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chos casos 'fiel adhesión. Los individuos de
especies susceptibles de ser domesticadas, conservan
esa cualidad, aun cuando hayan permanecido
abandonados á sí mismos durante
generaciones enteras, es decir, aun cuando
hayan vivido en estado selvático. La domesticidad
no debe confundirse con la doma, debida
en muchos casos á la especial habilidad
de los hombres, que logran ser obedecidos por
animales feroces y selváticos ó bravios por
naturaleza; de modo que la doma de un individuo
no supone su domesticación ni mucho
menos la de la especie, puesto que los descendientes
del domado serán rebeldes siempre y
procurarán recobrar la libertad. Probablemente
lo que más influye en la domesticidad de los
animales es la circunstancia de que se les proporciona
albergue y alimento, siquiera pudiera
hacer tal vez del perro una excepción verdaderamente
notable, puesto que conserva su
adhesión al amo aun cuando sean otros los
encargados de proporcionarle comida. El número
de especies domésticas es muy limitado;
algún naturalista las reduce á cuarenta y siete,
á saber: veintiuna de la clase de mamíferos;
diez y siete de aves; dos de pescados, y
siete de insectos.
No es necesario mencionar los mamíferos y
las aves; entre los pescados figuran la carpa
común y el pez dorado de la China ó dorada,
que no obedecen ciertamente las indicaciones
del hombre, y entre los insectos tres especies
de abejas: la cochinilla del nopal, el gusano
de seda de la morera, el del ricino y el del
ailanto.
ANIMALES MEDICINALES.—Compréndense
bajo esa denominación los animales
que suministran productos utilizables en
terapéutica. Sometidos á una ebullición prolongada
los huesos de muchos mamíferos, por
ejemplo, suministran la gelatina, que sirve
para hacer la cola fuerte, la cola de boca y la
cola de Plandes, y también para preparar
pastillas alimenticias y envolver ciertos medicamentos
en las llamadas cápsulas ó granulos.
Destilando materias animales azoadas se obtiene
el aceite animal de Dippel, que se usaba
mucho antes en el tratamiento de las enfermedades
nerviosas. La pepsina se extrae del
cuajo de los rumiantes, y especialmente de las
reses lanares. También las vacunas proporcionan
otros tres fermentos digestivos muy
usados en farmacia, y que por indicaciones
del célebre Claudio Bernard se han asociado
á la pepsina para constituir la pandigerlina, y
son: la ptialina, extraída del jugo salival; la
pancreatina, extraída del páncreas, y la feninversina,
de las glándulas que tapizan las paredes
internas del intestino delgado. El te de
buey, que se administra á los convalecientes,
es un caldo que se obtiene de carne de vaca
sin gorduras. La manteca ó grasa de cerdo se
emplea en la composición de muchos ungüentos
y pomadas.
La espesa capa de grasa que existe bajo la
piel de las ballenas suministra el aceite de ba­
llena ó de pescado; de la cabeza de los cachalotes
se obtiene el blanco de ballena ó esperma
ceti, y á esos animales se atribuye la producción
del ámbar gris, substancia olorosa que
se utiliza contra muchas enfermedades inflamatorias
y contra la tifoidea. Ciertos rumiantes
proporcionan el almizcle, antiespasmódico
y sudorífico, y el daman del Cabo, perteneciente
á los paquidermos, suministra el hyraceum,
substancia dotada de propiedades excitantes.
De los carniceros llamados civetas de
África y civetas de la India se extrae el perfume
civeto ó algalia, considerado como antiespasmódico;
del orden de los roedores, el
castor proporciona el castoreum, estimulante
que obra enérgicamente sobre el sistema nervioso.
También hay peces que suministran medicamentos,
como el aceite de hígado de bacalao,
muy usado en terapéutica, el dera}-ay otros.
De los reptiles ningún medicamento se prepara
ya, gracias á los adelantos de la ciencia, que
ha demostrado la ineficacia del caldo de culebra
contra el reumatismo y de las cabezas de
víbora. Tampoco se usan hoy las preparaciones
hechas antiguamente con algunos saurios
y con batracios, especialmente ranas. En cambio
los insectos continúan suministrando á la
medicina no pocos recursos.
Figura en primer término la cantárida oficinal
(" Cantharis vesicatoria), que habita en
los fresnos preferentemente, y que se encuentra
también en las lilas, madreselvas y aligustres.
También es un vejigatorio análogo el
milabro de la achicoria y muchos meloes. La
trícala 6 irehala, producida por el Larinus
subrugosus, se emplea en Persia y Siria contra
las bronquitis catarrales en la dosis de
15 gramos por cada litro de agua y en cocimiento.
Las cochinillas que viven en el nopal
se emplean en farmacia para dar color
á las pastillas ó preparar algunos jarabes.
El quermes animal, por cochinillas que viven
sobre los robles. La laca en grano se forma
gracias á la picadura de ciertos insectos en
varias plantas; otro pulgón, el Aphis sinensis,
determina la formación de las llamadas
agallas de China, empleadas como un poderoso
astringente; el Aphis pistacia determina
en el pistacho unas excrecencias que
sirven á los mismos usos: los Cynips producen
diferentes clases de agallas. Las abejas producen
la miel y la cera; ésta, unida al aceite de
almendras dulces, constituye los ceratos, y
sirven también para preparar el cold-cream,
el diaquilón, el emplasto diapalma y muchos
ungüentos. La miel se emplea como laxante,
ó para aplicar con diferentes medicamentos
más ó menos activos, contra los padecimientos
de garganta, las aftas y úlceras de diferente
especie.
Entre los crustáceos solamente se pueden
citar como animales medicinales los cangrejos
, cuyo caldo se considera analéptico ó apto
para los enfermos convalecientes y aun contra
la tisis pulmonar. Las concreciones blan-