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ZINAIDA LVOVSKAYA–DETERMINISMO, ACEPTABILIDAD Y RELATIVIDAD COMO UNIVERSALES
respecto al TO de tal manera que aquél sea comprensible para su nuevo destinatario, que
produzca en él un efecto lo más cercano posible al efecto que buscaba el autor del TO al
pensar en su destinatario, y que el TM se corresponda con las normas de comportamiento
verbal / convenciones textuales admitidas en otra cultura. En caso de los textos idiolectales,
las razones del cambio de la estructura semántica del TM con respecto al TO serán las
mismas, debilitándose, en cierta medida, el requisito de las normas de comportamiento verbal.
Para poder lograr estos objetivos, a menudo muy contradictorios, el traductor, visto
como profesional, necesita realizar otra investigación, aun cuando la cultura meta sea para él la
materna. Y es que no existe una persona que sepa producir textos de todos los estilos y
géneros funcionales o tenga bastantes conocimientos enciclopédicos y de fondo que le
permitan definir, sin preparación previa, el alcance de la no-coincidencia de los conocimientos
de todo tipo del destinatario del TM y el del TO.
En todo caso, es precisamente la aceptabilidad del TM combinada con la máxima
fidelidad posible al autor del TO, la que obliga al traductor a producir un texto nuevo. Veamos
un ejemplo: “Don Alonso María de Ligorio López, como además era presumido, presumía de
cursi, y arrastraba las eses al hablar, para que se le notase” (C. J. Cela).
Está claro que la manera de hablar cursi no es la misma en diferentes culturas, ni
siquiera dentro de una cultura en diferentes épocas. Así, en la cultura rusa, antes suponía la
pronunciación de las vocales como nasales, lo que se explicaba por la influencia del francés
que era la lengua más empleada en los salones de la aristocracia rusa. Actualmente, la manera
cursi de hablar en Rusia se caracteriza por el empleo de palabras extranjeras, preferiblemente
inglesas. Naturalmente, la aceptabilidad del posible TM dependería en este caso de la época en
que se traduzca el texto de Cela. Pero aun así, al traductor debería cambiar la estructura
semántica del TM o ampliarlo con respecto al TO, introduciendo una explicación para que
quedara claro lo de arrastrar las eses (‘arrastrar las eses a la madrileña’).
Vemos, pues, que la aceptabilidad del texto es una característica universal de la
comunicación verbal y que es el autor del texto o el traductor quienes se responsabilizan de
que el texto resulte aceptable, adecuado a la situación comunicativa.
4. RELATIVIDAD DE LOS RESULTADOS DE LA ACTIVIDAD DE LOS
COMUNICANTES, COMO UNIVERSAL DE LA COMUNICACIÓN VERBAL
Ningún mensaje es nunca comprendido perfecta y totalmente. Esta característica
universal de la comunicación verbal que se debe a su carácter intersubjetivo, no puede menos
que repercutir tanto en el concepto fundamental de la traducción que es la equivalencia
comunicativa como en los requisitos que debe reunir el traductor como profesional.
Si la comprensión perfecta y total de un texto es imposible por definición, tampoco
sería lógico exigirle al traductor la fidelidad absoluta al programa intencional-funcional del
autor del TO. Sin embargo, entre el traductor y cualquier otro receptor / destinatario del texto
existe una diferencia muy importante. Sin ser el verdadero destinatario del TM, el traductor es,
sin embargo, un profesional, condición que lo obliga a realizar una investigación pertinente
para comprender lo mejor posible el TO. De esta manera, el traductor se aproxima a un
destinatario “ideal”, es decir, a un destinatario cuyo nivel de conocimientos enciclopédicos y
de fondo, así como culturales y de la situación comunicativa, será mucho más alto que el
mínimo de conocimientos necesarios para el éxito de la comunicación. Está claro que cuanto
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