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ARA — 424 — ARA
Las piezas de unión ó de ensamble son:
la cama, que recibe el regulador, la cuchilla
y las estevas, y se une también al dental; el
porta cuchillas, que sirve para fijar en la cama
la posición de este órgano; la armadura ó
montante, que sujeta la vertedera al cuerpo
del arado y á éste con la cama; los travesanos
ó piezas que dan solidez á las estevas, conservando
su separación; y por último, los tornillos
, pasadores, chavetas, cuTias, etc., que sirven
para sujetar las diferentes piezas en sus
posiciones relativas.
Dicho se está que en los arados llamados
limoneros, el timón es una pieza directriz y al
mismo tiempo de graduación, puesto que por
el clavijero de su extremidad anterior se regula
el arado; las orejeras son piezas operadoras
que pretenden imitar el trabajo de la
vertedera, y las teleras y belortas, pescuñas,
etcétera, piezas de unión de que á su tiempo
nos ocuparemos.
PIEZAS OPERADORAS.— Cuchilla.—La cuchilla,
que no es un órgano exclusivo del arado,
puesto que forma parte de otros instrumentos
de cultivo, obra penetrando en el terreno por
la acción de una parte de la fuerza motriz en
una dirección inclinada con respecto al horizonte,
cortando casi verticalmente la tierra
en el sentido de la labor. Hallándose fuertemente
sujeta por su parte superior, resiste lo
mismo que resistiría una pieza fija en un extremo
, y empujada en el otro extremo por una
fuerza igual á la resistencia que experimenta
la cuchilla al dividir el suelo, al comprimirlo
para abrirse paso. Suponiendo aplicada esta
fuerza total á la extremidad ó jmnta de la
cuchilla, la forma de esta pieza en altura, debe
ser la de un sólido de igual resistencia, de secciones
triangulares.
La cuchilla puede considerarse formada por
una serie de cuñas que tienen el mismo ángulo.
De la magnitud de este ángulo y de la posición
de la cuña con relación á la línea de
tiro, depende la facilidad de entrada y su manera
de obrar, demostrando el cálculo matemático
que la tracción aumenta con el espesor
de la cuña, por lo cual deben construirse las
cuchillas todo lo agudas que permita la condición
de solidez. La resultante de las resistencias
de una cuchilla vertical, no se encuentra
en medio del corte ó filo que trabaja, sino
un poco más arriba. Si actúa á una profundidad
de 15 centímetros, por ejemplo, habrá resistencias
tanto mayores cuanto más ancha
sea la cara de la cuña y mayor el espesor del
dorso; y por consiguiente, al componer en una
sola las pequeñas resistencias decrecientes, á
partir de la parte superior, se llegará á una
resultante, que tendrá su punto de aplicación
sensiblemente más arriba que la parte media
del filo en acción.
Suponiendo rectilíneo el corte de la cuchilla,
puede colocarse de tres maneras: en el
plano vertical del movimiento; verticalmente
ó inclinada, con la punta hacia adelante, ó con
la punta hacia atrás.
En el primer caso, la resultante de las
resistencias de las dos caras para cada cuña
elemental de las que se compone la cuchilla,
se dirige en un plano horizontal, no habiendo,
por tanto, por parte de esta pieza, tendencia á
hacer salir ó entrar al arado en el surco. En
el segundo caso, además de la resistencia de
la tierra á su separación en el plano horizontal
, existe una pequeña parte del peso de la
tierra que soporta la cuchilla, resultando de
aquí una reacción y una tendencia á la entrada,
seguida de un efecto tan pronto como un
obstáculo accidental obliga á la yunta á hacer
un esfuerzo mayor; cada sección horizontal, á
espesor igual del dorso de la cuchilla, presenta
un ángulo más pequeño en la posición inclinada
del corte que en la posición vertical;
hay, pues , mayor facilidad de entrada en la
segunda posición, por más que es insignificante
la disminución de la fuerza de tiro que
supone la inclinación. Aparte de la tendencia
á la entrada, útil sobre todo en los arados ligeros,
la inclinación de la cuchilla ejerce poca
influencia en las tierras homogéneas. En el
tercer caso, rara vez empleado en la práctica,
la cuchilla comunica al arado una tendencia á
salir de la tierra á cada obstáculo accidental,
aumentando la tracción, lo cual es siempre un
inconveniente. No debe, pues, colocarse la
cuchilla con la punta hacia atrás. Los cortes
curvos pueden descomponerse en partes rectas;
sus ventajas é inconvenientes participan
de los de las tres formas que acabamos de
examinar.
En las tierras labrantías se encuentran siempre
obstáculos, como piedras, raíces y demás,
que entorpecen la marcha de la cuchilla; su
posición debe influir necesariamente en el modo
de salvarlos. En el caso de que el corte sea
vertical, las piedras deberán separarse en un
sentido horizontal, lo que exige un aumento
de tracción para comprimir esta piedra contra
la tierra á derecha é izquierda. Si hay raíces,
embarazan el filo de la cuchilla vertical, deben
ser rotas y no aserradas, sucediendo muchas
veces que en lugar de romperlas se las
arranca. Cuando la cuchilla inclina su punta
hacia adelante, las piedras tienden á montar
sobre ella como si fuera un plano inclinado,
y son separadas sin aumentar sensiblemente
la tracción; y si encuentra raíces á su
paso, el corte obra aserrando, puesto que levantadas
dichas raíces, tienen sobre el filo ó
corte un movimiento relativo análogo al de la
sierra. En la posición del corte inclinado con
la punta hacia atrás, las raíces son cortadas,
operando como sierra y por compresión con
facilidad; pero en cambio las piedras se entierran
más en el suelo, á expensas de mayor
fuerza consumida.
El corte vertical y el inclinado con la punta
hacia atrás, no tienen el inconveniente de
acumular las raíces y malas hierbas hasta cerca
de la cama, entorpeciendo la marcha del
arado, lo cual tiene lugar en el corte inclinado
con la punta hacia adelante. El aumento