />

de poco desgaste, lo cual se consigue disponiendo<br />

en la extremidad h, del eje b, una mortaja<br />

cónica, en la que enchufa otra pieza metálica<br />

formada de una aleación de antimonio;<br />

pieza que á su vez reposa sobre la crapodina<br />

del mismo metal. Las superficies de contacto<br />

de estas dos piezas tienen de 25 á 30 milímetros<br />

de diámetro. Hoy se les da la forma plana<br />

, en lugar de convexa á la una y cóncava á<br />

la otra, o ambas convexas, cual se efectuaba<br />

en otro tiempo.<br />

Como todo el peso del aparato gravita so­<br />

bre estas piezas, y además la velocidad de la<br />

rotación es enorme (1.000 á 1.500 vueltas por<br />

minuto), se desgastan pronto, siendo necesario<br />

reemplazarlas dos ó tres veces en cada<br />

campaña. La crapodina tiene la forma de una<br />

copa, y se apoya por su superficie exterior esférica,<br />

en una pieza hueca de la misma forma,<br />

colocada sólidamente sobre la placa de fundición<br />

i i; de este modo el soporte puede seguir<br />

los desplazamientos del eje y tomar en<br />

cada momento la disposición más conveniente<br />

á la marcha regular del aparato. En cuanto á<br />

la guarnición superior que guía al eje, está<br />

formada, en parte, por dos charnelas de hierro,<br />

y en parte, por dos cilindros de caucho vulcanizado<br />

y espeso, siendo bastante móvil y elástico<br />

para que el eje en su rotación pueda inclinarse<br />

y volver á su primitiva posición tan<br />

luego como cesa la causa que produce el desvío.<br />

El aparato se mueve mediante correas<br />

cruzadas que pasan por la polea directriz n.<br />

Un sencillo mecanismo de palancas permite<br />

transportar la correa á la polea loca cuando se<br />

quiere detener la marcha de la turbina.<br />

De los experimentos hechos por Walkhoff<br />

en las turbinas que acabamos de describir,<br />

respecto á su velocidad, resulta:<br />

Durante el primer minuto.<br />

— el segundo<br />

— el tercero<br />

— el cuarto<br />

— el quinto<br />

— el sexto<br />

100 revoluciones.<br />

250 —<br />

550 —<br />

725 -<br />

850 —<br />

950 á 1.000 —<br />

Lavado.—Purgados los azúcares brutos en<br />

las cajas, formas ó turbinas, se hace necesa.rio,<br />

si se desea obtener aún productos más<br />

blancos y libres en un todo de melaza, recurrir<br />

á un lavado con disoluciones saturadas de<br />

sacarosa pura; líquido que no disuelve la prismática,<br />

pero sí la glycosa y demás cuerpos<br />

solubles que hayan quedado interpuestos entre<br />

los cristales.<br />

En las fábricas de refino, donde este trabajo<br />

ofrece particular interés, practícase primero<br />

en las turbinas y después en las formas;<br />

pero en los ingenios se emplean sólo aquellos<br />

aparatos que, á decir verdad, han producido<br />

una completa revolución en la industria azucarera.<br />

Sorprende ver cómo azúcares prietos,<br />

de pésimo aspecto y pegajosos, no bien caen<br />

en las turbinas y comienza el rápido movimiento<br />

giratorio, van apareciendo cada vez<br />

más y más claros, hasta quedar casi blancos,<br />

en el breve espacio de quince á veinte minutos.<br />

Ahora bien; si llegado este momento, adicionamos<br />

á la turbina unos cuantos litros de<br />

agua saturada de azúcar, ésta arrastrará los<br />

restos de melaza, de materias colorantes y<br />

sales solubles, dejando intacta la sacarosa en<br />

un estado de pureza próximo á la que ofrece<br />

el azúcar refinada de pilón.<br />

Por lo demás, cualquiera que sea el método<br />

de purga, una vez secos los azúcares, se colocan<br />

en cajas ó toneles de madera, y se expiden

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