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APT — 416 — ARA
natural de los animales á desarrollar un producto
ó á ejecutar algún trabajo. En los animales
domésticos, según su especie y raza, se
observan disposiciones especiales para suministrar
trabajo, carne, leche, lana, pelo, grasa,
huevos, seda, pluma, etc., y hasta la predisposición
natural á sacar gran partido de
los alimentos, necesaria en último término
para el desarrollo de algunos de esos productos.
Así en la especie caballar hay dos clases
de animales, unos aptos para arrastrar pesos,
y otros para correr con rapidez; en la especie
asnal son apreciables los individuos por su
idoneidad para llevar cargas; en la especie
bovina se caracterizan las reses por tres aptitudes
diferentes con especialidad, á saber: por
la facilidad para producir leche, para producir
carne ó para el trabajo. La aptitud para
formar carne supone la rapidez, esto es, la
precocidad. En la especie ovina se distinguen
las razas por su aptitud para dar leche, formar
carue y producir lana; en el ganado cabrío
se atiende á la producción de leche ante
todo, y en algunas castas de pelo fino, á.la
abundancia de éste. En la especie porcuna se
recomienda la aptitud para el cebo, combinada
naturalmente con la precocidad y la predisposición
especial á desarrollar el tocino ó
el tejido fibroso. Entre las aves se distinguen
unas por sus buenas condiciones para el engorde,
otras por su facilidad para poner, y
otras por su aptitud para criar pollos.
En esas aptitudes destacan las cualidades
individuales más bien que las de la especie;
así que entre los individuos de una cualquiera
de éstas aparecen unos más ágiles y otros más
fuertes, unos más aptos para andar y otros
para llevar carga; pero el hombre puede desarrollar
las cualidades especiales de los animales,
y hasta perpetuarlas por medio de la
educación y de la reproducción, convirtiéndolas
en hereditarias. Por consiguiente, los
que especulan con los ganados deberán estudiar
bien las especiales aptitudes de éstos y
desarrollar cuidadosamente las de los reproductores
que se hayan de emplear en cuadras,
establos, porquerizas, apriscos, corrales, etc.,
buscando aquéllos en comarcas donde propendan
á desarrollar las aptitudes que desee
utilizar el agricultor ó ganadero. La influencia
del hombre en las especies es tanta, como
se desprende de las aptitudes que con el tiempo
han ido mostrando los animales domésticos,
y de la diferencia que se advierte entre los
ganados abandonados á sí mismos y los que
se ven sometidos á una verdadera educación.
Es, por tanto, conveniente en grado sumo
que el agricultor conozca bien las aptitudes
de los auimales todos que haya de emplear
como auxiliares en sus faenas ó que haya de
utilizar para obtener productos de distinta
especie. Según que aquéllas se amolden ó no
á la naturaleza de sus especulaciones, así deberá
retener ó enajenar los animales, fomentarlas
ó contrariarlas. Para ello habrá de dirigir
convenientemente el ejercicio y la alimenta­
ción, teniendo presentes las prescripciones de
la higiene y de la fisiología.
APULONG.—Árbol de los montes de las
Islas Filipinas, cuya especie botánica no está
bien determinada, si bien parece que pertenece
al género Osmoxylon, de la familia de las
Araliáceas. Tiene el tronco derecho, de 40 á
50 centímetros de grueso, con estrías irregulares.
Hojas muy grandes, lampiñas, con diez
ó más lóbulos profundos, lanceolados y obtusamente
aserrados; pecíolos larguísimos. Flores
monoicas, en umbela grande, de más de
treinta pedúnculos largos, que se subdivideu
en dos, terminados cada uno por una cabezuela
globosa que contiene las flores masculinas,
y en la subdivisión de los pedúnculos las
femeninas, en otra especie de cabezuela; involucro
común de la umbela con unas cuatro
hojuelas, y el parcial con dos, opuestas, aguzadas
y pelosas; los pi-opios de las cabezuelas
masculinas tienen dos hojuelas también opuestas
y unas escamitas. Aparecen las flores en
Abril. Fruto cajilla de figura de peonza, con
cinco ángulos, otros tantos aposentos y semillas
solitarias.
La madera de este árbol es bastante dura.
APUNTALAR.—Sostener con horquillas
ó puntales las ramas de un árbol para que no
se desgajen con el peso de su fruto, ó con el de
la nieve si es invierno y está cubierto aquél
de paja.
AQUILARÍNEAS.—Familia de las plantas
fanerógamas, clase XVIII, orden CX,
chailletiáceas de Brow. Arbustos de hojas alternan,
pecíolos cortos, axilares y en manojo.
Cáliz tubuloso, en cinco divisiones, persistente,
imbricado. Estambres diez ó cinco, opuestos
al segmento del cáliz. Filamentos pegados al
orificio calicinal, un poco por debajo de las escamas;
ovario libre.
Género Gyrinops, Gxria, Aquilaria, Linneo,
son plantas que habitan en el Asia tropical.
La Aquilaria agallocha, indígena en las
montañas del Tiber, entre los 24 y 25° de latitud
Norte, produce la madera olorosa conocida
con el nombre de madera de áloe. Su
substancia olorosa es un aceite esencial esparcido
en la madera, y que se extrae hirviendo
en agua ésta. Es un perfume muy estimado
en Oriente, que se llama aggur ó uggor.
J. de H. T.
ÁRABE.—(V. Caballo.)
ARABIA {Geografía agrícola).—Vasta
península asiática, situada en la zona meridional
del antiguo continente, cuyas comarcas
no son bien conocidas, y que comprende una
extensión de 2.600.000 kilómetros cuadrados,
ó sean 260 millones de hectáreas aproximadamente.
Se halla limitada al E. por el Golfo
pérsico; al S., por el mar de Omán, el Océano
de las Indias y el golfo de Aden; al O., por el
Mar Rojo y el itsmo de Suez, y al N. por la
Siria y la Mesopotamia ó Algezireh. Algunos
calculan en 5 millones el número de habitantes
que pueblan esa célebre península; otros
elevan á 12 millones la cifra; en realidad no