12.04.2013 Views

LA METAMORFOSIS DE LA IDEOLOGÍA - El Corte Inglés

LA METAMORFOSIS DE LA IDEOLOGÍA - El Corte Inglés

LA METAMORFOSIS DE LA IDEOLOGÍA - El Corte Inglés

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

la intolerancia y el poder de la Iglesia, aliadas al absolutismo y la arbitrariedad<br />

reales, no propiciaron precisamente un camino de rosas al viaje de los<br />

ilustrados. Y es igualmente cierto que el gran Rey Sol, historiado a bombo y<br />

platillo por Voltaire, mantenía cordialísimas relaciones y conversaciones en<br />

Fontainebleau con el Gran Inquisidor de España, el cardenal del Giodice, el<br />

gran enemigo y perseguidor de Melchor de Macanaz, por haber presentado<br />

éste al Rey su famoso Pedimento, donde se limaban las uñas y las atribuciones<br />

del Santo Oficio en España. Sin embargo, a pesar de las correcciones que<br />

deben hacerse a las visiones excesivamente optimistas de una Francia liberada<br />

del oscurantismo clerical por las luces ilustradas, hay que seguir dando la razón<br />

a lo que escribió Miguel Artola, hace más de cinco décadas: “En Italia, y<br />

especialmente en España, donde la vinculación a la Iglesia era muy estrecha… la<br />

religión católica, que no ha sufrido la Reforma, es tan poderosa y está tan arraigada<br />

en la masa de la población, que no deja avanzar al racionalismo más allá de<br />

los límites de la minoría de gentes europeizadas, en las que la fe había perdido su<br />

fuerza primitiva” (213).<br />

La peculiaridad de la Ilustración española no reside solamente en el hecho<br />

de que aquí no tuviéramos figuras, en el pensamiento y las letras, equiparables<br />

a Voltaire, Montesquieu, Diderot, Hume, Gibbon, Lessing, Rousseau o Kant,<br />

lo cual es obvio. Ni el P. Feijóo es Voltaire, ni Jovellanos es Montesquieu, ni<br />

Orteaga es Lessing, ni Campomanes o Cabarrús son Adam Smith. En el otro<br />

bando de la España tradicional y castiza, el pensamiento clerical de la intolerante<br />

sociedad cerrada generaba unos panfletos pseudointelectuales y unos<br />

plúmbeos escolasticismos pedestres, que ni siquiera admiten ser mencionados<br />

al lado de Kant o de Hume. Pero, incluso en la mi noría ilustrada, los condicionamientos<br />

del entorno crearon unas limitaciones grandes en el impulso<br />

hacia el pensamiento libre.<br />

La creación ultramontana y clerical, para justificar su oscurantista oposición<br />

a cualquier progreso que pudiera afectar a los privilegios de la Iglesia<br />

y de la casta dominante, se dedicó a clamar contra la impiedad, contra<br />

el ateísmo, contra el peligro revolucionario de unas luces que en España<br />

jamás tuvieron tal carácter. Aquí, hasta Olavide –víctima de un proceso<br />

de la Inquisición que alcanzó una gran fama y difusión en toda la Europa<br />

ilustrada, elogiado y enaltecido por Voltaire, Diderot y el mismo Federico<br />

II de Prusia– acabó escribiendo una larguísima apología del cristianismo, <strong>El</strong><br />

Evangelio en triunfo, básicamente adaptado de una obra francesa de tercera<br />

– 232 –

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!