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l - Repositorio Gestion Documental v.03

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ARS — 552 — ARS<br />

observación en cuenta con tanto mayor motivo,<br />

cuanto que en las cocinas y alhacenas de<br />

los campesinos especialmente es donde abundan<br />

las moscas y las hormigas, y donde algunos<br />

han establecido la mala costumbre de<br />

utilizar el arsénico reducido á polvo y en la<br />

forma dicha. Por lo demás, ya se va generalizando<br />

la costumbre de sustituir ese insecticida<br />

con otros fijados en papel, que no ofrecen,<br />

ni mucho menos, los peligros que el arsénico.<br />

Entre la generalidad de las gentes se designan<br />

con el nombre de arsénico unos polvos<br />

blancos que en realidad no son otra cosa que<br />

el resultado de la oxidación del arsénico puro<br />

de los químicos, y cuyo nombre científico es<br />

el de ácido arsenioso, substancia que se emplea<br />

con alguna frecuencia en medicina, sobre todo<br />

para matar piojos. Con ese objeto se asocia<br />

con grasa y harina, á las cuales se agregan á<br />

veces algunas semillas de hinojo, cuyo olor<br />

atrae á los animalillos. Los naturalistas se<br />

sirven de ese preparado para preservar de los<br />

ataques de los insectos las pieles de los animales<br />

disecados. El célebre químico M. Boussingault<br />

preconizó una disolución de ácido<br />

arsenioso en un líquido alcalino (carbonato de<br />

sosa) para rociar los granos y poner de esa<br />

manera al agricultor á cubierto de los considerables<br />

gastos que le producen con frecuencia<br />

la caries, y la voracidad de las ratas y ratones.<br />

La gran semejanza que tienen con la harina<br />

los polvos de arsénico, y la frecuencia con que<br />

se emplean en algunas comarcas, no solamente<br />

ocasiona equivocaciones terribles, sino que<br />

facilita la perpetración de crímenes espantosos.<br />

De ahí que con razón sobrada se haya<br />

recomendado á los expendedores que tiñan<br />

con color azul de Prusia esa substancia venenosa;<br />

de todos modos, bueno es tener presente<br />

que en caso de duda, para determinar si son<br />

arsenicales los polvos que se manejan, basta<br />

echar algunas pizcas de los polvos blancos<br />

sobre las brasas para asegurarse de si existe ó<br />

no el arsénico, porque en el primer caso se<br />

desprenderán humos blancos bastante densos,<br />

de olor aliáceo, es decir, de olor á ajos. En el<br />

caso de que ocurra algún envenenamiento<br />

con los polvos blancos, es necesario provocar<br />

ante todo vómitos en la víctima y hacer que<br />

trague cuanto antes hidrato de peróxido de<br />

hierro que presente la consistencia del agua<br />

clara, y aun es preferible el protosulfuro de<br />

hierro hidratado.<br />

El ácido arsenioso se emplea en medicina y<br />

en veterinaria para la curación de enfermedades<br />

internas y de afecciones cutáneas, ora<br />

en polvo, ora asociado á pomadas ó pastas,<br />

ora-en soluciones acuosas, brebajes, electuarios,<br />

mixturas, pildoras, bolos, etc. Con él se<br />

combaten muchos tumores farináceos, granos,<br />

induraciones ganglionares, úlceras de<br />

mal aspecto, el arestín del caballo, el dartrix<br />

del pene, la zapera del carnero y la sarna<br />

en los animales todos. Agente cáustico enérgico,<br />

se absorbe con suma rapidez, especial­<br />

mente por las partes que sangran. Administrado<br />

al interior, combate afecciones rebeldes,<br />

la tisis, la elefantiasis, etc., pero no debemos<br />

considerarle como una panacea universal, siguiendo<br />

á ciertos declamadores.<br />

M. Strebel dio, poco tiempo hace, á luz un<br />

trabajo acerca del empleo del ácido arsenioso en<br />

medicina veterinaria, recomendándole contra<br />

las siguientes afecciones :1. a Catarro crónico del<br />

aparato respiratorio.— 2. a Enfisema, pulmonía.—3.<br />

a Atonía del estómago y del canal intestinal,<br />

digestiones difíciles y perezosas, alteraciones<br />

en la nutrición.—Y 4. a Alteraciones<br />

en el sistema linfático, muermo, etc.<br />

Tratándose . de caballos, el citado autor<br />

prescribe durante los primeros cinco días, 35,<br />

38 y 40 centigramos, para ser administrados<br />

tres veces al día, aumentando después la dosis<br />

hasta 50 centigramos durante cuatro ó cinco<br />

días, después de lo cual suspende el tratamiento<br />

por dos ó tres días, para volver á administrar<br />

nuevamente durante ocho días la<br />

última dosis indicada ó una más elevada dosis.<br />

Después se suspende nuevamente la medicación<br />

durante otros ocho días, y se prosigue<br />

después. M. Strebel no ha examinado el arsénico<br />

bajo el punto de vista vermífugo intestinal<br />

, pero es indudable que produce resultados<br />

excelentes manejado con cordura. La<br />

práctica ha patentizado que debe administrarse<br />

en ayunas á los caballos y á la dosis de un<br />

gramo al día, si bien basta en muchos casos<br />

administrar medio gramo.<br />

Muchos han recomendado el uso del arsénico<br />

en pequeñas dosis para favorecer el engorde<br />

de los animales; en este caso es necesario<br />

suspender de vez en cuando la administración<br />

del arsénico, á fin de que no se habitúe<br />

á él la naturaleza, y aun en Alemania se ha<br />

preconizado tan exageradamente la eficacia,<br />

del arsénico, que la coquetería ha llevado á<br />

algunas jóvenes despreocupadas á provocar<br />

por medio del arsénico el desenvolvimiento de<br />

algunas partes del cuerpo humano, que cada<br />

vez va siendo más reducido. También ejerce<br />

el arsénico una influencia favorable en los<br />

órganos de la respiración, y de ahí que en algunas<br />

comarcas montañosas se haya adoptado,<br />

usándole á pequeñas dosis, para poder resistir<br />

mejor á la fatiga del trabajo y á la que produce<br />

el recorrer terrenos muy accidentados.<br />

Precisamente por inducción analógica se ha<br />

aplicado como medicamento en algunos casos<br />

de asma, y se han obtenido en caballos curaciones<br />

verdaderamente sorprendentes, gracias<br />

al tratamiento arsenical.<br />

Cuando se abrigue la sospecha de que ha<br />

ocurrido un envenenamiento por el arsénico,<br />

si este cuerpo no produce los vómitos por sí<br />

mismo, es necesario provocarlos como primera<br />

medida de precaución. Esos vómitos se pueden<br />

facilitar con tártaro emético, con disoluciones<br />

de sulfato de cinc ó de sulfato de<br />

cobre, ó con ciertas bebidas mucilaginosas,<br />

con líquidos albuminosos, leche, el mucílago<br />

de linaza, etc. Cuando no se consigue el vómi-

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