código civil

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EXPOSICIÓ)l y COllEXTARIO DEL CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
en que se hizo el deposito. Si en el contrato se hubiese desiqnado
otro lugar, debe traneportar la cosa d éste, siendo de cuenta del depositante
los g{{8f08 que el transporte causare (art. 2216), salvo
pacto expreso en contrario, porque las partes pueden estipular
libremente que los gastos serán ele cuenta del depositario..
(Art. 2216.) La ley romana dice: «el depósito debe entregarse en
el lugar en que se encuentra la cosa, sin mala fe por parte del depositario.
Nada importa el lugar donde se hizo el depósito; ubi reto dejJo....itmn
('sI. uilri! ;III('/"(>sl », Esta es la doctrina adoptada por el Cód. Francés,
art. HJ43, según la interpretación dada por todos los jurisconsultos,
menos por Delvincourt, Ahora bien, nuestro artículo, tomado de ese Código,
¿ha entendido alterarlo al decir en el lugar ('JI, 'l'!" se lii:o el depó­
Rito? ¿So se puede tomar como una traducción de la expresión francesa
del arto l!J43, tlrtu« 1(' lir» JI,,;"''' du rll;jJI)/~ ¿En el mismo lugar del depósito,
no es aquel en que se hizo? Este seria uno de los raros casos en
que se permitiría forzar la materialidad de la expresión, para no salir
de la verdadera doctrina y armonizarlo con las demás instituciones del
derecho; sin embargo, debemos atenernos á la expresión clara: elluga1'
doud« sr lii:o (,1r/rjJfísilo. que no Redebe tomar como equivalente de donde
Re encuentra la cosa depositada, sin perjuicio de salvar al depositario de
los gastos (pIe se viera obligado á hacer, para devolverlo cuando hubiera
cambiado de domicilio, llevándose la cosa, Ó si hubiera sido necesario
transportarla á otro lugar para salvarla de deterioros, ó para su
conservación. Téngase presente que el depositario hace un servicio
de amigo, servicio gratuito, y no debe causársele perjuicio.
El arr ículosupone dos casos: 1°, que se haya designado ellug~rdonde
debe hacerse la restitución; 2°, que nada se haya convenido. En el primero,
decía Pomponio, si se deposita una cosa en Asia, para entregarla
en Roma, la intención de las partes parece haber sido que los gastos
necesar-ios pnra el transporte de la cosa fuesen á cargo del depositante
(1. 12, tít. 3, lib. 1fi, Dig.), La buena fe y la naturaleza del servicio impone
que el depositario sea indemnizado y no responda de los riesgos y
peligros que corra la cosa, á menos do culpa. Entre los gastos se comprenderá
también el seguro. Debo notarse, sin embargo, que si el depositario
tiene derecho á los gastos de viajo y alojamiento que hubiere
hecho para ir á entregar en otro lugar la cosa depositada, no podrá cobrarlos,
si fué á sus propios negocios. En el segundo caso, el depositario
deberá hacer la restitución en el lugar donde 'se hizo el depósito, equiparándose
erróneamente al deudor de un cuerpo cierto (art, 747), que