últimas corrientes teóricas en los estudios de traducción - Gredos ...

Mª LUISA PASCUAL GARRIDO–POESÍA INGLESA EN TRADUCCIÓN
En realidad, la adopción del verso endecasílabo con rima consonante se
constituye en norma inicial a la que se subordinan el resto de decisiones adoptadas por el
traductor. Esta restricción le obliga a alterar en muchos de los versos elementos clave
para la lectura del soneto shakespeariano. La aceptación de esa norma sin la cual no
habría “poesía” según la poética de Maristany fuerza al traductor a ser más conciso en la
expresión −ya que elige el endecasílabo para trasladar un pentámetro yámbico−, a
interpretar en exceso para el lector, lo que resulta en la aplicación de estrategias de
traducción oblicua y en numerosas mutaciones de carácter semántico y estilístico
discernibles en el TM de Maristany. Tras un análisis contrastivo comprobamos que se dan
casi más casos de modulaciones semánticas y estilísticas, omisiones y adiciones de
elementos ausentes en el TO que de traducción literal o semántica. La conclusión a la que
llegamos es que Maristany y otros miembros de su generación se basan en el poema
original para “re-crear” un nuevo poema en castellano. Su poética queda desvelada en el
prólogo a Las cien mejores poesías líricas de la lengua inglesa de Enrique Díez Canedo quien
señala que:
[ . . . ] el verso, en la poesía, es esencial; una traducción en verso puede ser equivalente
a su dechado, aunque no sea esto lo que suele ocurrir; una traducción en prosa, por buena que
sea, queda siempre en un grado inferior (Díez-Canedo 1918: vi).
Maristany sigue una poética epigonal de ecos modernistas que pretende conservar
normas de producción poética ya en declive en el sistema literario español. Dicha poética
no sólo exige que el verso sea traducido métricamente sino que exhiba también un
esquema de rima consonante, por el que el verso resuene y reverbere en las líneas
siguientes. Para Maristany la dicotomía entre aceptabilidad y adecuación se resuelve a
favor del primer criterio, es decir, el TM sólo puede resultar aceptable si se acomoda a lo
que el lector puede reconocer como poético, lo que en este caso coincide con criterios de
tipo métrico y unos cánones poéticos prácticamente desfasados, ya que hacia 1918 se van
introduciendo los movimientos vanguardistas que destronan de una posición dominante
en el centro del sistema el tipo de poesía resonante y ampulosa que esta traducción
emula. La intención del traductor no es transmitir fielmente unos contenidos o las
imágenes sugeridas por las metáforas del soneto original, sino hacer vibrar al lector con un
soneto que basado en el TO resulte o sea reconocido como tal. El resultado es un TM
que funciona en el polisistema español de las primeras décadas del siglo XX como un
texto poético, si bien se trata simplimente de un texto autónomo inspirado en el soneto de
Shakespeare. A dicha aceptabilidad contribuye el hecho de que la traducción aparezca en
edición monolingüe española, lo que impide el posible contraste entre TO y TM.
Manent parte de una norma inicial parecida a la de Maristany: la traducción debe
ser en verso pero en su poética la rima es prescinble. Por lo tanto, desde el punto de vista
prosódico, contamos con un TM compuesto por catorce alejandrinos blancos a los que,
salvo excepciones, corresponde una unidad sintáctica y de sentido completa. Desde un
punto de vista estilístico y de contenido observamos en el TM un desarrollo muy similar
de tropos, metáforas y símbolos a los del TO. El TM sigue fielmente la disposición de la
información en el TO verso por verso aunque el orden habitual de los elementos
oracionales es alterado en ocasiones sin que el TO lo imponga. Así sucede, por ejemplo,
en los versos quinto, séptimo y décimo tercero en los que se aprecia la inversión del
sujeto y el verbo sin que ello resulte demasiado ostensible en el contexto, ya que se trata
de los “mínimos” recursos que el lector español esperaría hallar en un texto “poético” del
siglo XVI. En realidad, el traductor introduce dichos hipérbatos como estrategia de
compensación estilística, ya que la ausencia de rima supone para él una pérdida
importante en el caso del soneto. La inversión de elementos redundaría, a su parecer, en
561