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cuya adopción prescribe contra los estragos
causados por los pájaros, se desprende que
abundaban considerablemente en España esos
volátiles por aquella época, y la mayoría de
las prácticas de cultivo que aconseja, se siguen
observando aún en nuestros días, y son
las recomendadas generalmente por los agrónomos
que no se curan de exageraciones y
teorías peregrinas, siendo de lamentar que no
amplíe Herrera algunas de las consideraciones
que apunta, y que no exponga detallada y
minuciosamente la marcha adoptada por los
agricultores del Mediodía de la Península respecto
de plantas que no prosperan en la meseta
central de las Castillas.
B. Aragó.
ALONZOA (Jardinería). — Arbusto de
la familia de las escrofularíneas, originario de
Chile, muy estimado en los jardines por su
follaje ornamental. Cultívanse dos especies :1a
Alonzoa icarscewiczii, arbolito de un metro
de elevación, de ramas bastante delicadas, numerosas
y rectas, con hojas lanceoladas y
flores en racimo de color rojo vivo, que se
abren durante una gran parte del estío, y la
Alonzoa incisa'folia, llamada así por tener las
hojas cortadas. Es un arbusto muy ramoso y
que forma mata á la manera de las zarzas.
Tanto los individuos de la primera como de
la segunda especie pueden vegetar al aire libre
durante el estío en toda Europa, pero durante
el invierno es necesario abrigarlos en la estufa,
á no ser en la Andalucía meridional, en
Sicilia y en algunas otras regiones de nuestro
Continente. Esos arbustos se multiplican
por semillas ó renuevos. Se siembran en los
comienzos de la primavera, para plantarlos
definitivamente á los dos meses ó seis semanas.
ALOPATÍA.—Sistema médico que consiste
en administrar á los enfermos medicamentos
tales que provoquen accidentes mórbidos
distintos de aquellos que sufre el animal enfermo.
ALOPECIA (Medicina veterinaria).—•
Caída parcial ó total de los pelos de los animales.
Esa enfermedad puede curarse, y nunca
produce la caída definitiva del pelo. Casi siempre
es consecuencia de alguna enfermedad de
la piel y de la sarna especialmente. Siendo la
alopecia resultado de una alteración constitucional
en el estado de salud, se la hace desaparecer
tratando convenientemente el padecimiento
que la origina. Cuanto al tratamiento
directo, varía según las circunstancias en
que se desarrolla aquella enfermedad. Cuando
haya inflamación será necesario combatirla
primero con lociones emolientes, y después
con lociones ligeramente estimulantes. Recomiéndanse
las lociones con una disolución de
jabón é hígado de azufre, y las fricciones de
pomada oxigenada, administradas dos ó tres
veces en otros tantos días, con una preparación
obtenida con 12 á 24 gramos de yoduro potásico
y 30 de manteca de cerdo, formando
ungüento. Hofer aconseja el empleo de la tin­
tura de yodo sobre las partes enfermas, distribuyéndola
con una pluma.
En las ovejas han producido resultados excelentes
las lociones con lejía de cenizas, y las
unciones, en los puntos del cutis afectados, con
aceite de asta de ciervo, y además las fricciones
con óxido de manganeso. También los
baños diarios sobre los puntos enfermos con
una disolución de sublimado, ó sea un gramo
de sublimado en 350 gramos de agua, producen
excelentes efectos. El último remedio
mencionado fué usado también con éxito por
Pilhvax para combatir la alopecia en los papagayos,
preparándole según las fórmulas si­
guientes:
1. a Sublimado corrosivo 12 centigrs.
Agua destilada 120 gramos.
Espíritu aromático 60 —
2." Sublimado corrosivo 6 centigrs.
Glicerina 30 gramos.
Extracto de quina 1,25 —
Bálsamo peruano 1,25 —
Con cualquiera de esas preparaciones se
bañarán diariamente las partes denudadas
por la mañana y por la noche.
Para usada en fricciones se ha recomendado
mucho la siguiente preparación, que forma
un ungüento :
Acido nítrico 8 gramos.
Manteca de cerdo 30 —
ALOPECURO PRATENSE (Alopecurus
pratensis, L.) (figuras 55, 56 y 57).—En los
prados situados en terrenos húmedos es muy
común esta planta, que prefiere los suelos arcillosos
no muy fuertes. Es un excelente forraje
que, si bien prefiérelos suelos húmedos, no
se acomoda á los que están inundados la mayor
parte del año. Su forraje es de los más
precoces y abundantes, apropiado á toda clase
de ganados, y especialmente para el caballar
y lanar. Su fecundidad permite que en
buenas condiciones se le den tres siegas: una
en primeros de Mayo, cuando la espiga empieza
á salir, otra en fin de Junio, y la última,
según el clima, al fin de otoño.
En España se encuentra en los prados del
Centro y Norte de la Península; prefiere los
países fríos, por lo que se cultiva en grande
, escala en Inglaterra, Suiza y Norte de Europa.
Dura mucho tiempo; á los tres años de sembrado
es cuando está en todo su vigor y desarrollo.
Su altura es de 70 á 90 centímetros,
y para sembrar una hectárea se emplean de 16
á 20 kilos de semilla. Los autores españoles la
denominan cola de zorra. Hay otras tres especies:
Alopecuro nudoso (figura 58). — También
vivaz, que crece bien en los terrenos que se
inundan con frecuencia. Su forraje es un poco
duro, y su precocidad lo hace apropiado para
el ganado caballar y vacuno; al lanar no le
es favorable. Para sembrar una hectárea se necesitan
25 kilos de simiente.
Alopecuro bulboso.—Esta especie parece