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RESTRICCIONES PARA TODOS

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desde 2011 por La Cámpora (que también controla la gerencia de noticias de Canal 7). Al mismo tiempo,<br />

Abal Medina supervisaba de cerca a varios medios privados paraestatales, en especial Tiempo Argentino y<br />

CN23, incluso hasta dictando en ocasiones los titulares de las publicaciones o los “zócalos” televisivos.<br />

Si bien Abal Medina no pertenecía a la “mesa chica” del kirchnerismo, organizada en torno a la<br />

presidenta, el integrante más emblemático de esa “mesa”, el poco visible pero poderoso secretario Legal y<br />

Técnico Carlos Zannini, era quien marcaba (y continúa haciéndolo en 2014) los grandes lineamientos de la<br />

comunicación en consulta activa con Cristina Kirchner.<br />

En este esquema, Abal Medina se movía con grandes márgenes de autonomía de acción, pero no de<br />

pensamiento, ya que adoptó un kirchnerismo “duro” que lo ponía en sintonía disciplinada con esta línea.<br />

Alfredo Scoccimarro —quien recibía instrucciones de Néstor Kirchner hasta su fallecimiento y que desde fines<br />

de 2011 fue designado formalmente secretario de Comunicación Pública— se apegaba entonces de manera<br />

estricta a las directivas detalladas de Abal Medina.<br />

A su vez, el poder de Abal Medina en relación con el manejo de la pauta oficial resultó severamente<br />

recortado cuando La Cámpora tomó esta área de la secretaría hacia 2011, al principio dominada por Rodrigo<br />

“Rodra” Rodríguez y desde 2014 por Hernán Reibel Maier, uno de los mejores amigos de Máximo Kirchner.<br />

Reibel ha llevado a extremos superlativos la política del manejo arbitrario de la publicidad estatal a cambio<br />

de alineamiento político y en ocasiones envía instrucciones informales a medios estatales o privados (del<br />

“aparato”) sobre cómo deben cubrir determinadas noticias y asuntos.<br />

Se presume también que desde la Secretaría de Inteligencia, bajo la supervisión de Zannini o a iniciativa<br />

de personal de confianza de ese organismo, se disponen orientaciones o se acercan datos a comunicadores<br />

cooptados o amigos 115 .<br />

A fines de 2013, Abal Medina fue cesado en sus funciones y reemplazado en la Jefatura de Gabinete por<br />

Jorge Capitanich, hasta entonces gobernador del Chaco y director de AFSCA. Scoccimarro continuó siendo<br />

secretario de Comunicación Pública y actuando como un circunspecto vocero presidencial (limitado a leer<br />

algunos comunicados).<br />

En cambio, Capitanich se transformó en el verdadero vocero “político” de la presidencia y comenzó a<br />

responder cada mañana las preguntas de periodistas en la Casa Rosada (ver E.21.11.2013). Aunque se<br />

supone que Capitanich tiene algún grado de pensamiento autónomo, en estos temas sigue estrictamente las<br />

órdenes de la presidenta y de Zannini y, por lo que se ve, no tiene problemas en inmolarse recurriendo a una<br />

dialéctica tan abstrusa como poco sostenible.<br />

La salida de Abal Medina y su reemplazo por Capitanich no alteró demasiado la “cadena de propaganda”<br />

existente en 2012, que se mantenía a fines de 2014. La administración del suculento presupuesto de<br />

publicidad estatal (1.200 millones de pesos en 2013 y casi 1.800 millones de pesos en 2014) siguió en manos<br />

de La Cámpora, con una muy limitada intervención de Capitanich a través de Scoccimarro. (Si se suma la<br />

pauta oficial al resto de acciones para sostener El Relato, desde los fondos que demanda la operación de<br />

Canal 7, Télam o el INCAA hasta los presupuestos de la SCP, Fútbol para Todos y Tecnópolis, resultan en unos<br />

15.000 millones para 2013. Ver ANEXO 5.)<br />

En concordancia con la obsesión del kirchnerismo por lo que se dice y se escribe en los medios, la SCP<br />

posee desde hace años un sistema interno semisecreto. Con el sugestivo nombre de USINA (Unidad del<br />

Sistema Informativo de la Nación Argentina) se ocupa en forma prolija de monitorear todos los medios<br />

importantes (y muchos de segunda línea) durante las 24 horas. La transcripción de cualquier información o<br />

declaración que le interese al gobierno y/o al aparato de propaganda K es remitida inmediatamente a<br />

funcionarios y personal de dicho aparato con fines de archivaje o para implementar respuestas, campañas u<br />

“operaciones”. El sistema insume una considerable cantidad de recursos económicos y humanos 116 .<br />

El programa Fútbol para Todos (FPT), un conocido ejemplo del uso propagandístico por parte del Estado<br />

de la comunicación y el deporte, es manejado directamente desde su fundación por la Jefatura de Gabinete<br />

(no por la SCP). El titular de este programa es el ex dirigente futbolístico de Los Andes (Lomas de Zamora)<br />

Pablo Paladino, quien lleva adelante su ejecución día a día y realiza la coordinación con la AFA y los clubes<br />

de fútbol. Paladino fue colocado en ese cargo por Aníbal Fernández pero luego pasó a responder a los<br />

sucesivos jefes de Gabinete. Su poder está también limitado por la intervención de La Cámpora, quien a<br />

fines de 2013 vetó que el animador Marcelo Tinelli pudiera hacerse cargo de algunos aspectos de FPT.<br />

Uno de los narradores de los partidos de FPT, Javier Vicente, apodado “el relator miltante” y vinculado<br />

con el actual vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, cuenta con luz verde para insertar frases y<br />

comentarios propagandísticos en medio de los cotejos. Utiliza frases como: “Fútbol para Todos, el mejor<br />

antídoto a la cadena del miedo y del desánimo”, “¡Vamos todos con Cristina!” o “¡con la democracia, no,<br />

Clarín!”.<br />

115 Algunos de estos datos se obtienen por “pinchaduras” telefónicas realizadas por una oscura dependencia: la Dirección de<br />

Observaciones Judiciales, OJ u “ojota”, la que en teoría debe hacerlas sólo por orden de un juez competente. Está situada en<br />

Avenida de los Incas entre Tronador y Estomba, en un edificio sin ninguna identificación, en la ciudad de Buenos Aires.<br />

116 Si bien se ignora si USINA continúa empleando ese nombre, su aceitado funcionamiento actual quedó de manifiesto en una de<br />

las concurrencias de Capitanich en el Congreso en 2014. En lugar de responder sobre la inseguridad y el ocultamiento de las<br />

estadísticas delictivas, el jefe de Gabinete dedicó una larga parrafada a culpar a los medios sobre la criminalidad mientras leía<br />

minuciosas y extensas estadísticas sobre el tiempo —hasta el último segundo— que cada medio televisivo dedicaba a cubrir<br />

noticias policiales.<br />

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