código civil

DE LA POSESIÓN (ART. 2357) 24!)
seedor de buena fe, aunque el título no haya existido, como sucedería,
por ejemplo, en el caso en que un pariente fuere llamado á
recoger la herencia, y se probare después la existencia de otro
más cercano que hubiera sido desconocido, y se presentare reclamándola,
ó se exhibiera un testamento desconocido.
¿Cuándo debe existir la buena fe de la posesión? ¿Basta que
sea en el principio, aunque después sepa. que la cosa no le pertctítulo
para percibir los frutos. Es indiferente que el título translativo
sea á título oneroso ó gratuito, provenga de contrato ó testamento. El
título .puede no existir en casos excepcionales, como si el mandante ha
encargado la adquisición del inmueble, y éste se le entrega asegurándole
haberlo adquirido; ó puede existir anulado, corno el legatario que ha tomado
la cosa, cuando un testamento aún no conocido revocaba el legado;
ó si el heredero toma posesión de bienes que no estaban comprendidos
en la sucesión, como en los casos de los arts. 2212 y 2272 de cosas depositadas
ó dadas en comodato.
En derecho francés se ha discutido extensamente sobre lo que se dobía
entender por titulo putativo, exigiendo unos la necesidad de la existencia
del título, y los otros que podían no existir en los casos de error de
hecho, cuya doctrina ha consagrado nuestro artículo. «Para que la burila
fe exista, dice Demolombe, la' ley exige que repose sobre una cau:.;'a legitima
de error (de hecho), no es porque el título translativo do propiedad
sea una condición especial y distinta de la buena fe; por el contrario,
éste es sólo un elemento ó un medio de prueba»; así es que la buena fe
puede existir sin título real. Son cuestiones ele hecho que los magistrados
resolverán.
Hay título putativo y se adquieren los frutos, cuando la cosa se compró
al que no era dueño, creyéndolo propietario, aun cuando la hubiere
comprado á sus riesgos y peligros; porque esta última cláusula no sería
bastante para atribuirle mala fe.
¿Qué se decidiría cuando se vende y entrega la cosa de otro, obligándose
el vendedor á hacer ratificar la venta? ¿El comprador habría
hecho suyos los frutos respecto del verdadero propietario 'iue la reivindica?
Es necesario distinguir: si el dueño ha ratificado la venta y la reivindicación
del tercero viene después, habría ganado los frutos, porque
la ratificación retrotrae el contrato al tiempo de la venta: pero si la reivindicación
se hace antes como no puedo considerarme dueño, por'iue
en realidad poseo la cosa de otro, los frutos no me pertenecen. Si la cosa
se hubiere vendido por un menor ocultando su incapacidad ó por un