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otras muchas, pequeño, globoso, con muchas
semillas. Es tan oloroso que uno solo de ellos,
dice el Padre Blanco, es capaz de llenar una
casa. Parece ser que se come cocido. Las semillas
las han empleado algunas personas en
el chocolate, asegurando que puede servir de
equivalente de la vainilla.
Artocarpus Rima, P. Blanco. Nombre vulgar,
Rima.—Este árbol es á la vez objeto
de cultivo en los huertos de Manila. Tiene
las hojas anchas, semi-lanceoladas, hendidas
en las orillas, con lóbulos lanceolados que se
dirigen hacia arriba, y algo ásperas por entrambas
caras. Las flores son dioicas; las masculinas
forman á modo de una espata dífila
que encierra un receptáculo largo (20 á 30
centímetros), de figura de maza; las femeninas,
también en espata, que contiene un receptáculo
semi-globoso erizado de puntas obtusas.
Las semillas son pequeñas, como las de
la manzana. Sólo se distingue esta especie
del A. Camansi, en las hojas. Del fruto se
hace dulce, y en algunas islas del mar del
Sur se tuesta al fuego y se guarda para ir
después comiendo de él.
Artocarpus integrifolia, L. Nombre vulgar,
Nangea y Jaca en las Molucas. — Este árbol,
de jugo lechoso, alcanza una altura de 5 á 6
metros. Sus hojas son abiertas, alternas, ovales,
aguzadas por ambos extremos, serpenteadas,
tiesas, lampiñas por arriba y algo ásperas
por abajo.; los pecíolos cortos. Las flores apa-'
recen con las raíces y ramas, y son monoicas,
cobijándose en una espata de dos hojuelas; las
masculinas ocupan un receptáculo común, muy
apretado, de figura de maza; las femeninas se
hallan en un receptáculo oblongo, grandísimo
en la madurez, erizado de puntas oblongas de
tres lados. El fruto es una poma oval, hasta
de 40 centímetros de largo y 30 de grueso,
con muchas semillas ovales, rodeadas por un
arilo grueso, y éste envuelto en unas láminas
á modo de cintas lineales y correosas.
Los indicados arilos y los envoltorios de las
semillas tienen un olor confuso de limón, y se
comen por los europeos, si bien algunos no
pueden sufrir el olor penetrante que tienen.
También se comen las semillas tostadas. La
madera del árbol es fina, de color amarillo,
y sirve para escribanías é instrumentos de
música.
Artocarpus ovata, P. Blanco. Nombre vulgar,
Anobing.— Flores monoicas; las masculinas
axilares, en amento ó receptáculo común
globoso; pedúnculo común larguísimo;
las femeninas axilares, reunidas también en
receptáculo común casi globular; pedúnculo
común más largo y grueso que en la inflorescencia
masculina ; fruto sincarpio, carnoso,
con muchas nueces globosas, del tamaño de
una avellana, colocadas hacia la orilla, cubiertas
con dos membranas y un núcleo frágil, de
las cuales aborta una gran parte. Hojas de
unos 30 centímetros de largo, alternas, algo
acorazonadas, aovadas, oblongas y aguzadas
en el ápice, ligeramente aserradas y cubiertas
de pelo corto en las dos caras; pecíolos cortísimos.
Florece en Marzo. Es árbol de segundo
orden, de madera amarillenta parduzca, de
textura fina y poros poco marcados; rompe en
astilla corta. Elasticidad, 0,005 metros; límite
de resistencia á la carga, 25,765 kilogramos;
peso en el aire (pulgada cúbica), 6,99 gramos,
y peso específico, 0,593.
Los indígenas emplean esta madera bastante
para los pilares (harigues) de sus casas,
porque enterrada es de mucha duración.
Artocarpus lamellosa, P. Blanco. Nombre
vulgar, Anobing caguiosing.—Flores monoicas;
las masculinas axilares, en receptáculo
común globoso; las femeninas axilares, en un
receptáculo muy pequeño, sentado, oval y con
muchas flores pequeñas; sincarpio carnoso, con
muchas semillas rodeadas de piel membranosa
como las de las diferentes especies del mismo
género. Hojas de 12 centímetros de largo y 5
de ancho, alternas, aovadas, alargadas, aguzadas,
con los bordes revueltos hacia abajo,
enteras, coriáceas y lampiñas. Florece en
Abril.
Es árbol de segundo orden, á veces bastante
alto y grueso, de madera dura, que emplean
los indios como la anterior, porque dura
muchos años debajo de tierra. La corteza se
vuelve fácilmente negra, sin comunicar al agua
este color.
Artocarpus incisa, L. Nombre vulgar, Antipolo.—
Flores monoicas; las masculinas en
cabezuela densa; las femeninas reunidas en
número infinito sobre un receptáculo globoso,
erizado de puntas huecas, de las que cada
una contiene un estilo; sincarpio de 3 á 9
centímetros de diámetro, con pocas semillas,
porque casi todas abortan, rodeadas de piel
membranosa. Hojas casi ovales, con grandes
lóbulos, y llenas de vello muy corto y tieso en
ambas caras; su longitud es de 1 á 1,10 metros.
Florece en Marzo.
Este árbol, de más de 16 metros de altura,
es común en los bosques de aquellas islas; su
madera es de color variable, pero siempre de
tintas amarillentas, desde el amarillo de paja
y canario hasta el dorado tostado y parduzco;
á veces presenta manchas blanquizcas; su textura
es estoposa, y los poros se marcan mucho;
rompe en astilla larga. Elasticidad, 0,007 metros;
ruptura al peso, de 34,235 kilogramos;
peso en el aire (pulgada cúbica), 7,590 gramos,
y peso específico, 0,593.
Los indios hacen de esta madera canoas, y
también se emplea en la construcción urbana,
durando mucho, con tal que no esté expuesta
á la lluvia.
La corteza del antipolo está llena de un jugo
pegajoso, como sucede en casi todos los Ficus
y Artocarpus, del cual se sirven los muchachos
como de liga para coger pájaros. Para la preparación
del betel usan los indígenas la corteza
de este árbol cuando les falta la bonga.
El abate Prevost dice que los chinos fijan
las hojas de oro en los dibujos con el jugo del
antipolo, dorado que así puesto jamás se