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de la provincia de Alicante, extendiéndose
principalmente por los fecundos valles de
Pego y Gallinera, Monóvar y Orihuela. En
la de Murcia tiene en la actualidad escasa importancia
su cultivo, pues solamente se ven
algunos centenares de algarrobos viejos y maltratados,
esparcidos desde la Sierra de Palos
hasta Mazarrón, extendiéndose algunos en la
cuenca del Segura hasta Ricote, que son los
más elevados que en la mencionada provincia
existen. Para remediar ese abandono, algunos
de los amantes de la prosperidad agrícola de
aquella región han comenzado á hacer plantaciones,
que podrán convertir en productivos
muchos terrenos hoy abandonados.
. El algarrobo crece espontáneamente en
todos los montes del litoral andaluz que no
exceden de una altitud determinada, y se
aprovechan en unión de las demás matas de
monte bajo, sin que hasta el presente hayan
sido objeto de cultivo especial, exceptuando
algunos sitios donde se desarrolla con mayor
vigor y suelen injertarse algunos rodales para
utilizar el fruto, sin hacerle objeto de nuevos
cuidados. Por hallarse en ese caso pueden citarse
los algarrobos existentes en algunos cerritos
de Dalias, en las estribaciones de la sierra
de Gador, en la provincia de Almería, y
los del monte de Casulas (Granada), de Ubrique
en Cádiz, de Torrox en Málaga, etc., etc.
Si del litoral andaluz nos trasladamos á la
costa de Cataluña, tendremos que en la provincia
de Tarragona es donde dicho árbol tiene
mayor importancia, según queda apuntado.
Elevándose en la cuenca del Ebro hasta Tortosa,
se le encuentra espontáneo en los montes
inmediatos á la costa, y cultivado en una zona,
si bien más estrecha que en las precedentes
provincias, puesto que sólo alcanza hasta 25
kilómetros en su mayor amplitud, en cambio
mucho mejor atendidos. En la de Barcelona
aparece también espontáneamente en todo el
litoral y cultivado en menor escala que en la
anterior provincia, y por último, en la de Gerona
apenas si se ven algunos ejemplares, á
consecuencia del clima frío propio de esa provincia,
determinado por la proximidad del Pirineo
y por los frecuentes vientos del golfo.
En las Baleares existen también numerosos
ejemplares del algarrobo, pero sin constituir
plantaciones especiales. Generalmente se le
tiene poca afición, sin duda á causa de la mala
calidad de sus frutos; así es que únicamente
aprovechan los innumerables que, gracias á la
benignidad de su clima, nacen espontáneos y
viven frondosos en las laderas de sus montes,
salpicados entre olivos, higueras ó almendros,
ó en las lindes de las heredades, mientras no
son perjudiciales para cualquier otra producción,
en cuyo caso los cortan sin consideración
alguna. Tal vez aquellos isleños aumentarían
sus beneficios económicos si sustituyeran muchas
de sus actuales plantaciones de higueras
y almendros, y aun algunos árboles frutales,
con el algarrobo, aprovechando los más estériles
suelos, introduciendo algunas de las me­
jores variedades valencianas y dedicando mayor
atención al cultivo.
Reconociendo la importancia agrícola del
algarrobo, se han venido haciendo desde fines
del siglo pasado, numerosos ensayos para extender
el área de esa planta. En las Provincias
Vascongadas; en Talavera de la .Reina, según
se desprende de documentos recogidos por las
Sociedades económicas, y en la Alcarria, al
decir de D. Nicolás de Palma, vivieron algunas
plantaciones en buen estado, hasta que un
invierno riguroso acabó con ellas, como acabaron
con la mayor parte de los existentes en
la provincia de Valencia durante los años de
1789 y muchos en 1875. De ese fracaso no se
desprende en manera alguna que esa planta sea
exclusiva de la zona costanera del Mediterráneo,
sino que no puede resistir temperaturas
demasiado bajas; así como del hecho de queno
pueda producir frutos en la costa del Atlántico
solamente se puede deducir, puesto
que en ella no desciende la temperatura á cero
por lo general, que no se eleva allí la temperatura
lo suficiente para que el árbol se
desenvuelva.
También vegeta el algarrobo fuera de nuestra
Península, en las costas meridionales: en
Córcega; en el litoral de Italia; en Cerdeña y
en Sicilia; en Istria y Dalmacia; en Grecia y
sus islas; en Creta, Rodas y Chipre: en el
Occidente de Asia, y. especialmente en el Asia
Menor, Siria y Palestina, de donde se ha
supuesto originario el árbol; en Arabia, en
Egipto y en Berbería. También vegeta en las
Canarias, y se cultiva en las comarcas lusitanas
de los Algarbes, donde se eleva á 500 metros
sobre el nivel del mar; en la sierra de
Arrabida, y en las costas de Extremadura y
laBeira, donde se distinguen las variedades
denominadas canella, mulata, galliosa y de
burro. El Sr. Carruano afirma que se encuentran
algarrobos en la América meridional, aun
á grandes distancias de la costa; es decir, que
la zona del algarrobo viene á ocupar una extensión
superficial de 700.000 kilómetros cuadrados
, ó sea '/isi d e I a superficie continental é
insular, que se eleva á 126.630.000 kilómetros
cuadrados. .
LATITUD.—Determinada el área ó habitación
del algarrobo, íácil es precisar sus límites
geográficos. Siendo Lovrana, en el imperio
austríaco, el punto más septentrional en que
vegeta, resulta que aquélla se extiende hasta
los 4*5° de latitud Norte próximamente, es decir,
casi tanto como la zona del olivo que termina
á los 46, y poco menos que la de la vid,
cuyo límite septentrional es el paralelo 50. En
cambio no avanza hacia el Sur más allá 'del
paralelo 30° tanto como la vid, y menos que
el olivo que llega á los 18°; es decir, que el
área de aquél mide 15° de anchura en vez de
28 y 25 como la vid y el olivo respectivamente.
ALTITUD.—El algarrobo no vegeta en el interior
de los continentes, aun en terrenos bajos,
por lo mismo que los cambios de tempetura
no se hallan regulados en cierto modo