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PILAR GODAYOL–TRADUCIR DERRIDA: LA SEDUCCIÓN DEL ENTRE
Graham pone en práctica la teoría de la traducción derridiana. Hace evidente que
las posibilidades de los significados son infinitas y que el contexto nunca es transparente,
siempre esconde alguna cosa. Está convencido que sólo “a silhouette of the original
appears for effect in many words and phrases of the translation” (1985: 205), porque el
texto originario es siempre una traducción imposible que, a la vez, imposibilita la misma
traducción.
En este sentido Barbara Jonhson, traductora al inglés del libro Dissemination (1981),
sugiere que las traductoras y los traductores derridianos confrontan la imposibilidad y la
necesidad de la traducción a cuatro niveles: “within the text Derrida is reading, within what
Derrida says about it, within the way Derrida says it and within the very notion of
translation that all of these areas imply” (1985: 147). Así la escritura de Derrida, que a lo
largo de los años ha multiplicado sus retos, desde neologismos cultivadísimos hasta una
sintaxis que cada vez más frustra el deseo de un sentido único, se convierte en una retórica
fronteriza, el lugar de la différance, en la medida que se unen los sentidos franceses de
diferencia y aplazamiento.
Derrida ubica el Otro textual en un espacio de frontera. Para el filósofo francés
cualquier texto es a la vez traducible e intraducible. En este sentido afirma: “Totally
translatable, it disappears as a text, as writing, as a body of language (langue). Totally
untranslatable, even within what is believed to be one language, it dies immediately”
(Derrida a Bloom et al. 1979: 102-103). Gayatri Chakravorty Spivak habla de este doble bind
al final del prefacio de su traducción al inglés de Of grammatology (1976), texto donde
Derrida cuestiona la ciencia, la comunicación y la metafísica occidentales:
I began this preface by informing my readers that Derrida’s theory admitted – as it
denied – a preface by questioning the absolute repeatability of the text. It is now time to
acknowledge that this theory would likewise admit – as it denies – translation, by
questioning the absolute privilege of the original. (Spivak 1997: lxxxvi)
La fórmula derridiana de abordar la traducción es admitir su imposibilidad posible,
vincularla a la pedagogía del deseo lacaniano. Derrida desea el intercambio completo de
información con el Otro textual, pero sabe que interpretar su totalidad es imposible. El
sujeto que desea aprende a vivir (en) la falta, o como diria Spivak (en) el doble bind, en un
espacio aporético donde las identidades, las lenguas y las culturas contienen indefiniciones y
lagunas y, por lo tanto, las prácticas de conocimiento son inacabadas y paradoxales. Derrida
no plantea la diferencia traductológica en términos de oposiciones binarias, según las cuales
el texto de origen y su traducción se excluyen mutuamente, sino en términos de
contaminación e interacción incompleta. En definitiva, que el texto de origen no pueda ser
representado totalmente no es pues la contradicción de su representación, sino su
reafirmación, su living on. Y es en este sentido que Alan Bass, traductor al inglés del libro
Writing and difference (1978), sugiere al público lector derridiano adoptar una posición
análoga a la del psicoanalista que intenta traducir el lenguaje de los sueños. “Like the
analist”, asevera en el prefacio de la traducción, “the reader must let his attention float, and
be satisfied with a partial understanding of a given essay on any particular reading” (1978:
xvi).
Wood, Graham, Johnson, Spivak y Bass desean hablar con el Otro textual de
Derrida y, como el mismo Gadamer en el encuentro parisino de 1981, descubren que es
intercambio interrumpido, sorpresa, frontera y suspensión indefinida, es el mismo Otro. En
definitiva, los traductores y las traductoras de Derrida al inglés no tan sólo han difundido
su obra sino que también han aplicado estratégicamente su teoría en los textos traducidos.
Pero ellos y ellas saben que la verdadera conquista de traducir Derrida es, como en “los
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