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RESTRICCIONES PARA TODOS

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las que fueron otorgadas a lo largo de varios años (incluso aún en 2013, cuando se había llegado a<br />

unas 2.800), pero únicamente las correspondientes a localidades pequeñas y medianas y áreas<br />

despobladas. La oportunidad y forma de adjudicación de estas solicitudes tuvo lugar en base a<br />

criterios discrecionales e imprevisibles.<br />

c. Entre 2003 y 2007 se convocaron algunos concursos para frecuencias de AM, generalmente de<br />

baja potencia y en localidades pequeñas, si bien llegó a incluirse una frecuencia para ciudades<br />

como Buenos Aires, Rosario y Mendoza (todas de baja potencia). Sólo se otorgaron dos docenas<br />

de licencias. Las adjudicaciones se seguían haciendo en 2012 aunque varios beneficiarios dejaron<br />

vencer los plazos para salir al aire.<br />

d. Entre 2003 y 2007 se llamó a concursos para estaciones de FM de alta/media potencia en muy<br />

pocas localidades (ninguna de las principales ciudades del país) y que desembocó en la concesión<br />

de apenas 3 licencias.<br />

§<br />

§<br />

§<br />

El “congelamiento” de concursos y adjudicaciones de licencias protegió de competencia a las<br />

estaciones existentes de radio y TV abierta y coartó por lustros la aparición legal de nuevos medios 35 .<br />

El gobierno kirchnerista nunca manifestó mayores preocupaciones por esta ausencia de “nuevas<br />

voces” y este insólito “congelamiento” sino desde el momento en que se peleó con Clarín<br />

El “congelamiento” también agravó una restrictiva política de adjudicación de licencias que venía<br />

desde el fondo de la historia argentina. Hasta hace una década, por ejemplo, la última emisora legal<br />

privada de AM de Buenos Aires se había otorgado en 1935 (Radio El Mundo), mientras el último canal<br />

abierto de televisión comercial en la capital del país salió en 1961 —Teleonce, hoy Telefé— (o 1966 si<br />

se considera al antiguo Tevedós de La Plata, hoy América TV). Todavía en 2014, apenas 8 ciudades<br />

del país tenían más de un canal de TV abierto legal.<br />

A lo largo de dos décadas y media, el “congelamiento” iniciado en 1984 tuvo dos efectos relevantes:<br />

−<br />

−<br />

Por un lado, impidió que surgieran nuevas emisoras de importancia de AM, FM o TV abierta.<br />

Por otro lado, provocó desde 1986-87 la aparición masiva de miles de emisoras sin licencia o<br />

truchas en todo el país, generalmente de FM.<br />

Por única vez, estas emisoras truchas (sólo las de FM; no las de AM o TV) fueron semilegalizadas<br />

colectivamente con los llamados Permisos Precarios y Provisorios (PPP) entre 1989 y 1993. Estos PPP<br />

no eran licencias plenas y generaban una gran inseguridad jurídica: podían ser cancelados en<br />

cualquier momento sin derecho a reclamo, en especial si efectuaban interferencias a emisoras con<br />

licencia. Desde 1993 y hasta el día de hoy las emisoras truchas continuaron apareciendo, pero ya no<br />

recibieron ningún tipo de blanqueo o permisos precarios (salvo excepciones muy puntuales).<br />

Las emisoras truchas son consideradas “clandestinas” desde el punto de vista legal, pero los<br />

gobiernos —inclusive el kirchnerista— han tratado muchas veces de mantenerlas exprofeso en esa<br />

situación, de modo de promover sin complicaciones la instalación y funcionamiento de emisoras<br />

“amigas” o, por el contrario, para contar con una espada de Damocles y jugar la carta de una posible<br />

clausura si alguna estación incomodaba al gobierno por cualquier razón.<br />

§<br />

Originalmente, las emisoras con PPP no podían aumentar su potencia, cambiar de frecuencia ni<br />

transferirse a otros titulares. Pese a que algunos PPP fueron cancelados por incumplir con estas<br />

disposiciones, de a poco se impuso la costumbre de convalidar estos cambios en forma retroactiva,<br />

especialmente desde 2003.<br />

Finalmente, el COMFER, y luego AFSCA adoptaron la costumbre de autorizar expresamente variaciones de <br />

potencia y frecuencias (con lo cual podía transformarse una emisora barrial de baja potencia en una “nueva” <br />

emisora de alta potencia) y cambios de titularidad de los PPP (con lo cual un interesado podía acceder a una <br />

emisora sin pasar por concurso). Esto representaba una verdadera violación del espíritu que originó los PPP y, <br />

desde 2009, de los objetivos nominales de la Ley de Medios (que prohíbe las transferencias de licencias, salvo <br />

otorgadas en forma directa en los años venideros. Lo mismo ocurrió con una convocatoria para el mismo tipo de emisoras que<br />

tuvo lugar en 2006 (Resolución 1366-COMFER).<br />

35 Debe destacarse que las señales de cable nacionales (TN, Volver, Canal (á), etc.) o internacionales (Cartoon Network, CNN,<br />

Cinecanal, I-SAT, etc.), no requieren de licencia. Se considera que al no utilizar espectro radioeléctrico de radiodifusión y como<br />

se destinan a ser reproducidas por los cables (o sistemas CCTV COD UHF/MMDS y DTH), son estos últimos quienes verdaderamente<br />

transmiten tales señales. La Ley de Medios de 2009 les exigió, por primera vez, inscribirse en un Registro.<br />

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