30.04.2016 Views

RESTRICCIONES PARA TODOS

el-medio-es-el-relato

el-medio-es-el-relato

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

públicas a los fines del grupo gobernante, supuestamente para llevar adelante una política que beneficie los<br />

intereses del pueblo (definidos e interpretados unilateralmente por ese gobierno).<br />

A esta concepción hay que agregar los rasgos crecientemente “sultanistas” que ha adoptado el gobierno<br />

kirchnerista. Linz y Stepan definen al sultanismo como un régimen que puede conservar el pluralismo<br />

político, económico o social, pero en el cual todos los individuos, grupos e instituciones están sujetos “a la<br />

intervención imprevisible y despótica” del líder gobernante; no se busca justificar decisiones con ideologías<br />

o se invoca una “pseudoideología nominal” que no es creída. Existe además una marcada fusión entre lo<br />

público y el dominio privado por parte de las personas en el poder 2 .<br />

El kirchnerismo en el gobierno ha significado verticalismo político, reducción del poder legislativo a una<br />

sucursal del poder ejecutivo, vocación de suprimir la independencia judicial, descalificación sistemática e<br />

intentos de neutralización de la oposición, creación de un “capitalismo de amigos” con empresarios<br />

privilegiados, uso partidario y discrecional de recursos del Estado, implantación del clientelismo político a<br />

gran escala, avasallamiento de instituciones y manipulación de procesos. También recurre a la promoción de<br />

cuadros de anomia (ausencia de legalidad) o de fuerte activismo “militante” contra personas, grupos o<br />

sectores, siempre y cuando sirvan para fortalecer el poder del gobierno. Estas características van<br />

acompañadas por una corrupción sistémica, muchas veces en su variante de “robo para la Corona”, pero que<br />

casi siempre reporta también beneficios personales para sus ejecutores e involucrados.<br />

Por su parte, la política comunicacional —tanto en términos formales (regulación legal) como informales<br />

(aplicación concreta de las leyes, acciones extralegales)— puede dividirse en dos vertientes: aquella que se<br />

aplica sobre los medios de comunicación en general y la que rige la comunicación gubernamental, incluso las<br />

declaraciones de los gobernantes.<br />

No pocos elementos de la política comunicacional kirchnerista son subproductos de su modo de gobernar;<br />

tanto las acciones encaminadas a reducir el ámbito de actuación de medios independientes u opositores<br />

como la promoción de medios o periodistas afines con ventajas discrecionales y selectivas. Lo son<br />

igualmente el uso propagandístico de los medios del Estado, el “activismo mediático” y el empleo de la<br />

publicidad oficial para premiar o castigar líneas editoriales.<br />

Esta política de comunicación del kirchnerismo, que implica un mix de propaganda, manipulación y<br />

restricciones, es el soporte donde se desarrolla lo que se ha dado en llamar El Relato.<br />

Se trata de un megadiscurso modelado desde instancias oficiales, así como de un andamiaje estructural<br />

que lo difunde y lo reproduce insistentemente, que pretende informar, dar sentido y justificar las acciones<br />

del gobierno. Más aún, ofrece una visión positiva y épica pero “liviana” del mundo, con una flexibilidad de<br />

adaptación a distintas circunstancias y cuya adecuación con la verdad se considera un detalle poco<br />

relevante.<br />

Aunque cumple la función de “alimentar” simbólicamente a sus partidarios, El Relato tiene una<br />

credibilidad baja y, por tanto, una capacidad muy limitada para convertir a las personas al kirchnerismo (no<br />

importa lo que crean muchos de sus productores y referentes). Por esta razón, tampoco pretende<br />

convertirse en una “ideología” compleja ni estructurada, ni busca imponerse como una visión hegemónica en<br />

el sentido gramsciano de la palabra (es decir, cuando la mayoría adopta en forma aparentemente voluntaria,<br />

pero en contra de sus propios intereses, la cosmovisión de la minoría que ocupa el poder, erigiéndose estos<br />

valores en ideas y normas de validez general).<br />

Si su credibilidad es baja y su capacidad para ganar nuevas adhesiones es escasa, ¿cómo funciona y para<br />

qué sirve entonces El Relato? Sus aparentes limitaciones no impiden que su contenido, su presencia y su<br />

reproducción lo tornen suficientemente eficaz como para activar lo que la politóloga Elisabeth Noëlle-<br />

Neumann 3 denominó la “espiral del silencio”. Es decir, la instalación de un clima político que crea presión<br />

para que muchas personas, por temor al aislamiento o a inconveniencias, adopten o acepten posturas que se<br />

suponen las predominantes o las “correctas”.<br />

los desposeídos. El populismo denuncia estar asediado por enemigos y factores de poder que desean conservar o restablecer sus<br />

privilegios, metodología con la cual se busca movilizar a sectores populares para concitar su apoyo. Sin embargo, las medidas y<br />

las políticas populistas pretenden satisfacer a estos sectores hasta el punto de obtener sus votos o su aprobación consensual, sin<br />

preocuparse por sus consecuencias económicas, institucionales o a largo plazo, por lo cual tienden con frecuencia al desmanejo<br />

económico, desajustes sociales o al autoritarismo.<br />

En cambio, Ernesto Laclau creía que el populismo es la verdadera expresión de la voluntad popular. Esta no debe ser restringida<br />

ni contenida por “formalismos” institucionales (límites a la acción estatal, división de poderes, términos a las reelecciones, etc.)<br />

que no resuelven las demandas y necesidades de ese pueblo. Para Laclau la “construcción imaginaria de un nosotros” debe<br />

hacerse siempre contra alguien, ya que “una sociedad sin antagonismos es imposible”.<br />

Laclau, filósofo político preferido del kirchnerismo, apoyó hasta su fallecimiento la política de confrontación permanente del<br />

gobierno de los Kirchner, la “guerra” contra los “medios hegemónicos” y la reelección presidencial indefinida. Reducida a lo<br />

esencial, su filosofía es la exaltación del poder del Estado sin límites significativos, una teoría y práctica que se aplicó desde el<br />

fondo de la historia y que es la base de fórmulas autoritarias y totalitarias (Laclau, Ernesto (2005). La razón populista. Buenos<br />

Aires: Fondo de Cultura Económica).<br />

Según Laclau “la real izquierda en el país es el kirchnerismo […] ha producido cuadros excelentes: Agustín Rossi, Carlos Tomada,<br />

Amado Boudou. No van a faltar sucesores” (Página/12, 02.10.2011).<br />

2 Linz, Juan José y Stepan, Alfred C. (1996). Problems of Democratic Transition and Consolidation: Southern Europe, South<br />

America, and post-Communist Europe. Baltimore, MD: John Hopkins University, p. 51-63 y ss.<br />

3 Ver Noëlle-Neumann, Elisabeth (1995). La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social. Barcelona: Paidós.<br />

12

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!