l - Repositorio Gestion Documental v.03
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APL — 403 — APN<br />
bre los miembros, y violenta álos ligamentos<br />
articulares; á esta mala conformación se la<br />
conoce con el nombre de rodillas boyunas; los<br />
animales que son estevados no pueden utilizarse<br />
eu todos los servicios que la carrera<br />
impone á los solípedos; los estevados marchan<br />
bien al paso, y no se resienten gran cosa si se<br />
los destina ai tiro pesado, en el que la lentitud<br />
de los esfuerzos de tracción no exige la flexibilidad<br />
de los remos y la verticalidad exacta<br />
que dan los aplomos en los caballos de silla.<br />
Los miembros abdominales ó posteriores<br />
pueden ser y son muchas veces defectuosos,<br />
por la mala dirección de los radios; así, cuando<br />
los corvejones casi se tocan y la vertical parte<br />
de la punta del corvejón para terminar en<br />
el terreno, separada completamente de los<br />
cascos á igual distancia, formando un triángulo<br />
agudo que presenta el vértice en la punta<br />
del corvejón, siendo sus lados el mismo<br />
corvejón y la vertical, y la base el terreno<br />
comprendido entre la expresada vertical y el<br />
casco, que se dirige hacia fuera, á la izquierda,<br />
en ambas extremidades, se llama al animal<br />
así conformado zancajoso. Por el contrario,<br />
cuando los corvejones aparecen muy separados,<br />
} r la vertical, en vez de presentarse entre<br />
ambas extremidades, como eu el zancajoso<br />
sucede, se observa fuera, dando los miembros<br />
la figura de un paréntesis por su aspecto muy<br />
izquierdo, hasta el extremo de que las lumbres<br />
casi se miran (figura 170), se dice que el<br />
animal es hueco de piernas; ambos defectos<br />
afean al caballo y dificultan los movimientos,<br />
por la sencilla razón de la desituación del centro<br />
de gravedad. Todos los defectos de conformación<br />
expresados, de los que con gran<br />
pericia é inteligencia se ocupan, entre otros<br />
autores, el práctico y minucioso M. Lecoq, y<br />
el estudioso y diligente M. Gayot, dependen,<br />
como ya hemos dicho, de multitud de causas,<br />
las más de ellas accidentales. Generalmente<br />
el descuido en el cumplimiento de<br />
los preceptos higiénicos es el origen de casi<br />
todas las conformaciones viciosas de los remos.<br />
La falta de alimentos nutritivos; las malas<br />
caballerizas; la desigualdad del piso; lo<br />
duro y escabroso de éste; la carencia de luz y<br />
de ventilación; el excesivo trabajo, que siempre<br />
debe estar en relación con la edad, temperamento,<br />
idiosincrasia, constitución y sexo<br />
de los animales; los malos tratos de los encargados<br />
de cuidarlos; el descuido en el herrado,<br />
acomodando el pie á la herradura en vez de<br />
acomodar la herradura al casco; la viciosa posición<br />
que al colocar los cascos en el terreno<br />
toman los solípedos, no corregida á tiempo, y<br />
otras causas, contribuyen á la pérdida de los<br />
aplomos y la determinación de la debilidad de<br />
los remos.<br />
La corrección de muchos de esos defectos<br />
es sencilla; consiste en el cuidado y esmerado<br />
trato que deben emplearse con los animales<br />
domésticos, siquiera, ya que no bajo el punto<br />
de vista benéfico, por el egoísmo de la conservación<br />
de los seres organizados, que tan<br />
buenos oficios prestan al hombre y tanto le<br />
ayudan en los diferentes usos de la vida. Además<br />
de la observancia y rigorosa práctica de<br />
los higiénicos preceptos, acostúmbrase también<br />
en ocasiones dejar á los animales solípedos<br />
en uu soto ó dehesa, en el campo, en fin,<br />
á su libertad, en cuyo caso la nutrición, el<br />
descanso y la naturaleza corrigen los defectos<br />
de los aplomos, debidos á la incuria ó<br />
desaciertos del hombre, en el trato de los seres<br />
organizados. ~Sa se olviden los propietarios<br />
de animales, que éstos son máquinas vivas<br />
que, á semejanza de las inertes, se gastan, se<br />
oxidan, se inutilizan tanto más pronto cuanto<br />
menos se las cuida y se las conserva. Los solípedos,<br />
caballo, muía y asno, se aplican á la<br />
agricultura, á la industria, se utilizan en el<br />
ejército por las fuerzas que desarrollan, ya los<br />
trabajos de que la equitación se ocupa, ya los<br />
de carga, tracción y arrastre. Movimientos de<br />
impulsión y de propulsión, marchas, ejercicios<br />
gimnásticos, y hasta los de recreo en los<br />
circos ecuestres, reclaman como condición<br />
indispensable, perfecto desarrollo del aparato<br />
locomotor de los solípedos y rigorismo en la<br />
determinación de los aplomos. Si éstos son<br />
imperfectos, si aparecen pervertidos ó anulados,<br />
los animales inútiles para todo trabajo<br />
activo ó para determinados movimientos, desmerecen<br />
, se desprecian y convierten en una<br />
carga insoportable, en seres que consumen y<br />
no producen, en máquinas descompuestas é<br />
inservibles.<br />
M. Frieto y Prieto.<br />
APLOSPÓREAS (Botánica) . — Género<br />
de algas que comprende todas aquellas cuyos<br />
cuerpos reproductores ó esporos son simples<br />
y están aislados. El término aplospóreas es<br />
opuesto al de chorislospóreas, que se aplica á<br />
todas las algas cuyos esporos se hallan reunidos<br />
de cuatro en cuatro, dentro de una envoltura<br />
común. Las aplospóreas se reconocen generalmente<br />
por su color, que es verde cuando<br />
se hallan sumergidas y vivas, y que palidece<br />
y se vuelve blanco cuando son extraídas del<br />
agua. Algunos autores proponen que se escriba<br />
haplospóreas.<br />
APNEA.—Se dice de la respiración que<br />
después de realizarse á costa de grandes esfuerzos<br />
de inspiración, se detiene ó se suspende<br />
durante algún tiempo. La apnea se observa<br />
principalmente durante los ataques de epilepsia.<br />
Finalmente, la apnea toma el nombre de<br />
asfixia, de que hablaremos extensamente, y<br />
de unematosia, cuando la respiración se cumple<br />
con la mayor dificultad, permanece á veces<br />
como suspendida y acaba por no efectuarse.<br />
La asfixia precede inmediatamente á la<br />
muerte, de la cual es causa. Los animales<br />
hacen grandes esfuerzos para respirar, dilatan<br />
las ventanas de la nariz, pero muy luego las<br />
mucosas visibles se vuelven de color rojo negruzco<br />
y lívidas, la respiración se acelera y<br />
se agitan los costados, es decir, que se elevan<br />
y descienden tumultuosamente. A veces los<br />
animales producen un ronquido sibilante que