código civil

CAPÍTULO II
EFECTOS DE LA POSESIÓ~ DE COSAS :\lCEBLES
~ 667.-LA POSESIÓN VALE pon T1TU..O
Si consideramosla naturaleza de losactos que el individuo ejecuta
en la vida comercial ó civil, tomando las cosas en sí mismas,
independiente del documento que acredita su posesión ó propiedad,
veremos que la detención de la cosa para ejercitar sobre ella
derechos de propiedad, debía ser el único y verdadero título primitivo.
¿Por qué en la posesión se atiende al hecho mismo para
protejerla? ¿Por qué no se le exige título y se le mantiene en
en ella, mientras el reclamante no pruebe que el detentador ha
comenzado á poseer por aquel? La aspiración de la legislación
moderna debe ser, la de consagrar como un verdadero título la
posesión, dejando la prueba al reclamante.
La movilidad de las cosas muebles, destinadas por su uso á
pas-ar de mano en mano, para servir á las necesidades de la vida
civil ó comercial, ha llevado al legislador á considerar la posesión
como un verdadero título, sin perjuicio de que se demuestre lo
contrario. ¿Por qué no se seguiría el mismo sistema para los inmuebles,
exceptuando las reclamaciones de la tierra hecha por
los poderes públicos? ¿Por qué la posesión de los inmuebles no
haría suponer la propiedad como en los muebles?
La civilización tiende á abandonar el antiguo sistema, facilitando
la movilidad y las transacciones de inmuebles; pero nosotros
nos resistimos á estas innovaciones, que al fin se impondrán,
por las ventajas qne ellas proporcionan. Hemos rodeado la
transmisión de la propiedad raíz de tales trabas, qne cada enaje-