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AZU — 685 — AZU
Sabido es que la campaña suele durar algunos
meses, mientras que el arranque debe hacerse
en pocos días, pues de lo contrario las heladas
causarían gran minoración de sacarosa.
Tan luego como el aire seca la superficie
de las remolachas, se guardan íntegras en silos,
convenientemente dispuestos, al abrigo de la
humedad, del calor y del frío; pero por bien
acondicionados que éstos estén, á medida que
se prolonga la campaña, el rendimiento de
azúcar va siendo menor, llegando hasta un 2
por 100 de minoración para les meses de Febrero
y Marzo. Esta minoración es debida
principalmente al movimiento germinativo,
• imposible de evitar. Los siguientes análisis
dan una idea de los cambios que experimentan
las remolachas durante su permanencia en los
silos:
Octubre Febrero
Fibras vege tales y substancias
pécticas 3.49 por 100 2,52 por 100
Agua S2,06 — 84,36 —
Azúcar 12,40 — 10,60 —
Azúcar incristalisable.. 0,00 — 0,65 —
Sales minerales 0,75 — 0,63 —
Ácidos orgánicos, albúmina,
betaína y extracto
1,30 — 1,24 —
Como se ve, la pérdida puede elevarse , aun
eii las mejores condiciones, á un 2 por 100:
de aquí que se haya propuesto suprimir el
ensilado, ora obteniendo todo el zumo en
Figura 314.—Lavador comúnmente usado
pocos días, conservándole en cisternas bajo la
forma de sacarato calcico, ora dividiendo las
remolachas en laminillas, que, desecadas en
estufas aerotermas, puedan conservarse sin
alteración hasta el instante de extraerles el
azúcar.
De todos modos, como quiera que según
los clásicos estudios de Payen, la parte superior
de la raíz donde se insertan las hojas carece
en absoluto de sacarosa, encerrando en
cambio gran cantidad de substancias que impurifican
el zumo, es indispensable separar,
por medio de un cuchillo, dicha parte antes
de la pulpación.
Por lo demás, la extracción del azúcar de remolacha
comprende las operaciones siguientes:
Primera. Lavado de las raíces.
Segunda. Extracción del zumo: a, por
dislaceración y presión; b, por dislaceración,
fuerza centrífuga, y lavado ó presión; c, por
maceración; d, por difusión.
Tercera. Defecación.
Cuarta. Filtración.
Quinta. Concentración y cocción.
Sexta. Cristalización.
Séptima. Purga.
Octava. Lavado.
Lavado de las raíces.—Al llegar del campo
ó de los silos, las remolachas contienen siempre
cierta cantidad de tierra adherida, que
varía según la naturaleza del terreno en que
vegetó, su grado de humedad y la forma de
las raíces; tierra que es indispensable eliminar,
pues de otro modo causaría desperfectos
en los dislaceradores, corta-raíces y demás
utensilios.
Uno de los lavadores más comúnmente usados
le representamos en la figura 314. Las
remolachas se vierten en la tolva a, cayendo
al interior de un cilindro hueco b, hecho de
listones de madera ó de hierro, ó bien cubierto
de agujeros, que permiten en uno y otro
caso la entrada del agua, á fin de que arrastre
la tierra, impidiendo la salida de las raíces.
Estos cilindros suelen tener 3 metros 10 centímetros
de longitud, y 1 á 1,20 metros de
diámetro, sumergiendo por la parte más baja
hasta unos 20 ó 30 centímetros en la caja c,
llena de agua. Puesto en movimiento rotatorio
, las raíces son arrastradas por las paredes
interiores, elevándose
en ellas
hasta cierta altura
para caer de
nuevo, produciéndose
así un
frotamiento continuo,
mediante
el cual se limpian
de la tierra que
pasa por los agujeros
ó claraboyas,depositándose
en el fondo de
la caja. Al extremo
opuesto del
cilindro existen unas paletas inclinadas i, que
cogiendo las raíces las lanzan sobre un plano
inclinado d, pasando de aquí á sufrir los tratamientos
ulteriores.
La tierra, restos celulósicos y radiculares,
ensucian el agua, y por lo tanto debe renovarse
ésta de cuando en cuando, limpiando el
fondo de la caja; operación fácil de ejecutar
mediante un agujero de hombre. Un lavador
de estas dimensiones, trabajando veinticuatro
horas, limpia de 50 á 60.000 kilogramos de
remolacha, exigiendo una fuerza de 2 caballos
de vapor.
En muchas fábricas prefieren los lavadores
con tornillo de Arquímedes, que facilitan y
simplifican bastante el trabajo. De cualquier
modo, las remolachas lavadas y descabezadas