código civil

DE I,A POSESIÓN (ART. 2427) 333
diera mayor valor á la cosa que recibe, -sin tener -encuenta lo que
el poseedor hubiera ejecutado en su provecho y que noexistiera á
la entrega.
mulos al poseedor de buena fe. Los .'f0stos necesarios son los que gravaban
la cosa, ó aquellos sin los cuales habría perecido ó deteriorádose : (J'/(J~ si
[neta:nonsiut, res aul prritnra, aut deterior [uturo sil, y que son debidos aun
al poseedor de mala fe; estos gastos deben abonarse al poseedor de buena
fe, aunque no existan en el momento de la restitución, por haber dosaparecido
sin culpa del poseedor. porquc si ésto no los hubiere hecho,
el propietario se habría visto obligado á hacerlo de su propio peculio;
sin embargo, se pueden reducir cuando no han sido hechos con discernimiento.
No se deben confundir los gastos de conservación necesaria y absoluta,
con los hechos .con un objeto preventivo; es decir, por un adrninistrador
previsor y que tienen por fin, no una necesidad inmediata, sino
una futura más ó menos próxima, ni tampoco los de simple conservación
de la cosa en buen estado, que son rompensables con los frutos, artículo
2430.
Nuestro artículo no incurre en el defecto del arto 13Hl, Cód. Francés,
criticado por los jurisconsultos, y siguiendo á Freíms, arto HH5H,
n? 4, y UHG8, obliga al reiviudicante á pagar los gastos necesarios ó
útiles; pero hay cierta incertidumbre para fijar la inteligencia y alcance
de estas palabras. Los gastos útiles son siempre roluutario«, y pudieran
no hacerse por el poseedor sin perjudicar la cosa; pero no así los II{,('('­
sarios, pues ésta habría perecido ó deteriorádose sin el los,
Cuando se habla de los impuestos extraordinarios, de las hipotecas
y de los dineros y materiales invertidos en mejoras necesarias ó útiles
que pudieron ó no hacerse, el legislador procede por vía de ejemplo,
pues no son los únicos: comprende en general los gastos que dieron
mayor valor á la cosa, y de que aprovecharía el reivindicante si no los
pagara, enriqueciéndose á costa del que los hizo. La confusión nace de
que emplea conjuntamente las palabras, qanto« necesario» á útile«, mejoras,
necesaria» Ó útilr», y aunque 10 ha re disyuntivamente, se puede
dudar si comprende el ambas. Los gastos necesarios hechos por el poseedor
de buena fe se d eben siempre, aunque-no existan, mientras los útiles
sólo cuando existen y en la medida del provecho que reciba el reivindicante.
La última parte del artículo se aplica sólo á las mejoras útiles
existentes. La regla general es que el reivindicanto debe las mejoras