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trional ó Berbería, donde forma muchas veces
espesos matorrales.
El alfónsigo ó pistacho (Pistacia vera) es
muy interesante para la industria; procede de
Oriente, y se ha naturalizado completamente
en las costas del Mediterráneo, donde sus almendras
son utilizadas por los reposteros y
confiteros. En las islas del Archipiélago, del
pistacho de Chíos (Pistacia chía) se extrae
una resina balsámica que se emplea en farmacia
y en perfumería desde los más remotos
tiempos, y es conocida con el nombre de mastic
ó trementina de Chíos. La especie más
elevada de todo el género es el pistacho del
Atlas (Pistacia atlántica), árbol de mediana
estatura, común en Marruecos y Argel.
Las especies del género Rhus, que viven
también en la región mediterránea, abundan
mucho en el Japón y en la América septentrional.
En muchas comarcas vegetan el Rhus
coraría y el Rhus cotínus ó árbol de las pelucas
ó fustetes, que se emplean para el curtido
' de los cueros, además de utilizarse el segundo
como madera tintórea para dar color amarillo;
su corteza, astringente y aromática, ha
sido preconizada también como succedáneo de
la quinina. El barniz del Japón (Rhtes vernicifera)
y el de América (Rhus venenóla) exudan
una gomo-resina con la cual se prepara un
brillante barniz, y que es muy venenosa; propiedad
común á muchas otras especies del género.
Esos diversos arbustos, y á veces árboles
de tercera magnitud, son cultivados en los
jardines de Europa como plantas de adorno.
Entre las especies exóticas se puede citar el
manga (Mangifera indica), frutal del Asia
meridional, hoy esparcido por todas las regiones
intertropicales, y cuyas azucaradas, aromáticas
y suculentas drupas (mangas) constituyen
una de las frutas más estimadas. El anacardo
falso acajú (Anacardium occidentale)
es un hermoso árbol que crece en las mismas
regiones que el anterior, y produce frutos
piriformes, denominados manzanas de acajú,
que no son otra cosa que los pedúnculos de
las flores, cuyo volumen ha aumentado, convirtiéndose
aquéllos en suculentos. El verdadero
fruto, el que resulta del crecimiento del
ovario, es una nuez comprimida, muy dura,
que aparece superpuesta y débilmente encajada
en la parte superior de la fruta carnosa.
Esa nuez se designa con el nombre de nuez
de acajú, y la almendra que contiene es comestible,
lo mismo que la llamada manzana.
Otros varios árboles de la familia qué nos
ocupa dan también frutas, pero de menos
aceptación que las suministradas por las dos
especies precedentes; entre ellos se pueden
citar los mombins ó falsos ciruelos (spondias),
cuyo cultivo se ha generalizado mucho en las
regiones intertropicales, y cuyos frutos, muy
semejantes á nuestras ciruelas, solamente se
diferencian de las mangas propiamente dichas
por contener sus huesos varias almendras en
lugar de una sola.
Por lo expuesto se ve que la familia de las
anacardáceas es realmente interesante bajo
muchos conceptos, y que convendría introducir
en las comarcas meridionales de España
varias de las especies exóticas que en aquélla
se incluyen. De ellas podría obtener la industria
resinas, substancias astringentes ó colorantes
y excelentes maderas de ebanistería, á
más de algunos frutos.
ANACARDO (Anacardium).— Género de
plantas de la familia Anacardiáceas.
Comprende una especie cultivada en las
Islas Filipinas, y en las de Cuba y Puerto Rico.
(V. Casoi.)
ANACOMPTIS (Botánica).—Árbol de
Madagascar cuyo fruto lechoso sirve para
hacer cuajar la leche. ,
ÁNADE—(V. Pato.)
ANAPRODISIA (Medicina veterinaria).—Frialdad
genital que á veces es necesario
combatir en los animales para provocarlos
al acto de la reproducción. Para ese fin se
emplea naturalmente una medicación afrodisíaca.
Esta solamente puede producir el apetecido
resultado cuando el desarreglo no es
determinado por estados morbosos de los órganos
genitales, y especialmente de los testículos
ó del ovario, ó por otras afecciones
crónicas. Cuando la anomalía se presenta como
resultado de una nutrición insuficiente, se logrará
que desaparezca suministrando piensos
muy alimenticios, por ejemplo, cebada germinada,
legumbres, cañamones, linaza, etc.,
y manteniendo á los enfermos en reposo. En
los animales gordos y flemáticos debe recurrirse,
por el contrario, al movimiento violento,
á los purgantes y á la compañía de ambos
sexos. Cuando la falta de excitación es producida
por las frecuentes cópulas y porque no se
entregan á los machos hembras jóvenes, se
emplearán aquellos medios que obran especialmente
sobre los órganos genitales, considerándose
de esa índole las cantáridas, la pimienta
blanca, la sabina y el Paris quadrifolia,
administrando cotidianamente cuatro ó seis
plantas secas de esta especie durante tres días
y estando en ayunas el animal. También prescribe
algún veterinario, el Sr. Zundel, el áloes
con el carbonato de amoníaco. Las lociones
de las partes genitales con agua fría producen
también buenos efectos.
La esterilidad en las hembras puede ser
causada por la gran excitabilidad; contra ésta
se recomiendan las sangrías, el alcanfor y el
aguardiente, que ha de administrarse á las
vacas en la dosis de 180 á 350 gramos un
cuarto de hora antes de la cópula. También
determina la esterilidad la falta de excitabilidad
, la obesidad, la impotencia del macho y
ciertas enfermedades. Mientras que en el último
caso la curación no da resultados por lo
general, los producen, por el contrario, buenos
los estimulantes contra la falta de excitabilidad
, y contra la obesidad frecuentemente las
sangrías, los purgantes, el trabajo y una moderada
dieta. Las fórmulas farmacéuticas más
recomendadas para la administración de los