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RESTRICCIONES PARA TODOS

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el caso de Radio 10 o la señal C5N durante la época de Daniel Hadad, sin perjuicio de mantener una actitud<br />

crítica hacia la izquierda o dar espacio a noticias o figuras opositoras.<br />

Los medios privados paragubernamentales, los estatales oficialistas y los “colaboradores” se han ido<br />

extendiendo como una mancha de aceite, particularmente en el espectro radioeléctrico (ver ANEXO 4).<br />

Lenta pero sostenidamente se formó un “oligopolio” de medios oficialistas cuyos matices no alcanzan para<br />

desmentir el intento de implantar una suerte de “pensamiento único” que siga las líneas generales de El<br />

Relato, mientras se redujo el espacio de los medios y periodistas independientes.<br />

Pero la política de acaparamiento de medios no satisface a todos los sectores kirchneristas. El 11.03.2013<br />

el blog K Tirando al Medio, de Gerardo Fernández —seguido con avidez entre los jóvenes de La Cámpora—,<br />

se preguntó:<br />

“¿Para esto queríamos los medios? Lamentablemente, nada indica que estemos avanzando en la<br />

democratización de la palabra, más bien pareciera que ante la incapacidad para poner en marcha todo<br />

lo que la ley permite, independientemente del art. 161 [de la Ley de Medios], se está queriendo hacer lo<br />

que ya intentó Menem con el Citicorp y Moneta en su momento y cuyo fracaso está a la vista [...] Hay<br />

quienes suponen que acordando con buena parte del staff del periodismo más estrechamente ligado a la<br />

derecha se va a obtener algún rédito. Pareciera que la mejor forma de silenciar el discurso reaccionario<br />

es cooptar a buena parte de sus estrellas. No se puede creer... ¿Es que hemos llegado a la conclusión de<br />

que como somos incapaces de generar una comunicación distinta no hay otro camino que recurrir a<br />

sectores abominables para que supuestamente lo hagan en nuestro nombre?”.<br />

El gobierno kirchnerista no tiene ni tuvo nunca un “cerebro” único y permanente de su comunicación y<br />

propaganda, como fue el caso de Raúl Apold durante la etapa 1946-1955 113 . Por supuesto, desde 2003 hubo<br />

varios secretarios de Medios (luego de Comunicación Pública), pero su poder real no siempre coincidió con el<br />

formal.<br />

Además, debido a que esa secretaría depende del jefe de Gabinete, en ocasiones este último funcionario<br />

adquirió una gravitación decisiva en la estrategia de propaganda y de El Relato K. Una característica muy<br />

propia del kirchnerismo es que Néstor Kirchner —en su periodo como presidente y hasta su muerte— y la<br />

presidenta Cristina Kirchner —después—, han tenido una fuerte intervención directa en la concepción y a<br />

veces en los detalles de ejecución de los mensajes y políticas de comunicación, lo cual los sitúa en un lugar<br />

inédito en este aspecto entre los mandatarios argentinos.<br />

Entre 2003 y 2008, la propaganda y la política de comunicación estuvo muy determinada por el jefe de<br />

Gabinete Alberto Fernández, con la cooperación activa del titular de la Secretaría de Medios, el publicitario<br />

(de todos los peronismos) Enrique Albistur. Luego de ese periodo, Néstor Kirchner y su vocero personal<br />

Alfredo Scoccimarro (desde 2009 en un cargo de segunda línea en la citada secretaría) fueron quienes<br />

tuvieron el manejo real del tema, con alguna intervención de Aníbal Fernández cuando ocupó la jefatura de<br />

Gabinete (2009-2011). Debe sumarse el creciente poder adquirido por Gabriel Mariotto en las cuestiones<br />

relacionadas con radiodifusión y la Ley de Medios, entre 2008 y fines de 2011, cuando fue interventor del<br />

COMFER y luego presidente de AFSCA 114 . (Julio Bárbaro se retiró del primer organismo mencionando<br />

disensiones con el gobierno.).<br />

A lo largo del periodo 2011-2013, el responsable de la estrategia general de la parte oficial del “aparato”<br />

fue, en primer término, Juan Manuel Abal Medina (h), primero como secretario de Medios y luego como jefe<br />

de Gabinete. Le “bajaba” minuciosamente la línea oficial a la agencia informativa estatal Télam, dominada<br />

113 Raúl Apold fue el subsecretario de Informaciones (desde 1954 secretario de Prensa y Difusión) durante los dos primeros<br />

gobiernos de Juan Perón. Ocupó el cargo entre 1949 y 1955 y manejó toda la comunicación gubernamental, la censura y los<br />

principales contenidos de los medios privados paraoficiales (Lo hizo igualmente entre 1946 y 1949 desde cargos menores.) Su<br />

poder fue absoluto, discrecional y arbitrario —al punto que se lo llegó a motejar como “el Goebbels argentino”— y si bien<br />

respondía directamente a Perón, gozaba de un considerable grado de autonomía. Fue el responsable casi único de la propaganda<br />

y de gran parte del relato del gobierno peronista de los 40 y 50, así como de la censura. Resultó igualmente el inventor de las<br />

“listas negras” (que luego de 1955 se utilizarían contra los peronistas). Una excelente biografía de Apold que incluye el análisis<br />

de su actuación puede encontrarse en Mercado, Silvia (2013), El inventor del peronismo, Buenos Aires, Planeta. Según Mercado,<br />

un veterano dirigente peronista de segunda línea de Mar del Plata le habló a Kirchner de la experiencia de Apold poco después<br />

del inicio del conflicto con el campo. Kirchner habría quedado muy impresionado con la historia. Mercado especula que este<br />

episodio pudo haber contribuido a la decisión política del kirchnerismo de construir un “aparato de propaganda” y cooptar<br />

importantes porciones del ámbito artístico y cultural. Sobre la estructura y funciones de la subsecretaría/secretaría de Apold ver<br />

Gené, Marcela (2005), Un mundo feliz: las representaciones de los trabajadores en el primer peronismo (1946-1955), Buenos<br />

Aires, FCE.<br />

114 El Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), dependía hasta 2008 de la Secretaría General de la Presidencia. A partir de<br />

entonces se lo ubicó bajo la Secretaría de Medios, lo que unificó la propaganda del Estado con el control regulatorio de los<br />

medios de radio y TV. El organismo estuvo intervenido desde 1983, supuestamente para evitar la participación de miembros de<br />

las Fuerzas Armadas en su directorio (prevista en la Ley de Radiodifusión de 1980), pero lo que se buscó en realidad fue siempre<br />

someterlo a las directivas del poder ejecutivo. La Ley de Medios de 2009 lo reemplazó por la Autoridad Federal de Servicios de<br />

Comunicación Audiovisual (AFSCA), un organismo autónomo y con un directorio plural en la órbita de la secretaría de Medios. Sin<br />

embargo, Mariotto continuó en la gestión de este organismo posibilitando en los hechos una completa influencia presidencial. Lo<br />

mismo puede decirse de su sucesor, Martín Sabbatella.<br />

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