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LUIS SOTO–LA TRADUCCIÓN DE LO INTRADUCIBLE
advierten de que cualquier intento de traducir el dialecto escocés por fórmulas dialectales del
español resulta inviable por absurdo o fuera de lugar. A lo más que puede llegar el traductor
es a intentar mantener en los diálogos en dialecto escocés el tono coloquial que siempre suele
caracterizarlos, y que contrasta con el inglés más formal y elaborado de la narración o de los
diálogos de quienes hablan la lengua estándar. El traductor Fernando Toda ha asumido este
quehacer científico y artístico con las herramientas más seguras. Fernando Toda había
investigado en profundidad la lengua literaria de Walter Scott en su trabajo de tesis doctoral
El escocés en la novelística de Walter Scott: Función del dialecto en las novelas escocesas, editado en
Sevilla en 1983; además, había publicado un riguroso artículo sobre el uso de la lengua en la
entrevista entre Jeanie Deans y la reina: “A Scott-Speaking Heroine: Jeanie Deans meets the
Queen in Walter Scott’s The Heart of Midlothian”. Estos conocimientos previos serán,
indudablemente, instrumentos eficaces para abordar con garantías de éxito esos escollos
lingüísticos que incrementan las dificultades en la traducción de esta obra.
Partiendo de la teoría “funcional” del lingüista M.A.K. Halliday, pensamos que The
Heart of Midlothian es una novela polifónica donde la narración dialógica está por encima de
la monológica, donde los niveles de habla y variedades dialectales de los personajes están
íntimamente conectados a sus respectivas visiones de la sociedad o a sus ideologías. Más allá
de esta concepción, esta “novela histórica” se ofrece como el reflejo verbal de una situación
sociolingüística donde el dialecto adquiere prestigio social y moral.
Desde la perspectiva de la traducción, The Heart of Midlothian puede producir un
fuerte desencanto por razones obvias. En efecto, si una traducción, como todos saben, exige
un conocimiento profundo de la lengua literaria del autor, de la función específica de la
lengua en toda la obra y en cada personaje, de una aguda capacidad hermenéutica y, sobre
todo, demanda una sensibilidad estilística de excepción, en esta novela que ha ido surgiendo
mediante esos engarces muy bien calculados del escocés, del gaélico y del inglés estándar
para proyectar unas funciones diferenciadoras, las posibilidades de traducción rozan la esfera
de lo imposible.
En el proceso de la traducción de la expresión dialectal los escollos más erizados ya
empiezan en la identificación de las peculiaridades dialectales del texto. A partir de esta
primera fase, la agudeza y sensibilidad del traductor, que alguien ha llamado “el artista
consciente”, debe centrarse en el análisis de las funciones del dialecto de esa obra que va a
traducir. Y dentro de la funcionalidad del dialecto, el traductor ha de valorar el modo o estilo
en que el mensaje aparece expresado y que, a la vez, actúa como portador de información
regional o social de los personajes de expresión dialectal. Igualmente, dentro del entramado
verbal de la obra literaria, el traductor se enfrenta a un ejercicio, exquisitamente delicado,
que consiste en medir el grado de importancia de los elementos dialectales, la información
que éstos transmiten y los efectos que, ciertamente, han sido muy calculados por el escritor
y que, necesariamente, han de ejercer ese impacto específico en el lector de la nueva lengua
y cultura. En este sentido, Sir William Craigie ya alertaba que la labor del traductor exige una
sensibilidad estética de difícil alcance: “So subtle indeed are the associations of a dialect that
it is usually impossible to alter a single word in a song or saying, or even a phrase, without
destroying its character and making it ridiculous” (Craigie 1938: 87).
A lo largo de The Heart of midlothian Walter Scott contrapone, esporádicamente, la
lengua vernácula al inglés estándar, y de este “enfrentamiento” se beneficia el dialecto. Así,
las entrevistas de Jeanie Deans con la Reina y el Duque de Argyle, por citar ejemplos muy
conocidos y, a la vez, muy representativos, son pruebas palmarias de este triunfo del registro
dialectal. En este marco tensional se sitúa el diálogo entre Jeanie Deans y la reina Carolina
que se desarrolla en el capítulo 37, que ha atraído la atención de numerosos críticos. Si
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