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ALTJ — 166 — ALTJ<br />

sitados los huevos, y aun más tarde en realidad<br />

tratándose de la generación de invierno.<br />

M. Doyere, mediante cálculos bastante curiosos<br />

y fundados, y partiendo de que tres<br />

años sucesivos sean favorables al desarrollo<br />

de las alucitas, ha deducido que cada pareja<br />

puede dar en ese período 729, que habrán<br />

devorado para desenvolverse un decilitro de<br />

trigo. Al cabo de seis años, suponiendo que se<br />

sucedan los períodos favorables y adversos,<br />

cada hectárea, dado que sólo contuviera una<br />

pareja al principio, contendrá 531.441, que<br />

necesitan consumir 70 litros de grano para<br />

llegar al estado perfecto. No es, pues, de maravillar<br />

que el insecto cause considerables estragos,<br />

y que sea temida su aparición por los<br />

labradores, que saben cuan inutilizadas deja<br />

las semillas para que germinen y para transformarlas<br />

en pan, porque á más de destruir<br />

los embriones de los gérmenes y de disminuir<br />

la cantidad de harina, ésta resulta de pésima<br />

calidad por el color sucio que los excrementos<br />

del animalillo la comunican. Hasta los animales<br />

domésticos se resisten á comer los granos<br />

atacados por la alijcita, máxime cuando aún<br />

se halla dentro de ellos el animal y produce<br />

por la masticación una substancia viscosa, lo<br />

mismo que al ser<br />

sis*} molido. En los<br />

SjIBIr mercados, el trigo<br />

aífasE^saípP^ atacado por la<br />

alucita se expen-<br />

Figura 00.—Granos de trigo<br />

atacados por la alucita<br />

d e generalmente<br />

á la mitad del<br />

precio que el tri­<br />

go sano. El mal se desarrolla con tanta rapidez<br />

, que desde mediados de Julio á mediados<br />

de Diciembre puede perder el grano un 50 por<br />

100 de su valor (figura 90).<br />

Es conveniente, por lo tanto, en grado sumo,<br />

conocer si el trigo se halla ó no atacado por<br />

la alucita. De aquí que deba adoptar todo género<br />

de precauciones cuando advierta que revolotean<br />

las mariposas en las mieses ó en los<br />

montones. Generalmente en éstos aparecen<br />

los insectos perfectos de la primera generación<br />

en Septiembre, y en Mayo ó Junio los de<br />

la segunda. En uno y otro caso, el labrador<br />

debe procurar utilizar el trigo limpiándolo hasta<br />

donde sea posible y aislando el montón ó<br />

la cosecha del campo en que aparezca el azote.<br />

También se conoce la existencia de la alucita<br />

por las picaduras que aparecen en los granos<br />

después de salir la mariposa; picaduras<br />

que son visibles aun en la misma espiga. La<br />

presencia de los gusanos, que se mantienen<br />

ocultos, como es sabido, en el interior de los<br />

granos, se conoce por el poco peso de éstos<br />

cuando se echan en agua. Si se echa un decilitro<br />

de trigo (unos 1.500 granos) en una<br />

vasija con agua, caerán al fondo todas las semillas<br />

sanas, y se mantendrán flotantes las<br />

que ya se hallen invadidas, pudiéndose apreciar<br />

así, no solamente la existencia del estrago,<br />

sino que también las proporciones de éste,<br />

es decir, la relación entre los granos sanos y<br />

los granos atacados. Si se abren éstos con un<br />

cortaplumas, se hallará el gusanillo junto al<br />

embrión. Se conoce igualmente la existencia<br />

de la alucita por la temperatura de los montones,<br />

que se eleva considerablemente en el interior<br />

cuando los insectos devoran los granos,<br />

sin duda en virtud del célebre principio mote<br />

est causa caloris. Esta es al menos una opinión<br />

muy corriente entre labriegos, que algunos<br />

combaten; pero lo cierto es que, aun<br />

siendo debida la elevación de la temperatura,<br />

elevación que se reconoce con sólo introducir<br />

la mano dentro del montón, á la fermentación<br />

provocada en los granos por la humedad,<br />

esa circunstancia favorece considerablemente<br />

el desarrollo del insecto, y se puede considerar<br />

como indicio de la plaga y que es necesario<br />

examinar el trigo detenidamente para cerciorarse<br />

de si han aparecido ó no las alucitas.<br />

Ocioso es advertir que el insecto ataca también<br />

al centeno y la cebada, y que al citar<br />

preferentemente el primero, no hemos hecho<br />

otra cosa que seguir una costumbre bastante<br />

generalizada, por ser aquél el cereal que más<br />

estiman los labradores, no sin razón.<br />

Antes de exponer los medios con que cuenta<br />

el labrador para impedir la invasión ó la<br />

propagación del insecto, bueno será advertir<br />

que éste llega generalmente á los campos en<br />

los granos sembrados; que el insecto, abrigado<br />

por el calor de la tierra que cubre la semilla,<br />

se convierte en mariposa y sale á la superficie<br />

para encaramarse en las espigas, cuando no se<br />

propaga la plaga por las mariposas que nacen<br />

en los graneros y huj'en durante la noche á<br />

las mieses, sin que sea fácil apercibirse de<br />

que se está realizando una emigración devastadora.<br />

Durante el día se esconden las mariposas<br />

en las espigas ó en los mismos graneros,<br />

siendo por lo mismo difícil averiguar si han<br />

verificado ó no su invasión en los trigos que<br />

aún se hallan en pie.<br />

Para destruir la plaga se han ideado muchos<br />

medios, que se pueden reducir en último extremo<br />

á los siguientes: 1.", modificación de<br />

los procedimientos agrícolas; 2.°, empleo del<br />

choque mecánico y traspalar á la luz los granos;<br />

3.°, empleo del frío ó del calor; 4.°, conservación<br />

de los granos en silos, y 5.°, empleo<br />

de gases y vapores anestésicos.<br />

Entre los procedimientos puramente agrícolas<br />

que se vienen recomendando, figura el<br />

de segar los trigos antes de que se hayan secado<br />

por completo, para que acaben de madurar<br />

en los haces, y el no almacenarlos en las<br />

granjas ó graneros. Muchos labradores han<br />

preferido recurrir al choque mecánico, que se<br />

obtiene lanzando los granos violentamente y<br />

por medio de palas contra las paredes, ó dejándolos<br />

caer desde un punto elevado; pero<br />

ese procedimiento no ha dado los resultados<br />

que se esperaban de él. Un agricultor francés,<br />

M. Arnaud, ha perfeccionado el procedimiento<br />

agitando los granos durante los quince días<br />

siguientes á la recolección por medio de una<br />

máquina que da 1.000 vueltas por minuto, ha-

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