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l - Repositorio Gestion Documental v.03

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AZU — 696 — AZU<br />

para azufrai' las vides. Sin embargo, así que<br />

se reconozca la conveniencia de azufrar, no<br />

debe renunciarse á esa operación salvadora,<br />

aun cuando llueva, siempre que la lluvia no<br />

sea verdaderamente torrencial y copiosa. Cuando<br />

sobrevenga nna lluvia abundante después<br />

de haber azufrado las vides, será necesario<br />

repetir la operación así que aclare el tiempo,<br />

debiendo tenerse presente que en calentando<br />

el sol durante unas cuarenta horas, queda asegurado<br />

el éxito del azufrado, es decir, que el<br />

éxito de la operación es simplemente cuestión<br />

de oportunidad, y ese éxito tiene tal importancia,<br />

que representa una buena cosecha sin<br />

que los vinos contraigan ningún sabor ni cualidad<br />

desagradables ó que los haga desmerecer.<br />

Ese éxito, no nos cansaremos de repetirlo,<br />

es seguro, si se distribuye el azufre sobre las<br />

partes verdes de las vides que se desee proteger<br />

en el momento en que comienza la germinación<br />

del parásito ó durante las primeras<br />

fases de su desarrollo. Cuando la invasión<br />

data de larga fecha, y siempre que haya adquirido<br />

grandes proporciones, deberá operarse<br />

en días de mucho calor y repetir el azufrado<br />

de quince en quince días, es decir, que el<br />

propietario no deberá desanimarse nunca, por<br />

grande que sea la intensidad de la infección,<br />

debiendo tener en cuenta únicamente que los<br />

azufrados tardíos comunican al vino el sabor<br />

característico de la substancia ó remedio empleado.<br />

Este inconveniente se evita sometiendo<br />

los caldos y los envases á un tratamiento<br />

especial, consistente en enjuagar los segundos<br />

con agua caliente, después de quemar dentro<br />

de ellos 5 centímetros de mecha azufrada, y en<br />

trasvasarlos veinte días después, cuidando de<br />

que el vino no arrastre las heces que se hayan<br />

sedimentado en el fondo de la cuba ó tinaja.<br />

Esto sentado, y para el caso en que sea<br />

necesario azufrar tres veces las vides, como<br />

pudiera ocurrir en contados casos que no bastara<br />

ese número, véase cómo ha de procederse,<br />

al decir de los prácticos más inteligentes.<br />

El primer azufrado, que habrá de extenderse<br />

á toda la viña y en todas las partes de las<br />

cepas, se practicará tan pronto como aparezcan<br />

los primeros brotes y hayan adquirido de<br />

4 á 6 centímetros de longitud, se manifieste<br />

ó no la enfermedad en todas las cepas. Este<br />

azuframiento preventivo, como hizo observar<br />

M. Lawley, es el más importante, y de ahí<br />

que no deba dejarse descuidada ninguna cepa,<br />

y de ahí que convenga arrojar el azufre aun<br />

sobre las partes viejas, cuando aun no aparezcan<br />

brotes en algún arbusto cuya vegetación<br />

se halle un poco retrasada. Sabido es que el<br />

azufre obra como preservativo y curativo á<br />

la vez, y que si las viñas se azufran perfectamente<br />

al iniciarse la vegetación activa, quedan<br />

completamente preservadas de la infección;<br />

ventaja ésta muy grande aun bajo el punto<br />

de vista de la conservación de la planta.<br />

El segundo azufrado deberá practicarse después<br />

que haya caído la flor, y podrá limitarse<br />

á las partes verdes de las vides, ó sea á los<br />

tiernos racimos, á las hojas y á los nuevos<br />

vastagos. También es muy importante esta<br />

operación por lo mismo que va encaminada á<br />

impedir que el oidium ofenda las partes tiernas<br />

y delicadas de la planta, y sobre todo las<br />

uvas en formación. Precisamente durante ese<br />

período son mucho más peligrosos los estragos<br />

del oidium, y si no se evitan á tiempo, ponen<br />

la cosecha en peligro.<br />

El tercer azufrado habrá de hacerse cuando<br />

los granos de la uva hayan adquirido el tamaño<br />

de un guisante, poco más ó menos, es decir,<br />

en los climas templados á mediados de Julio,<br />

época en que algunas veces reaparece la infección.<br />

En esa época podrá limitarse el azufrado<br />

al racimo, siempre que presenten buen aspecto<br />

las demás partes de la vid; si sucediera lo contrario,<br />

es decir, si apareciesen también invadidas<br />

por el oidium, será conveniente azufrar<br />

abundantemente, no debiendo olvidarse el carácter<br />

contagioso de esa verdadera enfermedad<br />

, que se propaga de los tallos á las hojas,<br />

y á los racimos y viceversa, y además que el<br />

azufrado no se practica únicamente por salvar<br />

la cosecha, sino también para salvar y fortalecer<br />

la planta, no bastando, de consiguiente,<br />

azufrar la uva. También sucede á veces que<br />

unos -racimos aparecen sin madurar cuando<br />

otros han llegado á perfecta sazón, y esa particularidad,<br />

tratándose de viñedos invadidos por<br />

el oidium, debe atribuirse á la acción de este<br />

moho, máxime cuando esa diferencia se observa<br />

entre los sarmientos verdes y los atacados.<br />

Si las estaciones y los cambios atmosféricos<br />

se suceden de una manera regular y no surgen<br />

fenómenos meteorológicos que interrumpan<br />

la acción del azufre, basta siempre practicar<br />

tres veces la operación; en todo caso<br />

deberán examinarse las viñas de vez en cuando,<br />

para renovarla si se advirtieran huellas ó<br />

indicios de nueva invasión. En caso de ser<br />

así, se practicarán azufrados parciales, dirigidos<br />

especialmente contra las cepas que se<br />

hallen invadidas y contra las que se hallen<br />

en las inmediaciones de éstas.<br />

Tampoco es completamente indiferente<br />

practicar la operación á una ú otra hora del<br />

día. Teniendo en cuenta lo que hemos dicho<br />

respecto de la energía con que obra el azufre<br />

según los grados de la temperatura y el estado<br />

de la atmósfera, fácilmente se comprende<br />

cuáles son los momentos del día más adecuados<br />

para el azufrado de las vides. Puesto que el<br />

ácido sulfhídrico que se forma mediante la evaporación<br />

del azufre ejerce su acción en tanto<br />

que el calor sea considerable y exista oidium<br />

en las partes á que se dirige cuando se halla<br />

en la parte inferior, para aprovechar todas<br />

las horas de sol, y además para evitarse molestias<br />

que los rayos de éste causan, convendrá<br />

operar en las primeras horas de la mañana,<br />

porque si se practica el azufrado por la<br />

tarde, muy bien pudiera suceder que habiendo<br />

de permanecer durante toda la noche el<br />

azufre sobre la planta, surgiese algún inconveniente<br />

y no ejerciera acción alguna al si-

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