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laciún, que se realiza al incorporarse á los tejidos
los alimentos. La fase regresiva comienza,
por el contrario, con la desasimilación, secreción
ó exiulación de elementos constituyentes
de los tejidos, y termina con la excreción ó eliminación
de las diferentes materias consumidas
por la vía de los emuntorios ú órganos varios
destinados á ese fin, bajo la forma de excrementos
, orinas, sudor, aire espirado y líquidos
ó gases de transpiración cutánea.
Esas dos fases se diferencian notablemente,
según que se realicen en el reino animal ó en
el vegetal. En éste la fase progresiva se reduce
á la síntesis química de los diferentes compuestos
orgánicos; los vegetales absorben ácido
carbónico, agua y sales amoniacales, que
son los principales productos de la secreción
animal, y los combinan con el oxígeno, formando
los compuestos orgánicos superiores y
los albuminoideos. En la fase regresiva desoxidan
las materias formadas en la primera
fase, las reducen y expelen el oxígeno libre
como producto de excreción. En los animales,
por el contrario, la fase progresiva no consiste
en la síntesis química de las materias orgánicas
, porque encuentran éstas ya constituidas
por los vegetales, sino en la modificación
de su constitución, en la disolución y en combinaciones
más complicadas. La fase regresiva
no consiste en la desoxidación de las materias
orgánicas, sino en su sucesiva oxidación
hasta reducirlas á la forma inorgánica de
ácido carbónico, agua, derivados amoniacales
como la úrea, el ácido úrico ó hipúrico, y
además ácido fosfórico y sulfúrico. En resumen,
bajo el punto de vista químico, el vegetal
representa un organismo sintético, y el animal
un organismo analítico.
Pero más bien que exponer teorías acerca de
los caracteres y diferencias de los dos reinos
de la naturaleza que suministran alimentos al
hombre, será preferible exponer lo que acerca
de la función digestiva enseña la ciencia.
Los alimentos son masticados, triturados y
reducidos á pulpa en la cavidad de la boca
por los animales superiores, mezclándolos con
saliva y aire atmosférico. La saliva ejerce una
acción química sobre la fécula contenida en la
substancia alimenticia producida por un cuerpo
particular, especie de fermento llamado
diastasa, mediante el cual la fécula se transforma
en dextrina, ó sea materia sacarina, que
se denomina glucosa, y después en ácido láctico.
Una vez en el estómago la substancia alimenticia
, determina la secreción del jugo gástrico,
es agitada por los movimientos de la
viscera y se convierte en una materia homogénea
pulposa, á la cual se da el nombre de
quimo. El jugo gástrico, que tan importante
papel desempeña, se halla compuesto de dos
principios, el ácido láctico y la pepsina, ésta
última bastante análoga al fermento llamado
diastasa. Los alimentos azoados, que comprenden
la fibrina, la albúmina y la caseína,
son penetrados por el jugo gástrico, y el
ácido láctico y la pepsina gozan la virtud
de disolverlos, mediante la fermentación y el
movimiento molecular que tienen la propiedad
de comunicar á las substancias mencionadas.
Modificada de ese modo la masa alimenticia,
es expelida al duodeno y á los intestinos
delgados, donde experimenta una nueva
transformación, incorporándose jugo pancreático
biliar. El ácido láctico, introducido en el
duodeno y en los intestinos delgados con la
pasta de quimo, queda neutralizado por la sosa
libre contenida en la bilis. La fécula que llega
al estómago sin haber sufrido la diastasis salival,
la experimenta bajo la acción del jugo
pancreático biliar; las materias grasas son en
parte saponificadas por la sosa libre de la bilis,
y en parte emulsionadas por el jugo pancreático
, y realizados todos esos cambios, la masa
se disuelve bajo la influencia de la pepsina, ó
es saponificada ó emulsionada, es absorbida y
transportada, por último, al torrente circulatorio.
Durante esa serie de fenómenos fisiológicos,
el estómago absorbe las partes más líquidas,
pero en el duodeno y en los intestinos delgados
se verifica la absorción total de las substancias
nutritivas. A los intestinos gruesos
pasa cierta cantidad de materias que han atravesado
el tubo digestivo sin experimentar
transformación, y son las substancias leñosas,
las epidérmicas, la parte excrementicia
de la bilis, y, en fin, cuantas substancias no
eran susceptibles de ser digeridas y se convierten
en inútiles, constituyendo los excrementos.
Para reparar las pérdidas diarias ocasionadas
por las secreciones y excreciones, el animal
sólo dispone de dos medios, la respiración
y la alimentación; mediante la primera absorbe
oxígeno, y mediante la segunda líquidos y
sólidos. La absorción del agua introducida con
las bebidas ó mezclada con los alimentos es
de todo punto indispensable; la fibrina, la albúmina,
la caseína y la gelatina contienen
los principios inmediatos ázoe, carbono, hidrógeno
y oxígeno, y se hallan organizadas
de tal manera, que constituyen lds diferentes
tejidos de la economía, cuya nutrición intersticial
mantienen. A toda substancia que contiene
los elementos citados se ha dado el nombre
de proteína. Los alimentos que se hallan:
destinados á ese fin se denominan reparadores,
y son substancias azoadas que tienen por
base la proteína, y proceden tanto de los animales
como de los vegetales. En aquéllos se
halla representada por la-fibrina, la albúmina
y la caseína; en los segundos, por la fibrina
vegetal, que no es otra cosa que el gluten de
muchos cereales; por la albúmina vegetal, que
existe abundantemente en los jugos vegetales
y presenta propiedades análogas á las de la
albúmina animal soluble; y por la caseína vegetal
, que se encuentra en los granos leguminosos,
es soluble en el agua, no se coagula
bajo la acción del calor, y sí bajo la acción de
los ácidos.