l - Repositorio Gestion Documental v.03

AZU — 666 — AZU
En aquellos puntos donde el combustible
sea barato, cuantas reformas tiendan á facilitar
la extracción y aumento de los guarapos,
deben ser objeto de meditado estudio. A este
género pertenece la idea de desfilacbar las
cañas, reduciéndolas á una especie de pasta,
semejante á la que se obtiene del esparto en
las fábricas de papel, dislacerando las celdillas
y vasos donde se aloja el zumo, á fin de
que, una vez conseguido esto, pueda extraerse
el máximum de guarapo con el auxilio de
poderosas prensas hidráulicas.
Tal es el método propuesto por los señores
Mignon y Rouart, inventores de una máquina
desfibradora, cuyo órgano principal
consiste en un árbol de 0,20 metros de diámetro
por 2 metros de longitud, el cual lleva
calados en toda su extensión, y en forma de
hélice, gran número de dientes de tres ramas,
hechos de fundición, hierro ó acero, cada uno
de los cuales constituye al girar un poderoso
desgarrador. Obtenida así la pasta de caña
dulce, pasa á la platina de una potente máquina
hidráulica, donde sufre una presión
gradual, que puede elevarse hasta 80 atmósferas.
De los ensayos practicados en Guadalupe,
resulta, que siguiendo el método de los autores
arriba mencionados, puede lograrse de una
sola presión el 77 por 100 de guarapo, y que
los bagazos procedentes de fabricaciones consideradas
como buenas, dieron, después de desfilachados,
el 25 por 100 de su peso de zumo.
Por las mismas razones expuestas, al tratar
de los trapiches de einco cilindros, dudamos
mucho que este método llegue á tomar carta
de naturaleza en las Antillas. He aquí por qué
hemos sido parcos en su exposición.
Obtención del guarapo por difusión.— Cualesquiera
que sean los procedimientos ideados
para extraer los guarapos mediante la presión,
jamás quedan las cañas totalmente agotadas,
resultando siempre bagazos con una cantidad
mayor ó menor de zumo. Por otra parte, las
prensas son aparatos costosos, cuya marcha
exige mucha mano de obra y no pequeño entretenimiento.
Sólo por medio de la maceración
puede lograrse un agotamiento total y
completo, y verdadera economía en los artefactos.
Todos los métodos de maceración están fundados
en los bellos trabajos de Granan y Dutrochet,
acerca de los fenómenos de difusión
osmósica, habiéndose aplicado hasta el día, bajo
distinta forma, y á veces con excelente éxito,
á la extracción del zumo de las remolachas,
como veremos al ocuparnos de la azúcar de
esta planta; por de pronto, parece justo dejar
consignado que entre los escritores que más
ilustraron la materia, merecen figurar en primera
línea los nombres de Dombasle, Dubrunfaut,
Schützenbach, Robert, Rousseau, Bromouniski,
Urbanek y otros.
La teoría de estos procedimientos es por
demás sencilla, fundándose en la difusión. Si
colocamos en contacto del agua cañas dulces,
ó remolachas reducidas previamente á pulpa,
ó cortadas en láminas finas, prolongando dicho
contacto el tiempo necesario, puede observarse
que el agua desaloja, no tan sólo el
zumo que se encuentra fuera de las células,
sino también el contenido en las mismas. Las
paredes ó membranas celulares son permeables,
y en virtud de cierta fuerza molecular
que les es propia, y cuya causa no está bien
conocida, se determina un cambio entre los
líquidos, estableciéndose dos corrientes, una
de fuera adentro y otra de dentro á fuera, que
no cesan hasta tanto que las soluciones interiores
y exteriores se hacen homogéneas, adquiriendo
la misma concentración. Esta tendencia
al equilibrio de dos líquidos de distintas
densidades á través de membranas orgánicas,
se denomina endosmosis y exosmosis. Aplicada
á la extracción de los zumos azucarados,
recibe el nombre de maceración ó difusión.
La intensidad de las osmosis, ó sea del movimiento
en sentido inverso de los líquidos, es
variable según la naturaleza de las membranas
que los separan y la especial constitución
de aquéllos. De los experimentos practicados
por Jolle resulta que, para que una parte de
cloruro sódico atraviese, por ejemplo, la membrana,
es necesario que pasen 4,3 de agua en
sentido inverso. En las mismas condiciones,
una parte de azúcar necesita siete de agua;
por lo demás, sabido es que Granan, atendiendo
á la mayor ó menor facilidad con que
los cuerpos efectúan el fenómeno osmósico,
los ha dividido en cristaloides y coloides, siendo
aquéllos en general muy difusibles y éstos
poco ó nada.
La maceración bien dirigida, en condiciones
de temperatura y espacio conveniente,
constituye, pues, un procedimiento racional,
que permite extraer la casi totalidad del azúcar
de las plantas sacarinas. Para ello se hace
indispensable comenzar por el empleo, bien
de máquinas dislaceradoras que reduzcan á
pulpa la materia prima, bien echar mano de
corta-pajas ó de corta-raíces que la dividan en
rebanadas ó discos de poco espesor.
Todo buen aparato macerador ha de cumplir
con las condiciones siguientes:
Primera. Que la materia prima azucarada
muy dividida, marche en sentido del líquido
más débil.
Segunda. Que á medida que el líquido se
va enriqueciendo , encuentre materia azucarada
cada vez más rica.
Tercera. Que la operación dure el tiempo
necesario para que la materia sacarina quede
completamente agotada.
Cuarta. Que se haga con la rapidez suficiente
y en condiciones de temperatura tales,
que no se alteren los líquidos.
Quinta. Que el trabajo sea automático y
continuo.
Entre las numerosas disposiciones propuestas
, más ó menos aceptadas por los industriales
, merece citarse la de los Sres. Bromouniski
y Urbanek; la batería de estos autores consta