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procedimiento, se sigue la misma práctica que
al dejar libres en los prados á los animales
para que pasten á su sabor. El único inconveniente
grave de ese sistema es el de exigir
gran espacio en los establos y mayores desembolsos
para la construcción de edificios. Aun
cuando podrían observarse las mismas reglas
para alimentar á los caballos, como los servicios
que éstos han de prestar las hacen impracticables,
no conviene someterlos á ellas.
No se crea, empero, que basta mezclar los
alimentos en proporciones tales que contenga
el pienso todos los elementos asimilables necesarios
para el sustento de las reses; es necesario
también que su volumen sea suficiente
para llenar el estómago, y su consistencia tal
que hayan de ser masticados é insalivados
antes de ser ingeridos. El heno de los prados
naturales se considera en muchos países como
ehalimento normal de los caballos, ya porque
llena todos esos requisitos indicados, ya porque
está constituido por una gran diversidad
de plantas, y por elementos azoados y no
azoados. Precisamente respecto del heno, las
precauciones que habrán de adoptarse redúcense
en realidad á evitar que por su considerable
volumen embarace la respiración de
los animales y no permita, que adquieran el
necesario vigor. De ahí la conveniencia de
mezclarle con avena ó cebada, sobre todo tratándose
de animales de trabajo, para disminuir
el volumen del pienso.
Ni la avena ó cebada sola, ni las aguas
blancas ó puches preparadas con harina, aun
cuando contengan todos los elementos nutritivos
necesarios, habrán de emplearse solas
nunca, por no llenar bastante el estómago.
Esto se consigue mediante la adición de paja,
que por sí sola no podría sustentar á las reses,
pero que las obliga á mascar é insalivar,
y sirve de lastre en el estómago.
También es indispensable completar la nutrición
con la cantidad de líquido necesaria
para desleír los alimentos, pero cuidando de
que esa cantidad no sea excesiva, arrastre
parte de las substancias alimenticias y predisponga
á las reses á sudar y á debilitarse. En
realidad, la división ó desmenuzamiento de
los forrajes, la maceración, la cocción y la fermentación
tienen verdadera importancia, precisamente
porque en muchos casos facilita la
mezcla de los alimentos.
La división de los forrajes ejerce tan beneficiosa
influencia en la nutrición de los animales,
que hoj