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cuencia un poney ó caballo de pequeña talla,
destinado á la silla, y como adopta por lo común
la alternativa de los cultivos en el país,
siempre dispone de hectárea y media de pasto.
Desde el 15 de Mayo hasta el 1." de Noviembre
las vacas permanecen en la pradera
durante día y noche, sin guardián alguno y
sin imponer otros cuidados que el de ordeñarlas
cotidianamente. Con ellas vive también el
poney, que se busca en el pasto cuando es necesario
utilizar sus servicios.
Ordinariamente el dueño ó inquilino de la
heredad siembra 50 áreas de avena, que en
menos de dos días prepara un hombre auxiliado
por dos caballos. Lo mismo puede decirse
del terreno destinado á la cebada. Como
este cereal es posterior á los turneps, todo el
trabajo de rejas para 50 áreas de siembra y de
rastrilleo cruzado se puede ejecutar en un
solo día, con tal de que se halle encargado de
él un labrador diligente. No debe olvidarse
que después de cosechados los nabos, la tierra
queda muy suelta y que se trata de un suelo
granítico. Para hacer la recolección, incluyendo
en ella la siega, el agavillado y la formación
de los haces, bastan un hombre y una
mujer dedicados á esas faenas durante dos
días, ó sean cuatro jornales, cinco á lo sumo
cuando se coseche avena y cebada á la par.
Los turneps son los que exigen más trabajo.
Para sembrarlos ha de darse una vuelta
y á veces dos al rastrojo de avena; se abren
los surcos para echar el estiércol, y se cubre
luego formando caballones de 75 centímetros
de anchura. Total dos jornales para ejecutar
esas labores. En las granjas donde existe un
poney, éste es el encargado de conducir el estiércol
á las tierras, y de llevar la avena y la
cebada al depósito. La trilla, motivo de distracción
para la mayoría de los colonos, se
practica generalmente con máquinas movidas
por agua. La sementera, empleando la sembradora,
se hace en muy poco tiempo. Para
entresacar los turneps en las 50 áreas bastan
seis jornales de mujer y uno de hombre para
esparcir el estiércol.
En resumen, con cinco ó seis jornales de
un hombre y dos caballos á lo más, tres de
hombre y nueve de mujer, de una extensión
de una hectárea y 50 áreas, pueden obtenerse
15 hectolitros de cebada, 20.000 kilogramos
de nabos, 20 hectolitros y aun.más de avena.
Los turneps se toman durante el invierno en
el campo á medida que se necesitan. Pero á
esos productos es necesario agregar los 3 ó
4.000 litros de leche que produce anualmente
cada vaca, es decir, de 16 á 20 litros diarios
cuando se tienen dos hembras de esa especie,
que se pueden utilizar directamente, ó convertirse
en queso, manteca, etc. Así, pues, gracias
á que generalmente la tierra cultivada se
halla inmediata á la casita, los colonos no solamente
obtienen los rendimientos de aquélla
sin gran esfuerzo, sino que gozan de los atractivos
propios de la vida del campo.
AYÚAó AYUDA (Zanlhoxyllum de
Kunt.) (Botánica).—Planta de la familia de
las rutáceas y tipo en su género. Se conocen
muchas variedades, entre las cuales son las
más importantes las siguientes: Ayúa coriácea
(Z. coriaceum de A. Rich.), especie arbórea
muy abundante en Guanizinar, comarca de
Vuelta Abajo, Isla de Cuba; la dwnosa abunda
en la misma provincia de Pinar del Río;
la ayúa amarilla (Z. bombacifolium, A. Rich.)
se llama así por el color amarillo de su madera,
que es muy resistente y apta para toda
clase de construcciones; también abunda en
la Gran Antilla; la ayúa temada (Z. ternatum,
Swartz) es un arbusto del litoral y que crece
en las cercanías de la Habana; la cayutana
(Z. pterota, Kunth; fagara plerota, Linn.;
Schimus fagara, Linn.; Bagara lentiscifolia,
Willd.), es un árbol que vegeta en diferentes
parajes de la Isla de Cuba y en las Islas Filipinas,
donde se eleva á 6 ó más metros, y es
muy conocido. Su corteza y su madera se
aprecian mucho en Oriente como medicinales.
La ayúa apimentada (Z. piperiium, Fagara
piperita, Linn.) es un árbol de las Filipinas,
que se eleva á unos 8 ó 10 metros, y es muy
celebrado por sus virtudes medicinales en las
enfermedades sifilíticas, y por lo precioso de
su madera blanquecina y dura, aun cuando no
tanto como la de la raíz, de grano tan fino y
tan resistente que sustituye al boj sin desventaja.
La ayúa macho (Z, lanceolatum, Poiret)
es un árbol hermoso y grande que abunda
en las provincias occidentales de la Isla de
Cuba. A los diez y seis años mide de 12 á 18
metros de altura total, con un tronco de 6 á
8, y un grosor de medio á un metro. Su madera
es blanda; duramen de color de caña; se
raja con facilidad, y se emplea en construcciones
interiores y para fabricar cajas de azúcar.
La ayúa blanca ó hembra (Z. juglandifolium,
Willd.), es también un árbol de considerable
elevación que se cría en las comarcas occidentales
de Cuba y alcanza iguales dimensiones
que el anterior. La madera es blanda, se raja
con facilidad, de color blanco y menos apreciada
que la del ayúa macho, porque suele
picarse; se emplea para vigas, varas y soleras;
para cajas de colmenas por su buen olor, que
es grato á los enjambres, y destila una goma
semejante á la arábiga.
AYUDA (Equitación).—Dase ese nombre
á todo medio empleado para dar á entender al
caballo el deseo del jinete y conseguir que el
primero obedezca. La cuestión de ayudas es
una de las más delicadas de la equitación, y
exige que la teoría se vea auxiliada por la
práctica. Para resolverla se necesita cierto
instinto y cierto espíritu de observación que
el ejercicio despierta y que no todas las personas
logran adquirir, ó más bien desarrollar.
De ahí que muchos jinetes, no obstante su
aplicación y buen deseo, no consigan manejar
bien los caballos, como se advierte fácilmente
en los regimientos de caballería, donde los
profesores de equitación procuran instruir de
igual manera y dan las mismas explicaciones