últimas corrientes teóricas en los estudios de traducción - Gredos ...

CARMEN VALERO GARCÉS–EL MEDIADOR INTERLINGÜÍSTICO EN LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Valorar el reconocimiento de su trabajo por encima, incluso, del
reconocimiento personal y de los honorarios percibidos.
6. A MODO DE CONCLUSIÓN
La movilidad de la población a nivel mundial esta provocando cambios en la
estructura de las sociedades y en el modo de establecer relaciones. Estos cambios están
también afectando a la manera de entender el papel del traductor e intérprete como mediador
interlingüístico. Hoy en día un sector de la sociedad occidental todavía ve al traductor e
intérprete más como un diccionario andante que como un mediador cultural. Las nuevas
realidades con las que nos enfrenta la sociedad (mayor movilidad de las personas, mejores
comunicaciones, sociedades multiculturales, concentración de personas con lenguas y
culturas diferentes en poco tiempo y un espacio reducido) indican, sin embargo, que se
necesita dar un paso más en la definición del papel del mediador
intercultural/interlingüístico. Tal cambio lleva consigo el admitir, y no sospechar
negativamente, que el manipular un texto en cuanto al contenido para hacerlo comprensible a
los nuevos receptores, y cambiar incluso la forma más allá de los límites permitidos hoy en
día, es una traducción.
Ya se están dando algunos pasos en el mundo de los negocios con el creciente interés
por el factor cultural en la formación de los trabajadores, el interés por las reuniones de
negocios interculturales o en la adaptación del producto a la nueva comunidad. En otros
niveles de la sociedad donde se está en contacto con los inmigrantes o refugiados y donde la
presencia del intérprete y traductor es también fundamental, el debate esta igualmente
abierto. Los datos mostrados indican que se trata más de mediadores culturales con una serie
de características añadidas a las ya tradicionalmente asignadas al traductor o intérprete
considerado profesional. La realidad sugiere la necesidad de ampliar el significado del
concepto de “traductor” e “intérprete” para poder englobar como tal el trabajo desempeñado
por personas que se encargan de interpretar y traducir documentos, folletos, partidas de
nacimientos, actas de matrimonio, recetas médicas, informes escolares, etc. para el estado u
otros servicios públicos. El reto está en encontrar el punto justo de visibilidad de estos
mediadores. Y concluyo con unas preguntas: ¿Es el mediador lingüístico un traductor/
intérprete?, o bien ¿es el traductor/intérprete un mediador?; dicho de otra forma: ¿es la
traducción/interpretación una de las varias tareas que desempeña el mediador? ¿cabe
considerar al mediador un mero traductor/intérprete dentro de los limites tradicionales de
adecuación y aceptabilidad? O bien ¿es necesario ampliar esos límites y otorgarle otras
funciones al mediador para que sea considerado un traductor/intérprete? ¿estamos ante una
nueva figura de traductor?.
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