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de tracción, debido á esta circunstancia, puede
ser hasta de un tercio de la tracción media
en tierras limpias de malas hierbas. Para evitar
estos inconvenientes, y no contando con
la vigilancia y los cuidados del obrero, se
adoptan las siguientes disposiciones: 1. a Dar
al filo de la cuchilla una dirección vertical á
partir del suelo, y por debajo una inclinación
conveniente, uniendo estas dos direcciones por
una parte curva; las hierbas y raíces ascienden
por el filo inclinado de la cuchilla, pero
se detienen al nivel del suelo, en donde son
cortadas, puesto que existe siempre hacia adelante
una reacción de la tierra que permite
cortar á la cuchilla, lo que no se verificaría si
el filo fuera inclinado, porque las hierbas continuarían
ascendiendo y acumulándose debajo
de la cama.— 2. a - Se encorva la cama en el
punto en que va sujeta la cuchilla, de modo
que entre las dos quede un espacio considerable,
difícil de embrozarse.;—3. a Se abre la
cama en este punto, de modo que quede por
encima de la cuchilla un espacio en donde
puedan precipitarse las malas hierbas que se
eleven.
En algunos arados, aunque excepcionalmente,
y con objeto de evitar los entorpecimientos
por las malas hierbas que se acumulan debajo
de la cama , la cuchilla tiene una forma
que remeda la del cuerno del rinoceronte, y
va sujeta, no á la cama, sino soldada á la reja,
evitando de esta suerte el órgano que la
sujeta ó porta-cuchilla. Estas cuchillas, aunque
ejecutan buen trabajo, son más difíciles
de colocar con la necesaria solidez.
Dispónense á veces las cuchillas en forma
de hoz encorvada, pero aun cuando superiores
á todas las demás, deben evitarse las
piezas curvas, que son de muy difícil construcción.
Las cuchillas circulares, que son discos delgados
de hierro acerado en sus bordes, girando
alrededor de un eje, y que obran como un cuchillo
ó sierra circular, son poco usadas, y se
utilizan principalmente para los terrenos turbosos
y para cortar los céspedes á poca profundidad.
No debe colocarse la cuchilla de manera
que corte la tierra según un plano vertical,
sino un poco oblicuo, de modo que aumente
la estabilidad del arado. Esta inclinación del
eje de la cuchilla, que cuando es exagerada aumenta
las resistencias, es á veces de 4 á 8°. La
separación de la punta no debe exceder de 6
á 8 milímetros con relación á la vertical, partiendo
del terreno, ó sean unos 6 milímetros
por 0,21 metros de profundidad.
Con frecuencia se colocan las cuchillas de
modo que vayan delante de la reja; disposición
que da mayor estabilidad, pero que exige
mayor esfuerzo por parte del animal. No
sucede lo mismo con respecto á la separación
vertical entre la punta de la cuchilla y la punta
de la reja, la cual no ofrece ningún inconveniente,
porque la pequeña parte no cortada
entre las dos puntas es atacada por la gar­
ganta de la vertedera. Puede, pues, sin inconveniente,
separarse hasta 25 milímetros.
En los terrenos ligeros y arenosos, la cuchilla
es inútil, porque las partículas de la
tierra tienen poca adherencia entre sí, y la
vertedera las separa fácilmente. En las tierras
pedregosas es perjudicial, puesto que encuentra
en su camino obstáculos que la entorpecen
ó la rompen.
Muchos son los medios ideados para fijar
la posición de las cuchillas en la-cama del arado,
por lo cual sólo mencionaremos los empleados
en los instrumentos modernos de más
fama. Sean cuales fueren, deben permitir que
se varíe su posición á voluntad, girando horizontalmente,
verticalmente, avanzando ó retrocediendo,
y elevándose ó descendiendo.
En los arados antiguos, de madera principalmente
, la cama va provista de una mortaja
por la cual pasa el mango de la cuchilla,
que se sujeta por medio de cuñas ó con tornillos
de presión. Además de la dificultad de
graduar su posición y de su poca estabilidad,
este medio tiene el inconveniente de disminuir
la solidez del instrumento, haciendo frecuentes
las roturas.
En algunos arados americanos, un simple
cuadro de hierro de una sola pieza (figura
191), que puede correr fácilmente sobre la
cama, sujeta la cuchilla contra la misma,
fijándola á la altura que se quiera por medio
de un tornillo de presión, de suerte que el
mango de la cuchilla puede tomar una sola
inclinación,
que depende
de la anchura
del mango, y
del espesor ó
grueso de la
cama. Este
procedimiento
se mejora algúntanto,interponiendo
entre la cama
del arado y la
abrazadera
del cuadro,
placas que au­
Fiprura 191
mentaránnaturalmente el
espesor de la cama. Semejante disposición,
adoptada en algunos arados, permite dar á la
cuchilla inclinaciones más variadas con relación
al plano vertical, y hacerla avanzar más
ó menos, pero en muy pequeña escala.
La disposición adoptada en el arado Dombasle,
que es la general en los arados franceses,
consiste (figura 192) sencillamente en
una mortaja hecha en una grapa de hierro,
cuyas nervaduras ó parte superior é inferior
abrazan la cama, sujetándola contra ésta con
dos ó cuatro tornillos. En el arado Armelín
el tornillo es reemplazado con una cuña. La
figura 193 representa la manera de fijar la
cuchilla en el arado de Grignon: a es la mor-