código civil

DEr. DEPÓSITO (ART. 223G)
habiéndose separado en esta parte, sin razón á mi juicio de la
verdadera doctrina, que pone en la mano de los jueces la facultad
de .determinar la indemnización que se debe pagar, según la
prueba dada, atendiendo á la condición del viajero y á los efectos
que podía tener en las balijas ó baules. Así, cuando el viajero ha
introducido entre sus efectos plata ú oro, billetes de banco, alhajas
ó joyas de valor, debe mostrarlas ante testigos al posadero,
para conservar su acción en caso de pérdida.
El posadero no es responsable cuando el daño ó la pérdidaprovenga
de [uerza mayor, ó de culpa del eiajero (art. 2236); porque
(Art. 2236.) La ley 3, § 1, tít. D,lib. 4, Dig., dice: el edicto se (la contra
aquel que se encargó de la cosa, aunque la pérdida ó daño no proviniera
de su culpa, á menos que se haya ocasionado por un accidente
fortuito, lIi....i ....i '1uirl damno [alali coutinqi], y agrega; lo mismo se debe
decir, cuando la pérdida ocurriera en hotel, siendo por fuerza mayor. En
la nota 514 hicimos la diferencia existente entre la fuerza 'mayor, que se
refiere al hecho del hombre, y el caso fortuito que proviene de la naturaleza;
pero se consideran en la misma categoría cuando se trata de las responsabilidades.
Y aunque el artículo sólo habla de la fuerza mayor que liberta
al posadero, comprende con mayor razón el caso fortuito, que no ha
podido preverse y que previsto no pudo evitarse. Otra cosa sería. si 01
caso fortuito vino por culpa del hotele~'o ó de sus dependientes, como en
caso de incendio del cuarto (que habita el pasajero) por culpa de los sirvientes.
El posadero tiene mayor responsabilidad en el depósito necesario,
que en el voluntario, pues en aquel responde de cualquier daño qne
provenga á las cosas siempre que no sea por fuerza mayor ó caso fortuito,
mientras en este, sólo está obligado á poner el mismo cuidado qne en
sus propias cosas.
El privilegio de que gozan los viajeros, es respecto (le la prueba, que
puede darse por testigos, mientras en el deposito voluntario sólo se admite
la.escrita, cuando pasa la tasa de la ley. La otra excepción es de que las
pérdidas provengan de culpa del viajero, que queda reducida ú una cuestión
de hecho; así, el viajero que duerme en 01cuarto de una porsona conocidu,
ó la admite en el suyo, ó deja los objetos de valor fuera ó sin llave,
()como dice Freitas, arto 2()DO, n? 2, si deja abierta la puerta de su cuarto,
l" 'no echa llave á sus baúles, ó no las guarda, y las cosas desaparecen, el
posadero no será responsable. - Yéase arto 111H, y su nota. TRoPLo~n,
urt. 238 y 2H!), trae varios e,;emplos. MERLIX, Ur}J. roIlotctleric, CÚD. DE
CHILF., arto 2242.