l - Repositorio Gestion Documental v.03

AMA — 181 — AMA
suficientemente desarrollados los órganos digestivos,
y el animal no puede sustentarse
con una alimentación vegetal exclusivamente.
Partiendo de esa base, resulta que la lactancia
debe durar de seis á ocho meses para los potros;
de cuatro á cinco para las reses vacunas;
de cuatro á cuatro y medio para las lanares;
de seis semanas á dos meses para los cerdos,
y períodos iguales para la raza canina. El destete
se ha de hacer siempre poco á poco y
progresivamente, de manera que el animal
se vaya habituando á cambiar el régimen cuya
base es la leche, por el característico de los
animales adultos.
Tampoco debe incurrirse en la exageración
de alimentar mal á las crías por obtener lucro
mediante la venta de la leche, porque en
ese caso no se robustecerán y perfeccionarán
Jli
Figura 93—Biberón para animales
nunca las reses. Sabido es que la mayoría de
las crías que dan las vacas y ovejas se envían
inmediatamente al matadero en los puntos
que se hallan próximos á un gran centro de
consumo. Pues bien; á pesar de eso, en lugar
de corresponder dos madres á cada ternera,
por ejemplo, como tal vez imaginará alguno
por desconocer las prácticas que los ganaderos
siguen, éstos, á trueque de obtener mayor
cantidad de leche ó de manteca, cercenan todavía
la ración á las terneras, y destinan á la
industria las siete octavas partes de la leche
que da cada hembra.
En vista de tales prácticas, y teniendo en
cuenta que muchas veces la secreción láctea
de las madres es mala ó insuficiente para alimentar
á las crías, se ha planteado la cuestión
de si convendría ó no dar á beber la leche
á los animales en una cubeta ó herrada.
En favor de este procedimiento se alega que,
gracias á él, el animal joven se habitúa fácil
y progresivamente á prescindir de la leche; se
ha de contentar con leche de inferior calidad,
y consume leche desnatada, si bien á condición
de completar el alimento con otros sólidos;
de suerte que el momento del destete
pasa desapercibido, y la cría no pierde peso y
no desmejora, cual ocurre en los casos ordinarios.
Por otra parte, y máxime si la hembra
se halla acostumbrada á que la ordeñen, y
aun ha llegado á experimentar una sensación
agradable al ser extraída su leche á mano, la
madre no se resistirá á ser ordeñada después
del destete, ni se negará á tomar alimentos,
cual en algunos casos se observa, ó no contraerá
afecciones que la impidan nutrirse bien.
Si se desea cebar animales de leche, el sistema
de obligarlos á que beban la leche en
una vasija puede ofrecer la ventaja de permitir
al ganadero regular la
cantidad y calidad del alimento,
según el estado en
que se hallen los animales y
el objeto que se proponga
alcanzar. Empero nunca deberá
recomendarse uno ú
otro método de una manera
absoluta; si las vacas, ovejas,
etc., son lecheras, habrá
ventaja innegable en dar la
leche á los animales en cubos
ó herradas para que la
beban; pero en caso contrario
, y máxime cuando la raza
sea de mediana calidad,
será preferible que las crías
mamen la leche de sus madres,
aparte de que las repetidas
succiones despiertan
siempre la actividad de las
mamas, y el animal joven
tendrá á su disposición mayor
cantidad de líquido que
en el caso de ser obtenido
éste ordeñando.
Para amamantar artificialmente
á los corderos, M. Dutertre, director
de la Escuela nacional francesa de agricultura
establecida en Grignon, ha imaginado un
biberón muy sencillo, y que se viene utilizando
hace años con éxito. Ese biberón, representado
en la figura 93, hállase formado por
una caja de madera que mide 1,20 metros de
longitud y 0,30 de anchura en su parte superior,
por 0,35 de altura, y que se suspende á
la conveniente elevación por medio de palomillas
ó patas de hierro. La parte anterior,
inclinada hacia la base de la caja, dentro de
la cual se acomoda otra de hoja de lata, cuyo
fondo se halla redondeado, lleva cinco aberturas.
La caja interior, provista de una abertura
y la puerta correspondiente para verter la
leche, lleva también cinco orificios, correspondientes
á los de la caja exterior; orificios
á los cuales se adaptan cinco pequeños tubos
de hoja de lata, como se ve en la figura, que
descienden hasta el fondo del depósito. En la