09.05.2013 Views

estudio etnobotánico y agroecológico de la sierra norte de madrid

estudio etnobotánico y agroecológico de la sierra norte de madrid

estudio etnobotánico y agroecológico de la sierra norte de madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

En Pueb<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Sierra se recolectaban <strong>la</strong>s bellotas <strong>de</strong> roble a últimos <strong>de</strong><br />

septiembre, por adra, dividiendo el pueblo en varios grupos <strong>de</strong> vecinos, cada uno<br />

encargado <strong>de</strong> recolectar en una zona <strong>de</strong> monte. En El Atazar esta tarea se realizaba el 17<br />

<strong>de</strong> octubre, día <strong>de</strong>l “Santo Bellotero”.<br />

Para recoger<strong>la</strong>s había que cotil<strong>la</strong>r el roble, es <strong>de</strong>cir, subirse al árbol y golpear <strong>la</strong>s<br />

ramas con el dorso <strong>de</strong>l hacha para que cayeran <strong>la</strong>s bellotas. Toda <strong>la</strong> bellota recolectada<br />

se reunía en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za <strong>de</strong>l Ayuntamiento y allí se repartía equitativamente entre todos los<br />

vecinos. De esta forma se evitaban <strong>la</strong>s <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>bidas al reparto <strong>de</strong> los robles,<br />

juntando <strong>la</strong> recolección <strong>de</strong> zonas más productivas con <strong>la</strong> <strong>de</strong> zonas peores o más<br />

abruptas. Los lugares preferidos como coge<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> bellotas eran zonas <strong>de</strong> canchal<br />

don<strong>de</strong> apenas había matorrales, sólo ejemp<strong>la</strong>res gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> roble. Las bellotas se<br />

guardaban para alimentar a los cerdos cuando no podían salir al campo.<br />

Los frutos que no se habían recolectado quedaban en el suelo, conservados bajo<br />

<strong>la</strong> hojarasca. Esta reserva resultaba una fuente importante <strong>de</strong> alimento para el ganado en<br />

invierno. Sin embargo, cuando el ganado comía <strong>la</strong>s bellotas ver<strong>de</strong>s y húmedas, caídas<br />

prematuramente, corrían el riesgo <strong>de</strong> morir <strong>de</strong> indigestión. Según nos re<strong>la</strong>taba Eufemia<br />

Bernal: “Reventaban muchas [ovejas], porque hacía mucho aire y tiraba <strong>la</strong>s bellotas<br />

que no estaban curadas todavía. Se <strong>la</strong>s tragaban ver<strong>de</strong>s y mojadas y <strong>la</strong>s daba un cólico<br />

y chascaban”.<br />

Las bellotas más dulces <strong>de</strong> encina se aprovechaban también para consumo<br />

humano. Se pe<strong>la</strong>ban, se machacaban y se comían crudas, machacadas haciendo una<br />

tortas. También se preparaban cocidas y asadas a <strong>la</strong> lumbre.<br />

Roza <strong>de</strong> matorral<br />

En <strong>la</strong>s zonas <strong>de</strong> matorral se realizaban rozas periódicas con el fin <strong>de</strong> cultivar<br />

cereal y crear c<strong>la</strong>ros en el monte para pastos.<br />

Las roturaciones temporales <strong>de</strong>l monte para su puesta en cultivo eran<br />

organizadas por los concejos y practicadas hasta <strong>la</strong> década <strong>de</strong> los 60. Se solían elegir<br />

zonas <strong>de</strong> so<strong>la</strong>na en <strong>la</strong>s que no hubiera árboles. La pendiente y <strong>la</strong> poca fertilidad y<br />

espesor <strong>de</strong>l suelo en estas zonas sólo permitían el cultivo <strong>de</strong> centeno. Estos terrenos <strong>de</strong><br />

cultivo no se abonaban, por lo que <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> recuperar <strong>la</strong> fertilidad era <strong>de</strong>jar períodos<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong> entre 5 y 10 años.<br />

Según Fernán<strong>de</strong>z Montes (1992), estas características hacen que los cultivos en<br />

el monte hayan sido siempre <strong>de</strong> muy baja rentabilidad, constituyéndose como<br />

complemento económico <strong>de</strong> <strong>la</strong> producción agríco<strong>la</strong> sólo justificado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />

economía <strong>de</strong> autoconsumo y subsistencia dón<strong>de</strong> ningún recurso es <strong>de</strong>spreciado,<br />

especialmente en zonas con escasez <strong>de</strong> tierras l<strong>la</strong>nas. Sin embargo, estas cosechas eran<br />

valoradas, ya que según nos contaban, "hacían rozaos pa coger centeno y criaba un<br />

centeno como el mayo. Se cogían así unas espigas, el centeno granao, granao"<br />

(Eufemia Bernal, Pueb<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Sierra).<br />

Tanto el trabajo como el reparto <strong>de</strong> recursos se realizaba por adra, es <strong>de</strong>cir, cada<br />

unidad familiar tenía que aportar a una persona para rozar y recibía una suerte o porción<br />

310

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!