código civil

374 EXPOSICIÓN Y COl\IE~TARIO DEL CÓDIGO CIVn, ARGENTINO
mismo, considerado en su primitiva forma; si con el género qu~
poseo me he hecho una levita, no poseo el género, pero sí la levita.
Perdemos la posesión, cuando sin destruirse las cosas nos encontramos
imposibilitados permantemente para usar de ellas,
como el terreno ocupado por el río ó por el mar de una manera
constante, ó las cosas muebles caídas en el mar, sin esperanza
probable de recobrarlas. En estos casos, la voluntad que bastaba
para conservar la posesión, fundándose en la posibilidad de someterla
á nuestro dominio, se encuentra impotente contra la
imposibilidad que nos ha privado de ella, por eso se dice: la posesión
se pierde cuando por un acontecimiento cualquiera, el poseedor
se encuentra en la imposibilidad física de ejercer actos posesorios
en la cosa (art. 2452).
(Art. 2432.) Si la imposibilidad fuera momentánea, como una inundación,
la posesión se conserva hasta que el acontecimiento cese. Cuando
la cosa ha sido destruida por un terremoto ó incendio, la posesión continúa
sobre el terreno y los materiales separados. La inhibición ó prohibición
de disponer de la cosa, no le hace perder la posesión, porque ejercita
todos los derechos anexos, menos el de disposición, á no ser que la
justicia la tomase bajo su guarda. Pomponio, en In 1. 13, tít. ~, lib. 41,
Dig., respondió, que las piedras caídas en un naufragio en el Tíber continuaban
perteneciendo al dueño, pero que la posesión se había perdido.
Es entendido que si por otro acontecimiento extraordinario el mar ó el
río vinieran á desocupar el terreno tomado, la posesión se adquiriría por
accesión, y en ese carácter se podrían deducir los interdictos, cuando se
tratare de despojo ó de turbación. J[aynz, ~ 172, nota fi, trae el ejemplo
de cuando el lugar en que se encuentra la cosa viniera á ser inaccesible,
refiriéndose á la 1. 18, citada. Por la imposibílidad física en que nos
encontramos, se pierde la posesión de los animales salvajes, cuando han
recobrado su libertad natural, en que vienen á ser del primero que los
tome; pero es necesario (1ue el poseedor los haya abandonado, pueR si los
persigue él tiene la esperanza de cazarlos, la posesión Re conserva; no
sucede lo mismo con los animales domesticados que tuvieren una marca
Ó señal registrada, porque aun en el caso de no encontrarlos se conserva
la propiodadv--Uomp. POTJIlIm, no 7. 'NOODOX, n- 2(;7. l\'1oLI'I'OR, I'o,