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con diferentes nombres. Así en .Tortosa los
prácticos conocen tres especies, que denominan
de oreja negra, fartonas y canastros;
los pescadores de • la Albufera de Valencia
distinguen las anguilas marinas de las paslurencas
y maresas, y los gallegos llaman
anguila á la vulgaris, y Airoa, Eirá de los
portugueses, á Ta anguila latirostris.
La anguila común, elemento de riqueza en
las comarcas donde hay lagos, lagunas y ríos,
tiene todos los caracteres del género antes
indicado, y otros distintivos que la singularizan
bastante para no confundirla á simple
vista con individuos de otras especies. Su
cuerpo es cilindrico y de naturaleza viscosa,
generalmente muy prolongado y aplanado en
la región caudal. La cabeza es delgada; la
mandíbula inferior avanza más que la superior
y es puntiaguda; las escamas son oblongas,
pequeñas, apenas visibles, numerosísimas, y
están muy adheridas á la piel. No tiene aletas
ventrales; las pectorales son pequeñas é insertas
cerca de los oídos; la dorsal y la anal se
prolongan hasta confundirse con la caudal,
formando una lista estrecha y poco elevada
que se ensancha conforme va acercándose á la
extremidad de la cola. Por esa especial disposición
de las aletas, y por la forma del cuerpo,
se explica perfectamente que las anguilas naden
á reculones casi tan fácilmente como hacia
adelante, y que se distingan de las demás
por su agilidad y su vigor. También favorece
su huida la materia mucilaginosa que
segregan abundantemente, sobre todo cuando
están fuera del agua, por una serie de glándulas
distribuidas en los flancos. Esa secreción
cubre las escamas de una especie de barniz
que pone muy untuosa y brillante la piel.
Una vez fuera del agua el animal, es en ocasiones
tan espeso y consistente el barniz, que
obstruye los poros de la piel. Cuando se desee
que la anguila se conserve viva, es necesario
en esos casos limpiarla bien, haciéndola pasar
por entre la mano un tanto apretada antes
de echar el pez al estanque.
Las anguilas ofrecen una particularidad
verdaderamente curiosa, ó sea la existencia
de un corazón linfático, dotado de pulsaciones
bien caracterizadas. Ese órgano se halla situado
en la extremidad de la vena caudal.
Gracias á él, se explica que muchos pescadores
maten las anguilas mordiéndolas con fuerza
en la cola, y que en cuanto se toca este apéndice
suavemente, el pez sacuda el sopor en que
se halla á veces, y aun que se agite el cuerpo
convulsivamente cuando se halla casi privado
de vida. Los huevos son tan pequeños que sólo
después de investigaciones minuciosas por
medio del microscopio han podido descubrirse
en el cuerpo del animal, dispuestos, como en
las lampreas, á ambos lados de la columna vertebral.
Se ha hablado varias veces de testículos
y de espermatozoos, pero nada de cierto
puede asegurarse, y hasta el día no se conocen
anguilas machos; de ahí que se inclinen muchos
á admitir el hermafroditismo, y que se
sospeche la existencia de individuos estériles
é incapaces de reproducirse. En algunas comarcas
costaneras se llaman angulas á las crías
de las anguilas.
Habitan las anguilas en todas las partes del
mundo, en Europa, África septentrional, Islas
de Madagascar y de Francia, en la India y en
los Estados Unidos. Abunda en las aguas salobres
del litoral; en las charcas, estanques,
lagunas y ríos de las regiones templadas; en
el Mediterráneo y en el Atlántico; en todos
los ríos de la Europa central, excepto el Danubio.y
sus tributarios, y en todos los golfos
y mares de esta parte del mundo, excepto el
Mar Negro y el Caspio. Vive indistintamente
en las aguas corrientes ó en las estancadas,
en las cascadas y en los remansos de los ríos;
á veces remonta las corrientes con rapidez
suma, y al descender se deja arrastrar por el
impulso del agua, y cae muchas veces en los
artificios que colocan los pescadores para aprisionarla,
reuniéndose gran número de individuos.
Durante el día y en las noches claras la
anguila se mantiene generalmente enterrada
en el lodo ú oculta entre las piedras, entre
las raíces de los árboles, y en las cavidades y
agujeros de las márgenes de los ríos. Puede
permanecer mucho tiempo enterrada entre
el lodo húmedo, y en ocasiones transcurre
mucho tiempo antes de que la sensación
del hambre, el calor ó el frío excesivos la
obliguen á abandonar el sitio de descanso.
Cuando no encuentran suficiente cantidad de
alimentos en las aguas; cuando éstas se caldean
demasiado y comienzan á corromperse,
esos peces emigran hacia los arroyos frescos
y puros, rastreando á veces por las márgenes
poco inclinadas, y haciendo el viaje por
tierra, buscando con admirable instinto los
regueros, y los sitios bajos y húmedos, especialmente
los cubiertos de hierba. Por lo
demás, solamente emprende tales excursiones
de noche, y cuando el tiempo y la humedad la
favorecen. En esas excursiones las anguilas
se alimentan de gusanos, de insectos, de larvas,
de caracoles y limacos, pero contraen
con frecuencia un padecimiento, cuya existencia
revelan ciertas manchas blancas en la piel.
Numerosos hechos comprueban la existencia
de esa propensión de las anguilas á emigrar
por tierra, si bien la niegan muchos naturalistas.
Solamente gracias á esa tendencia se.
explica que desaparezcan á veces completamente
las anguilas de un río, y aparezcan en
charcos y corrientes que no tienen ninguna
comunicación con él. También aparecen anguilas
en lagos que se hallan á muchos metros
sobre el nivel del mar, gracias á la tendencia
de los animales jóvenes á remontar por las
corrientes y marchar en busca de aguas ricas
y frescas.
La historia natural y los hábitos de las anguilas
son muy conocidos. Durante la primavera
, en los meses de Marzo y Abril, se verifica
la llamada trepa, es decir, que infinidad