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ARO — 518 — ARQ<br />

al fuego dos partes y media de bicromato de<br />

potasa y cuatro y media de agua. Se debe<br />

practicar la operación con una retorta, en la<br />

cual se echan las dos disoluciones para mantenerla<br />

hirviendo, á fin de destilar el líquido<br />

é ir saturando la destilación con carbonato de<br />

potasa y hacer que cristalice el valerianato<br />

de sosa obtenido de esa suerte. Se toma parte<br />

y media de ese valerianato después de estar<br />

bien seco, y se agrega á una mezcla hecha<br />

poco á poco por medio de una parte de alcohol<br />

amílico con un peso igual de ácido sulfúrico,<br />

la cual habrá de mantenerse durante<br />

algún tiempo en el baño-maría, que habrá de<br />

calentarse suavemente. Agregando agua, se<br />

separa el éter valeroamílico que se haya formado,.<br />

y purificado éste con lejía de sosa, se<br />

incorpora con cinco ó seis volúmenes de alcohol<br />

para obtener el aroma de manzana.<br />

Para terminar, hemos de advertir que la<br />

fabricación de aromas artificiales se halla todavía<br />

en el período de la infancia, digámoslo<br />

así, y es necesario que los industriales la dediquen<br />

atención preferente para obtener las<br />

utilidades que no podrán menos de obtener.<br />

Por ejemplo, los éteres de los ácidos grasos<br />

volátiles pueden formar productos de agradable<br />

fragancia y que imiten á los naturales,<br />

siendo de esperar que algún hombre emprendedor<br />

se dedique á perfeccionar y utilizar esa<br />

importante industria en provecho propio, y<br />

de nuestro país.<br />

Como complemento de este artículo, y en<br />

atención á que en la actualidad se están cambiando<br />

las fórmulas de los aromas artificiales,<br />

y se modifican y perfeccionan las preparaciones<br />

adoptadas, hemos de advertir que nuestros<br />

lectores hallarán interesantes indicaciones<br />

en el artículo de este DICCIONARIO en que<br />

hablamos de las esencias, y especialmente de<br />

las esencias aromáticas artificiales.<br />

AROMÁTICO.—Dícese de los cuerpos que<br />

tienen un olor más ó menos pronunciado y<br />

agradable; generalmente son vegetales de virtudes<br />

medicinales, tónicas, estimulantes y<br />

astringentes, razón por la cual se usan mucho<br />

en veterinaria. Tales son la salvia, el romero<br />

, la menta, el perifollo, el espliego, etc.<br />

También el arte culinario utiliza las plantas<br />

aromáticas en grande escala con la denominación<br />

de especias, entre las que figura la pimienta,<br />

la canela, el clavo, la nuez moscada,<br />

etc.<br />

Las plantas aromáticas son las que precisamente<br />

comunican á los forrajes el apetitoso<br />

olor que despierta la voracidad de los ganados,<br />

y las cualidades tónicas que comunican á<br />

esos alimentos energía y fuerza. En las praderas<br />

sanas y elevadas es donde más abundan<br />

las plantas aromáticas, donde los pastos son<br />

finos y substanciosos, y donde comen siempre<br />

con gusto los animales. Hay notables diferencias<br />

entre el forraje grosero é insípido de las<br />

praderas bajas y húmedas, y el de las montañas<br />

y mesetas elevadas. El primero aumenta<br />

notablemente el volumen de los animales,<br />

pero no les comunica vigor, energía y la robustez<br />

necesaria para sobrellevar la fatiga del<br />

trabajo; de ahí la diferencia entre los animales<br />

que se alimentan en las praderas bajas, y<br />

los que se nutren en sitios altos y accidentados.<br />

Estos son vivos, enérgicos, robustos y<br />

sobrios, y resisten perfectamente largas horas<br />

de trabajo; aquéllos son linfáticos, flojos,<br />

y están sujetos á todas las enfermedades propias<br />

de ese temperamento.<br />

Generalmente, en economía rural no se atribuye<br />

toda la importancia que en realidad tiene<br />

á la naturaleza de los pastos y á la clase de<br />

los terrenos en que vegetan, y sin embargo,<br />

la índole de los forrajes ejerce una influencia<br />

decisiva, no solamente en la marcha de la explotación<br />

del ganadero, si que también entre<br />

las gentes que han de consumir las carnes<br />

para su alimentación. Hay una infinidad de<br />

circunstancias en que podrían suministrar excelentes<br />

pastos ciertas praderas de las cuales<br />

sólo se obtienen de mediana ó pésima calidad;<br />

para ello en la mayoría de los casos bastarían<br />

algunos trabajos de saneamiento, el empleo<br />

de abonos y el de semillas debidamente escogidas.<br />

Esta es una cuestión verdaderamente<br />

grave y que generalmente desatienden los<br />

agricultores. Las malas praderas permanecen<br />

abandonadas durante siglos y siglos, cuando<br />

sería tan fácil y poco costoso mejorarlas.<br />

AROMO.—(V- Acacia farnesiana.)<br />

ARQUITECTURA RURAL—Todos los<br />

edificios ó construcciones del campo, cuyo<br />

estudio constituye la arquitectura rural, son<br />

de gran importancia para el labrador, retratando<br />

, generalmente con gran exactitud, la<br />

situación más ó menos próspera de la agricultura<br />

de un país.<br />

No es España, por desgracia nuestra, la excepción<br />

de esta regla, y salvo rarísimos casos,<br />

su construcción agrícola deja tanto que desear<br />

como sus procedimientos y sistemas de<br />

cultivo.<br />

Prescindiendo de la falta de solidez y escasa<br />

duración que á primera vista se observa<br />

en la inmensa mayoría de las casas del campo,<br />

fijándonos exclusivamente en las condiciones<br />

que deben reunir para llenar cumplidamente<br />

su destino, veremos que su forma y dimensiones<br />

á nada obedecen; que no responden á<br />

ninguna necesidad más que al capricho, ó al<br />

bueno ó mal tino del que las dirige, lo que<br />

casi nunca reúne la competencia necesaria.<br />

Sólo así se explica que abunden esas viviendas<br />

húmedas, estrechas, bajas, de escasa luz y<br />

ventilación, que parecen hechas adrede para<br />

contrariarlos preceptos de la higiene, cuando<br />

con el mismo capital pudieran hacerse habitaciones<br />

que reunieran, si no todas, la mayor<br />

parte de las condiciones que exigen las reglas<br />

generales de una buena construcción.<br />

De esta manera únicamente se comprende<br />

el por qué los animales están apiñados en cuadras<br />

y establos que carecen de la extensión<br />

necesaria y del volumen indispensable á la<br />

respiración, donde morirían por asfixia si la

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