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espinos majuelos. Este método de criar la vid
en alto es esencialmente español, al decir de
algunos ilustrados agricultores. Nuestro insigne
Clemente se expresaba así á este propósito:
«Ninguno se presta mejor que él (el almez)
á las formas pintorescas y miras económicas
4 del artista cultivador, ni le iguala otro alguno
en lo correoso, dócil, fuerte y demás cualidades
que para el efecto de que ahora tratamos
pueden apetecerse».
Su leña y el carbón son muy apreciados, lo
mismo que el ramón, que se da al ganado du­
rante el invierno. La almeciua es comestible,
pero tiene poca pulpa y es bastante insípida;
contiene un aceite análogo al de las almendras
dulces. Es bueno este fruto para contener la
diarrea. La corteza contiene una substancia
tintórea amarilla.
Con los almeces se forman perfiles muy hermosos
en los bosquetes de estío y otoño, á
causa de los muchos brotes que arrojan sus
ramas. Se presta bien este árbol al corte de
tijera y guadaña, y se pueden formar con él
buenos setos vivos.
ESPECIES EXÓTICAS.—El género Celtis comprende
unas setenta especies, extendidas por
.las regiones templadas y cálidas de todo el
orbe. El mayor número se encuentra en Asia
y América, principalmente en la América
meridional (Brasil); África y Australia cuenta
cada una con seis especies. En Europa
sólo hay dos, el C. ausiralis, ya descrito, y
el C. Tourncforlii. En la Isla de Cuba y en
Filipinas vegetan también algunos almeces.
De éstos y de algunos otros, los más importantes
para el cultivo, vamos á dar algunas
ligeras noticias.
Celtis Philippensis, P. Blanco. — Ramas
medio ahorquilladas; hojas alternas, lanceoladas,
enteras, lampiñas, tiesas, con tres nervios.
Flores axilares en panoja; drupa del tamaño
de un garbanzo, globosa, más gruesa en el
medio, poco carnosa, con cuatro ángulos confusos
y algunas eminencias; nuez huesosa, con
una línea negra que la divide de arriba abajo
en dos, con un aposento y una semilla. Árbol
de segundo orden, bastante común en las Islas
Filipinas. Los indios emplean su madera
en varios usos, porque es muy buena, blanca,
limpia y bastante dura. Llámanla malaitmo,
por parecerse sus hojas á las del itmo 6 betel.
C. lima, P. Blanco.—• Hojas alternas, con
dos escotaduras angulosas en la base, aovadas,
muy aguzadas, menudamente aserradas, muy
ásperas por arriba, con pelo corto, y por debajo
vellosas. Drupa carnosa, que afecta tener
cuatro lados, dos más marcados: contiene una
nuez escabrosa, con una semilla. Árbol filipino
de tercera magnitud. Florece en Mayo. Los
indios tagalos le dan el nombre de hanarión.
El fruto es pequeño. Los indígenas pescadores
del mar de Batangas lo conocen bien, porque
con su corteza frotan las cuerdas de algodón
de los anzuelos, dejándolas así teñidas de un
hermoso barniz encarnado obscuro, y haciéndolas
muy resbaladizas é impenetrables al
agua. El color encarnado se vuelve negro
cuando se mojan las cuerdas.
C. macrophüla, Kunth.— Este árbol se cría
en las sierras de la región boreal de la Isla de
Cuba, donde se conoce con el nombre de guacimilla.
Llega á tener de 16 á 28 metros de
alto, y de 1 á 1,25 de grueso á los treinta y
cinco ó cuarenta años de edad. La madera es