código civil

154 EXPOSll~lÓN y COMENTARIO DEL CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
qente, ó para librar al dueño de algún perjuicio si nadie se encargara
de sus intereses, ó cuando lo hiciera por amistad ó afección
á él (art. 2291), y esta regla se explica perfectamente; pues el
que toma el negocio ajeno sin que nadie se lo encargue, no ofrece
su propia diligencia que puede ser poca ó mucha, sino que debe
del negocio rindiéndole cuentas, pues eso importan las palabras, hasta '/1(('
el dueño (j intereaulo s(' hallen en estado de l'! orcrr.
El gestor responde por lo que no hizo si resultare que á consecuencia
de su ingerencia en el asunto, ha impedido que otro se hiciera cargo de
administrarlo.
Las deprudenria» de que habla el artículo, comprenden las consecueucias
inmediatas y próximas, el complemento necesario de la operación
cuya determinación queda librada á la prudencia de los magistrados,
según las circunstancias del caso. El dueño ó sus herederos que fueren
prevenidos en tiempo útil, están obligados á encargarse de la gestión,
cualquiera que sea su capacidad. - CÓD. FHANC¡::S, arts, 1372 y 1373.
Govrcxx, arto 1R92. CÓD. DE CHILE, arto 22H9. FREITAS, arto 3430, n? 1.
LAHmIBH:RE, Ú dichos artículos.-Véanse arts, 910, 1917, 19GD, 197~}
Y 22!Hi.
(Art. 2291.) Al tipo ideal de la antigua legislación que exigía el
clúdado de un buen padre (le [amilia, nuestro Código ha substituido uncriterio
más razonable; el cuida-lo que uno mismo usaría en sus cosas
propias, creyendo qne nohabría justicia en exigir á una persona mayor
diligencia que la que ordinariamente acostumbra á poner en sus asuntos,
pero limitando eso criterio (que pudierallegar á un extremo descuido) con
la regla del arto 512, que para no incurrir en culpa, no debe omitir las diligencias
que exigiere la naturaleza de la obligación y que corrospondiesen
á las circunstancias ae las personas, del tiempo y del lugar. Y aquí
debemos hacer la distinción del artículo anterior, cuando es un extraño
quien se mezcla en asuntos de personas que no conoce, debe exigírsele
mayor responsabilidad, porque nadie lo ha elegido, ni puede suponer que
lo habrían encargado del asunto; al administrarlo debe demostrar competencia
y poner mayor diligencia que en sus propios asuntos: por el contrario,
cuando es un amigo ó un pariente el dueño del asunto y el gerente
se encarga de él por afección, sólo debe tener las obligaciones del
mandatario. He puede sentar como regla general, que el gestor de nego-
Sota riel Dr. Vetez-Sarsfietd al art, 22.fJO. -Cód. F'raneés, arts. Hl72 y 1373.
- Napolitano, 132.) y 1327.-Holandés, 13!IO y 1BUl.-de Austria, lOB!l.